madrid - La cantante, modelo y artista multidisciplinar Bimba Bosé, de 41 años, falleció ayer en Madrid, tras una larga lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que padecía desde hace más de dos años.

Rodeada de sus hijas y familia más cercana, la sobrina del cantante Miguel Bosé e hija de Lucía Dominguín Bosé falleció en el Hospital Ramón y Cajal, donde ingresó la semana pasada procedente de Sotogrande (Cádiz), donde vivía retirada desde hacía unos meses.

La artista, que sufría metástasis en huesos, hígado y cerebro, confirmó su enfermedad en 2014, con una fotografía en su perfil de Facebook, en la que aparecía con un pañuelo que cubría su cabeza, señal del tratamiento al que se estaba sometiendo.

Durante la enfermedad, contra la que luchó junto a su actual pareja, el también modelo y DJ inglés Charlie Centa, la musa del modisto David Delfín, su gran amigo, siempre mantuvo una actitud positiva y continuó trabajando durante todo el tiempo que pudo, sin perder la sonrisa, convencida de que vencería al cáncer.

la ‘niña’ con voz propia dentro del clan Heredera de una larga estirpe de artistas que abrazaron con éxito casi todos los palos, Bimba Bosé (la niña, en italiano) insistió durante su carrera en trazar un camino propio, constante y osado, ya fuese como cantante, DJ, actriz, diseñadora o modelo, incluso en el modo de afrontar las huellas del cáncer.

Nieta del torero Luis Miguel Dominguín, su empeño no significó nunca renunciar a las raíces, como demuestra el hecho de que portara orgullosa el apellido de su abuela, Lucía, musa de Michelangelo Antonioni y miss Italia 1947, de quien heredó su particular canon de belleza, su pulsión creativa y su gusto por transitar por las lindes de lo establecido.

De ella se dijo a menudo que era “la musa de...”. “No me siento musa, este es un proyecto en el que he crecido mucho”, precisaba acerca de su paso por la marca Davidelfin, que creó en 2001 junto al diseñador que le daba nombre y los hermanos Postigo, Deborah, Gorka y su exmarido y padre de sus dos hijas, Diego.

En 2013 presentó su primera colección en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid, sin el parapeto del que, al final, fue su compañero más inseparable, David Delfín, junto al que padeció de forma paralela el cáncer y al que vio recibir hace solo unos meses el Premio Nacional de Diseño de Moda España 2016. De su mano trazó imágenes emblemáticas, como la del desfile de la Pasarela Cibeles de 2002, con el pecho al aire, la cabeza envuelta en una capucha y, al cuello, una soga. Años más tarde volvería a descubrirse el pecho en otra imagen icónica y revolucionaria, mostrando las cicatrices de la mastectomía a la que se sometió en 2014.

Se sumergió en la música junto a The Cabriolets. Debutó cantando una versión de Como yo te amo, de Rocío Jurado, y en sus grabaciones abundó el inglés, con una mezcla de pop, rock, soul y rythm & blues. Demo (2008), Close (2010) y El feo (2012) fueron fruto de aquel trabajo, álbumes en los que hablaba de sentimientos, de sensaciones, “de la vida y de la muerte”. En la memoria también quedará su exitosa colaboración junto a su tío, Miguel Bosé, en Como un lobo.

Grabó un documental con De la Iglesia, escribió un libro sobre su experiencia como madre y hasta fue DJ en el Guggenheim de Bilbao. “Me cuesta decir no al trabajo. Disfruto mucho de lo que hago”, comentaba la artista, que también probó en la gran pantalla. Participó en el biopic sobre el poeta Jaime Gil de Biedma, El cónsul de Sodoma (2009) y en Julieta (2016) de Pedro Almodóvar, una pequeña colaboración que constituyó una de sus últimas aportaciones. - Efe