bilbao - La torre Iberdrola de Bilbao acoge desde ayer una exposición que ha logrado aunar, por primera vez, 55 obras de los principales museos de la CAV, cuyo hilo conductor es la figura humana, su presencia y su ausencia. Bajo el lema Figurados, figuraciones, figurantes, la muestra está compuesta por una selección de piezas procedentes de los museos Guggenheim Bilbao, Bellas Artes de Bilbao, Artium de Vitoria, San Telmo (Donostia) y Cristóbal Balenciaga (Getaria).
El comisario de la exposición, Javier González de Durana, presentó ayer la exposición, dividida en tres fases. La primera, dedicada a la figura humana, sin contexto, comienza con cuatro Apolos de Aquerreta, y unos retratos fotográficos de John Baldessari que atribuyen a cada cara un color y una personalidad.
Destaca en esta zona el cuadro The Hispanist, de R.B.Kitak, un sereno óleo de una hispanista en el que resalta la habilidad pictórica del autor. La primera parte concluye con unos collages de Carmen Calvo en los que la autora cubre con pelo la cara de una convencional pareja de novios, un pelo que en el arte representa un componente animal, salvaje.
La segunda zona de la exposición está dedicada a la arquitectura sin figura, en contraste con la primera fase. Por ejemplo, un óleo de Juan Manuel Ballester reproduce la escena de Las Meninas de Velázquez pero sin ninguna persona, sólo la estancia del palacio real donde se pintó. Esta reflexión sobre la ausencia está presente también en unas fotografías de vestidos sin cuerpo, de Manuel Outomuro, y en uno de los últimos vestidos que diseñó Balenciaga, para el otoño de 1967, en el que el modisto culminó la depuración absoluta de sus líneas.
La tercera parte de la muestra se centra en las figuras humanas pero con un contexto. Por ejemplo, una litografía de Francis Bacon en la que toro y torero se funden en un cuerpo híbrido, o en una fotografía de docenas de mujeres musulmanas, uniformizadas, obra de Shirin Neshat. El recorrido finaliza con unas fotos de calaveras con unas velas encendidas, de Manuel Vilariño, un símbolo de que a pesar de la muerte hay luz.
Son todas obras posteriores a 1968, pero adquiridas por los cinco museos vascos a partir del 2001, un momento, como recordó el comisario Durana, en el que hubo generosidad en la compra de obras de arte, hasta la llegada de la crisis en 2008. - Efe
Cerrada al público. La muestra estará abierta desde el 30 de marzo hasta el 30 de abril para los accionistas de la compañía Iberdrola, y el público general podrá visitarla durante los meses de mayo y junio. Fue inaugurada ayer por la tarde, con la presencia del presidente de la firma eléctrica, Ignacio Sánchez Galán.