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Las mil caras de Paesa destapan las cloacas del Estado

José Antonio Félez y Emilio Gutiérrez Caba presentan en la Muestra deTudela la cinta de Alberto Rodríguez

Las mil caras de Paesa destapan las cloacas del Estado

tudela - “Los espías españoles no trabajamos con pistolas sino con chequeras”. La frase la espeta en la pantalla con la calidad de manejarse en el oficio desde hace medio siglo, Emilio Gutiérrez Caba, que ayer presentó en la penúltima jornada de la Muestra de Cine Español de Tudela, El hombre de las mil caras, del prolífico y solvente director sevillano Alberto Rodríguez. La película, que le valió a Carlos Santos el Goya al mejor actor revelación, discurre por las casposas y enmarañadas tramas de espionaje y politiqueo, en el peor sentido de la palabra, de los años 90 en España, alrededor del siniestro personaje que fue y es Francisco Paesa, cuya relación con el Estado, el exministroAlberto Belloch y Luis Roldán se explota en favor de una historia de trileros más descorazonadora que otra cosa por la realidad que retrata. Sobre las curiosidades del personaje alrededor del que gira la historia, el productor del largometraje, José Antonio Félez, aseguró ayer que durante el rodaje existió en todo momento “la premonición de que en cualquier momento iba a aparecer Paesa y, de hecho, no se si llegó a estar, pero tenemos serias sospechas de que pudiera porque hablamos de un personaje con tremendas ganas de notoriedad”. Y así parece teniendo en cuenta que justo antes de la presentación de El hombre de las mil caras en el Festival de San Sebastián, Paesa salió en la portada de Vanity Fair, “algo que estoy seguro de que tenía calculadísimo”, consideró Félez.

veteranía crítica Sobre su participación en el proyecto de Alberto Rodríguez, el veterano Gutiérrez Caba, que interpreta a un agente del gobierno “sin definir”, comentó que “mi papel muestra a ese tipo de personajes espeluznantes que nos cruzamos por la calle y que no sabemos quiénes son ni la importancia real que tienen”. En relación a su apuesta por el proyecto del responsable de Siete vírgenes, Grupo 7 o La isla mínima, el actor vallisoletano afirmó que “Alberto es para mí un referente, un director serio, asequible y riguroso a la hora de trabajar, que sabe conducir a los actores y ubicarlos en su película; me provocó una profunda confianza como director y por eso trabajé con él. Si no fuera así, lo diría porque no soy corporativista en ese sentido y reconozco que hay directores conscientes y otros muy inconscientes”, apostilló. Crítico con “la alarmante paralización de la cultura española”, Emilio Gutiérrez Caba mostró su preocupación por el panorama de los más jóvenes en el cine, el teatro o la televisión, citando el alto paro que registra una profesión que en su caso atrapa a buena parte de su árbol genealógico. “Todo está cambiando mucho, yo asisto a este otro mundo como un espectador”, dijo confiando en que sagas como la suya puedan repetirse. Sobre su presente y su futuro, el actor adelantó que se encuentra preparando un libro sobre su familia, ensaya en una película con Carmen Conesa y está inmerso también en el nuevo proyecto de Julio Médem.

Con humor, confesó que donde más agusto se encuetra es “sin duda, en mi casa”.

Enma Suárez. La actriz madrileña, ganadora de dos premios en la última edición de los Goya, el de mejor actriz protagonista por Julieta y el de mejor actriz de reparto por La próxima piel, será homenajeada hoy en Tudela.

Estreno. Suárez recibirá en el cine Moncayo el premio Castildetierra, el día en que se estre-

nará en Tudela La próxima piel, de Isaki Lacuesta.