PAMPLONA. En su intención de compartir con los ciudadanos "lo que hacemos todos los días en las aulas", el Conservatorio Profesional de Música Pablo Sarasate (CPM) ha puesto en marcha otra iniciativa en la que colaboran distintas agrupaciones y que se materializará el 26 de mayo en el concierto extraordinario en el que, entre otras, se interpretará Adiemus II. Cantata Mundi, la primera y ambiciosa incursión en el repertorio sinfónico coral del compositor galés Karl Jenkins. Todo, con cerca de 200 personas sobre el escenario de la sala principal de Baluarte.
Las entradas ya están a la venta por 10 euros. La Orquesta Sinfónica y el Coro del CPM, y alumnos de 1º, 2º y optativa de Canto del mismo centro unen esfuerzos con el Coro Juvenil de la Escuela de Música del Valle de Elorz en un proyecto que se ha convertido en "una montaña de ilusión" para los participantes.
Así lo explica el director del Pablo Sarasate, Carlos Etxeberria, para quien esta propuesta cumple con la "misión" de "ofrecer una formación integral a nuestros alumnos", y, a la vez, continúa con el propósito que se fijó la nueva dirección a principios de curso de "abrirnos a la sociedad". "Todo lo que hacemos debe revertir en la sociedad, los ciudadanos tienen derecho a saber qué hacemos en las aulas y deben poder disfrutar de ello", insiste el director, que, al margen de la actuación del día 26, invita a los navarros a acercarse a su edificio en el paseo Antonio Pérez Goyena de Mendebaldea para comprobar que "se hacen producciones de verdadero nivel". "Nos gustaría también empezar a ir a pueblos y escuelas de música para mostrar nuestro trabajo ante la sociedad en general y ante esos alumnos potenciales a los que puede interesarles dar el siguiente paso y matricularse en nuestro centro", indica. Lo cierto es que, durante este ejercicio, el CPM ya ha puesto en marcha dos interesantes actividades como la semana de puertas abiertas junto con las escuelas de música y el estreno de la zarzuela La Gran Vía.
colaboración Otra de las premisas del proyecto que ha puesto en marcha el equipo directivo del CPM es la colaboración entre las agrupaciones que existen dentro del Conservatorio (estudiantes y profesores) y con entidades externas. En este caso, subirán a escena los 60 componentes de la Orquesta Sinfónica del centro, bajo la batuta de Asier Zabalza; 12 solistas de los cursos de Canto y 85 miembros del Coro, dirigidos por Mercedes Gorría, y alrededor de 32 cantantes del Coro Juvenil de la Escuela de Música del Valle de Elorz, al mando de Laura Álvarez, que agradece la invitación del Conservatorio y destaca las "ganas" con las que se está preparando el concierto.
"Los chavales tienen mucho mérito, están preparando los exámenes de fin de curso, pero sacrifican mucho de su tiempo libre y se esfuerzan por venir a los ensayos", dice. Y añade: "Como coro de una escuela de música no tenemos oportunidad de actuar en escenarios como Baluarte y estamos todos con mucha ilusión". Del mismo modo, Gorría y Zabalza comentan que llevan ensayando esta cita desde comienzos de curso, aunque alternándola con otros proyectos, y no será hasta este próximo viernes cuando reunirán a todos los protagonistas en el primer ensayo general conjunto. "Los alumnos están trabajando con mucha ilusión, poder estar en Baluarte y enseñar lo que hacemos no solo a los padres, sino también a la sociedad en general da un plus de entusiasmo al proyecto; en el fondo, nos dedicamos a comunicar", y eso es lo que este concierto supone, a juicio de la profesora Gorría, responsable de coordinar a todos los cantantes y de diseñar dos coreografías inspiradas en bailes egipcios e indios que ejecutará el coro. una obra humanista Esos movimientos "ayudan a encontrar el sentido" a una pieza, Adiemus II.
Cantata Mundi, cuya letra no tiene ningún significado concreto, agrega Gorría. Coincide Zabalza, que señala que la obra se mueve en torno a un "lenguaje universal y humanista" sencillo de comprender. En cuanto a la música, los 200 participantes interpretaran ocho de los catorce números de la composición original, con intervenciones de los solistas, en unos momentos, y del coro al completo, en otros, pero también de grupos camerísticos "para darle distintos colores" al resultado. Para Laura Álvarez, la música es "muy atractiva" para los coralistas, ya que "mezcla tintes étnicos con otros de música antigua". "Engancha mucho a los chavales también porque tiene mucha percusión", continúa el director de la orquesta, que ha optado por diez percusionistas y una flauta de picos solistas para dar forma a esta pieza que será el centro de un concierto en el que habrá más ingredientes. Al principio sonará la Obertura de El cazador furtivo, de Weber, y, posteriormente, el Preludio de La Creación de Haydn, para dar paso a Adiemus II. Cantata Mundi, de Karl Jenkins.