e diccionario de la RAE define el término inopia como sinónimo de indigencia, pobreza, escasez y también como ignorar algo que otros conocen, no haberse enterado de ello. Y me surge la duda de inopia o conspiración ante el comportamiento de algunas cadenas de tele que el pasado domingo decidieron pasar en quinta de lo que estaba ocurriendo en el parlamento catalán, fuera histórico o no histórico.

Solamente dos emisoras televisivas acudieron veloces a cubrir las muchas horas de investidura presidencial autonómica que se acumularon en la tarde-noche del domingo y que terminó con el nombramiento del nuevo president catalán.

La muchachada de Antonio Farreras y Ana Pastor se sumergió en la actualidad de todo lo que iba ocurriendo en el Parlament y lo hizo con su característico estilo fresco, desenfadado y directo, metiendo el dedo en la llaga y poniendo contra las cuerdas a muchos de los protagonistas de la sesión.

Tanto la Sexta como la cadena de información continua, la gubernamental 24 horas pusieron armas y bagajes al servicio de la actualidad en cumplimiento de su misión informativa, en un momento relevante, que estas televisiones supieron entender y servir a la audiencia.

Unos cumplieron y otros se mantuvieron al margen de la jugada informativa, haciendo un seguimiento menor de la actualidad política, en una decisión que suena a conspirativa, con la intención de dar poca notoriedad a un hecho noticiable que pareció querían aminorar, apagar, hacerlo desapercibido, que ya uno no puede fiarse ni de su sombra en el asunto politiquero. Una vez más La Sexta dio en la diana con periodistas y comentaristas bajo el mando del jefe A.F., que goza con estas situaciones, y acertó a la hora de calibrar la importancia de los acontecimientos retransmitidos en riguroso y poderoso directo, cumpliendo con su obligación profesional.