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“La gente todavía no ha descubierto musicalmente a Javier Krahe”

La primera planta de la sala de Armas de la Ciudadela acogerá hoy la actuación del guitarrista de Javier Krahe a partir de las 19.00 horas y con entrada libre

“La gente todavía no ha descubierto musicalmente a Javier Krahe”

pamplona - Con la colocación de las dos últimas piezas del mural Improvisación deslocalizada, en el que han participado nueve autores -entre otros, Álex de la Iglesia, El Drogas o Pablo Carbonell-, Mikel Urmeneta y Mikel Santos Belatz culminarán hoy, en el marco del VI Salón del Cómic de Navarra, esta obra coral dedicada al cantautor Javier Krahe, fallecido en julio de este año.

Como colofón, este acto contará con la actuación de Javier López de Guereña, “cantautor e hijo predilecto de Krahe por autodesignación”, como se define el propio músico bilbaíno, y su guitarrista y productor habitual.

Con la amabilidad que le caracteriza, Javier López de Guereña desgrana su particular y doliente momento artístico.

Aunque Javier Krahe ya no esté con nosotros físicamente, su presencia espiritual será perenne.

-Sí... La verdad es que nadie nos esperábamos esto, ni él... El 11 de julio, sábado, llegamos mi mujer, mi hijo y yo a pasar unos días con él y su mujer en Zahara de los Atunes. Estuvimos charlando y me enseñó las cosas que estaba haciendo: tenía una canción terminada y otra con alguna duda. Le pregunté por la música de esta última y me dijo que la tenía, pero en la cabeza: “Los acordes no los tengo escritos”. Yo también le enseñé mis canciones y nos fuimos a tomar una copa. Cuando volvimos se encontraba un poco raro pero no le dolía nada, pero al cabo de un par de horas oímos a su mujer que llamaba...

Javier ya había anunciado que se iba a tomar un año sabático, lo que propició que Javier López de Guereña diera por fin el salto a defender su propias canciones.

-Sí, y de hecho a Javier ya le había enseñado unas cuantas, pero no puede enseñarle una que precisamente empieza haciendo referencia a una de sus canciones (Don Andrés octogenario) y en la que cuento porqué yo me había puesto a cantar. Al anunciar que se iba a tomar un año sabático, y dado que mi trayectoria como sinfónico y compositor de bandas sonoras para películas cada vez daba menos para comer, decidí ponerme a cantar. Ese fue el motivo, lo que sucede es que yo contaba con la asesoría de Krahe, y se me quedó corto, me duró poco... Pero, en cualquier caso, de alguna forma siempre estará en mis canciones. Y te puedo poner un ejemplo, uno de los temas nuevos me salió muy erótico, y lo gracioso no es que haya influencia de Javier en la letra, que sería lógico, sino que la música también me ha salido muy Krahe, algo muy inesperado ya que podría decirse yo he sido un poco el que le daba otras ideas, pero esto ha sido como una especie de posesión. La presencia de Krahe es algo que he tenido y tengo muy presente, ojalá nos fuéramos de la tierra todos así... Hablo muy a menudo de él y la cuestión es que todos los recuerdos acaban en una risa o en una sonrisa. Y chico, ese paso por la tierra ya lo quiero yo para mía.

Para López de Guereña, ¿el principal handicap que debe superar es que el público acuda a sus conciertos esperando escuchar canciones de Krahe, por un lado, y, por otro, esperando a su vez que sus canciones se parezcan a las de Krahe?

-El principal handicap que tengo que superar es que venga gente a verme. En Pamplona, cantaré la canción de Krahe por la cual hice yo la canción de la que antes te hablaba, Don Andrés octogenario. Y supongo que alguna más haré... En cualquier caso, todas tienen un aroma a Krahe, y también es verdad que algunas cobran un sentido distinto después de lo que ha pasado...

Imagino que su idea será grabar un disco, en algún momento, con esas nuevas canciones propias.

-El proceso lo llevo con mucha humildad y tranquilidad. Me presento oficialmente como cantante la semana que en viene Libertad 8 (Madrid), será la primera vez que me haga un recital entero y ya veremos como salgo del paso... Tablas tengo pero para mí es un tipo de situación completamente distinta, y de hecho igual me quedo hasta afónico, por ejemplo. Posteriormente, sí, mi pretensión es tocar y grabar las canciones, pero sin ninguna premura, porque tampoco me las pide nadie, así que depende de mí. De lo que se trata es de sacar adelante el cocido para la familia.

¿La figura de Javier Krahe ha sido tan amplia que podemos decir que ha tapado a Javier López de Guereña?

-No creo que se pueda decir, para nada, que Javier me ha tapado. De hecho, creo que la única ocasión que he sentido algo así fue en el festival de música contemporánea de Alicante, donde estrené una obra con la Sinfónica de Asturias; me llevé a Javier al estreno y, efectivamente, la gente le saludaba a él y no a mí. Pero en general, no, mi actividad en ese sentido ha sido colateral y diversa; nunca me he sentido tapado.

