‘Jito Alai’, la tierra baila
El Teatro Gayarre acogerá entre mañana y el sábado tres funciones del espectáculo de música y danza con el que se recuerda a José Antimasberes Echeverría, el último gitano nómada de Navarra, y a todos los artistas bohemios del mundo.
ya ha llegado el día. Unos meses después de que recibiera el Premio Gayarre al Proyecto Escénico 2018, el equipo que ha montado el espectáculo de música y danza Jito Alai. Aires Bohemios. La tierra baila cuenta las horas que faltan para su estreno mañana en el teatro pamplonés, donde se representará también el viernes y el sábado, todos los días a las 20.00 horas. Tres funciones impregnadas del espíritu libre de José Antimasberes Echeverría, el último gitano nómada navarro, al que aun muchos recordarán por su forma espontánea de bailar, en la que mezclaba un flamenco muy particular con las tradiciones autóctonas del territorio foral.
La idea se le ocurrió a Josetxo Goia-Aribe hace ya un tiempo. “Empecé solo componiendo la música y poco a poco fui buscando colaboradores”, cuenta el compositor, que pronto encontró la complicidad de la guitarra de Mixel Ducau y del contrabajo de José Miguel Garzón y de los vastos conocimientos de Cristina Álvarez, responsable de la Escuela de Danza de Navarra y directora artística de Jito Alai. Esta, a su vez, encontró en Carlos Chamorro y Mariana Collado al “elenco ideal” para las coreografías de flamenco con tintes contemporáneos y raíces populares que exhibe esta propuesta que pretende “ser nómada” y recorrer Navarra como lo hizo José en su día. Así lo deseó ayer la productora Pilar Chozas, de Yerbabuena Producciones, en una rueda de prensa en la que también compareció la directora de Acción Cultural del Gobierno de Navarra, Dori López-Jurío, que recordó que este premio pretende, precisamente, fomentar las giras de proyectos escénicos navarros en colaboración con la Red de Teatros de Navarra, cuya presidenta, Zutoia Toral, se comprometió a “difundir” esta obra entre sus asociados, algunos de los cuales ya han mostrado interés en programarla.
“Esto ha sido como un puzzle, un ensamblaje de piezas” que partió de la “creatividad” de Josetxo Goia-Aribe, apuntó Chozas. Y el músico afirmó estar orgulloso de haberse rodeado del “mejor equipo del mundo mundial” para dar forma a este montaje de música y danza que se han inventado “desde cero con el máximo respeto a una persona que ya no está”. “No hay imágenes sobre cómo bailaba, y, más allá de nuestra memoria, no contábamos con otro material; hemos sido valientes”, subrayó el músico, que ha compuesto todas las melodías salvo dos, Romanza Española y Aires Gitanos, de Pablo Sarasate, que ha “deconstruído” con grandes licencias y compases de nuevo cuño. En definitiva, los músicos, que se mantendrán todo el tiempo en escena, interpretarán temas con un fuerte sabor contemporáneo y referencias tradicionales más o menos evidentes, con alusiones a danzas circulares, de paloteados, fandangos, jotas, murgas, etcétera, además de algunos ecos del este de Europa.
dos bailarines libres En cuanto a la danza, Cristina Álvarez ha creado un diálogo entre los dos bailarines, con movimientos no estáticos abiertos a la improvisación. En escena veremos elementos de danza española, así como de flamenco, de danza contemporánea y de las raíces populares de esta tierra. Todo, al servicio de contar esta “fantasía”, “un cuento que desemboca en el arte de calle, en el arte espontáneo” que representaba este gitano cuya esencia tiene la labor de encarnar Carlos Chamorro. “Para mí es un placer estar en este proyecto y haber conocido a esta figura, su sabiduría y su forma de vivir”, indicó el bailarín, que se ha sentido identificado con el personaje, ya que, después de haber formado parte de importantes compañías de danza, un día decidió romper con todo y seguir su propio camino. “Me di cuenta de que quería ser libre y hacer lo que me salía de dentro. Cuando bailo no hay otra cosa para mí, solo esa música, ese instante y yo, y en eso me siento muy cerca de José”.
Le acompañará sobre las tablas Mariana Collado, que da vida a la tierra, la tradición “y las raíces que nos conectan”. Ella le va guiando a él a lo largo de la obra, llamando a la música y dejándose llevar los dos por los aires bohemios. “Me gustaría que cada espectador se llevara un mensaje relacionado con esos valores que José siempre transmitió a los suyos”, como el amor a la tierra, al instante, al baile, a la música... “La danza es un lenguaje tan universal que puede darle un puntito de luz a esta forma de vida que ya casi ha desaparecido”, agregó la bailarina.
un gitano septentrional Aunque Jito Alai parte de la historia de un hombre concreto, está “dedicado a todos los bohemios y bohemias del mundo”, insistió Goia-Aribe, que conoció a José Antimasberes y mantiene contacto con Belén, su hija pequeña. “Sus hijos ahora están más o menos disemaninados, pero Belén nació en Añorbe, que es donde José decidió instalarse después de años siendo nómada junto con su familia, y está encantada, emocionada, como en una nube, de ver lo que hemos hecho”, añadió, y comentó que varios familiares asistirán mañana a este homenaje a todos los artistas de espíritu nómada en el Teatro Gayarre. “Como en casa, en ningún sitio”, terminó el compositor.
¿Quién fue José Antimasberes Echeverría? Entre los años 60 y 90 del siglo XX, José Antimasberes Echeverría recorrió la mayoría de los pueblos de la Zona Media y la montaña de Navarra con un carromato en el que llevaba a su familia. Arreglaba utensilios cotidianos y, si tocaba, trabajaba de temporero. Allá donde iba, y después de mostrar lo que vendía y de ofrecer sus servicios, se arrancaba a bailar acompañado de la música que llevaba en un radiocasete a pilas. Su carisma, su espontaneidad y su particular puesta en escena enternecían al público, que jamás permanecía indiferente ante su llegada.
Jito Alai. El nombre del espectáculo significa gitano alegre y hace referencia al frontón que se ubica en el Baluarte del Labrit de Pamplona y donde gitanos y payos convivían jugando a pelota. Precisamente, Antimasberes nació en un carromato junto a otra muralla, la de Olite. Folclore navarro. Numerosos elementos hacen referencia al folclore navarro en este espectáculo, desde la música hasta el gorro que lleva Mariana Collado y que corresponde a la danzaconocida como Katxutxa de Ochagavía.