Una actividad que le llevó, por ejemplo, a producir varios discos de Toreros Muertos, a montar un grupo de jazz o a componer la melodía que abría los telediarios de TVE desde 1994 hasta 2004.

-Lo de la producción de discos lo empezamos con un cantautor, Javier Batanero. Le lié a Andreas (Prittwitz), y con él hice también a los Toreros Muertos tras ver que tocaban casi a diario en un bar de Madrid, el Casi casi. Les hicimos el primer disco, y como tuvieron éxito, me echaron (risas). Posteriormente volví a producirles cuando ya el éxito no les sonreía tanto (risas).

Curiosamente, una buena parte de su trabajo, para otros, ha estado vinculado a a artistas o proyectos en los que el humor era parte importante: Faemino y Cansado, Pepín Tré, Pablo Carbonell...

-Bueno, pero también trabajé con Manolo Tena, que no tiene nada que ver con el humor, en sus canciones... Pero sí, ha sido así sobre todo porque el humor es un género que te da una gran conexión a la hora de plantear y pensar las cosas. Además, yo, como compositor instrumental me considero cómico porque jugueteo mucho con las cosas, lo que no quiere decir que la gente se eche a reír con mi música. Por ejemplo, tengo compuesto un zortziko que se titula Gazpatxo, y por lo tanto es un zortziko andaluz.

También ha sido crítico musical, ¿cómo se siente un músico ‘criticando’ el trabajo de otros compañeros?

-Visto con el tiempo, con mucha vergüenza, porque creo que era un pedante de tomo y lomo. Me da bastante vergüenza cuando me encuentro con alguno de los artículos que escribí para El País, no me gustan nada. Y, ademas, sufría mucho porque, aunque ahora ya se me ha soltado la pluma, yo siempre he sido un tanto barroco y la verdad es que sufría escribiendo.

En cuanto a su faceta más jazzera, ¿la va a recuperar?

-De momento, no. En cualquier caso, aunque yo no pretendo hacer cosas complicadas, armónicamente se me ve el plumero; de hecho toco un par de blueses jazzísticos.

Ahondado en esa actividad diversa, López de Guereña también ejerce de unos años a esta parte de guitarrista de Palito, una artista a la que muchos colocan en la estela de Krahe.

-Y no solo Palito. Curiosamente, también tengo vinculación y me he puesto a enredar con el otro tipo que le ha interesado a Krahe en el último año, Jorge Kamankola, un cantautor cubano muy poético y con mucha fuerza. Efectivamente, la estela de Krahe sigue en Palito y en Kamankola.

¿Se le va a hacer, por parte de sus músicos (Javier López de Guereña, Fernando Anguita y Andreas Prittwitz) algún tipo de homenaje a Javier Krahe?

-Pues mira, dentro de un rato comemos Fernando, Andreas y yo, y ese va a ser el tema de conversación principal, porque algo tenemos que hacer... Todavía con Javier de cuerpo presente en su casa salieron muchas voces, peticiones y ofertas. Pero yo ahí dije lo que era obvio y lo que Krahe hubiera dicho: “Cuando acaben las vacaciones hablamos”. Claro que hay que hacer algo, pero, aunque suene petulante, lo que hagamos tiene que ser exquisito y bien atado. Pero todavía no tenemos nada concreto en mente. Sí que sé que quieren reeditar el libro de canciones pero ya completo, ya que la última era de 2005. Ahora se están haciendo homenajes más locales, como el de Pamplona, y me parece muy bien, pero el oficial lo tomaremos con un poco más de calma.

Aunque no tengan todavía nada cerrado, ¿se baraja la posibilidad de que en algún momento salgan a la luz esas canciones que Krahe tenía escritas y no llegó a grabar ni estrenar?

-El problema es que solo sabemos la música de una, que ya estrenamos, pero que luego cambiamos... No tenemos más músicas disponibles, pero bueno, tanto Fernando como yo hemos compuestos algunas músicas para Javier, en cualquier caso esto es algo que hay que ver con mucha prudencia, y pensarlo bien. Publicar las letras, sí, desde luego, pero las canciones es otra cosa... Yo sí me atrevo a cantar Don Andrés, pero Krahe es muy Krahe y no es tan fácil...

¿Qué ha sido Javier Krahe para Javier López de Guereña?

-Krahe ha sido mi segundo padre, porque he aprendido muchísimas cosas de él como un hijo; de hecho, me autodesigné hace muchos años como “hijo predilecto” de Javier Krahe. Pero Javier también ha sido mi mejor amigo y también un compañero de trabajo y artístico imposible de valorar...

Y, ¿qué cree que ha significado su obra y su figura en la música estatal?

-Ya lo veremos... Las canciones de Javier son tan especiales, tan singulares y tan variadas que, de hecho, creo muchos todavía no han descubierto lo que es Krahe musicalmente; lo han descubierto literariamente, pero no musicalmente. La gente tiene una idea muy primitiva, que si Brassens, que si canciones sencillas... pero realmente es otro mundo que no creo que vaya a ser de dominio público pero sí de una minoría.