madrid - La polémica retirada de la obra Presos políticos, de Santiago Sierra, y el debate generado en torno a ello sobre la censura y la falta de libertad de expresión ha eclipsado la 37ª edición de ARCOmadrid, que cerró ayer sus puertas con un aumento de ventas. “La estimación global de ventas se hará más adelante, estamos elaborando ahora una encuesta con los galeristas, pero creo que superará entre un 10% y un 20% los resultados de años anteriores”, señaló Carlos Urroz, director de la feria.
La controversia con respecto a esta pieza -compuesta por 24 retratos con un precio de 80.000 euros más IVA y que mostraba retratos pixelados de políticos, entre otros, encarcelados como Oriol Junqueras o Los Jordis- estalló desde primera hora del miércoles, 21 de febrero, día en que abría sus puertas la feria a los profesionales, al acceder la galerista Helga de Alvear a retirar el montaje de Santiago Sierra a petición del presidente de Ifema.
Ifema justificó la retirada al entender que “la polémica generada perjudicaba la visibilidad” del conjunto de contenidos de la Feria. La Junta de Ifema avaló, con los votos en contra del Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Montemadrid, la petición del presidente. Al día siguiente, Ifema se disculpó con los galeristas.
Una serie de cinco fotografías realizadas por el artista alemán Thomas Ruff ocuparon el espacio en blanco que dejaba Presos políticos.
Así, fueron numerosos los representantes de la política española los que valoraron la retirada de la obra, haciendo especial hincapié en la falta de libertad de expresión. Desde el Gobierno se recalcó en numerosas ocasiones que no había en España presos políticos, mientras que desde el PSOE, Cs y Podemos rechazaban su retirada. Urroz también expresó su disconformidad con lo sucedido.
Antes de su retirada, el productor catalán Txato Benet ya había comprado la obra, que se expondrá en el Museo de Lleida. El artista realizará hoy una presentación de la obra en Madrid y tiene prevista otra presentación en Valencia.
En cuanto al tipo de comprador en la feria, Urroz destaca el coleccionista privado, tanto español como extranjero. También han comprado “importantes museos extranjeros” y instituciones españolas, como el Reina Sofía, la Fundación ARCO y la Comunidad de Madrid, pero en general la recuperación económica no parece haber llegado aún a comunidades autónomas y ayuntamientos.
La Fundación ARCO, cuya colección se aloja en el CA2M de Móstoles (Madrid), ha adquirido obras por valor de 175.000 euros de los artistas Amalia Pica, Armando Andrade Tudela, Laure Provost, Lily Renaud Dewar, Yorgos Sapountzis, Francesc Ruiz y Eva Fábregas.
El Reina Sofía anunció la adquisición de obras de 12 artistas por un valor global de 389.200 euros. Y la Fundación Helga Alvear se ha hecho con una de las obras más emblemáticas de esta edición, el Pavilion for showing rock de Dan Graham, por 500.000 euros.
Entre las obras vendidas en ARCO 2018 destacan también una escultura de Baltasar Lobo, Mère et enfant, de 330.000 euros; la pieza Escritura verde superior de Jesús Rafael Soto, que ha alcanzado los 800.000 euros, o dos obras de Antonio López, vendidas por Marlborough por 315.000 y 90.000 euros.
LIBERTAD Los datos confirman que la polémica y el ruido mediático desatado por la obra Presos políticos no ha sido un obstáculo para las ventas. Para Urroz, “pedir a la galería que retirara la obra fue una decisión desacertada y que la galerista la retirara también, pero esto tiene que servir para aprender que en ARCO todos los artistas tienen libertad de presentar la obra que quieran, dentro los parámetros de calidad que exige el comité organizador”, señaló. - Efe/D.N.
Visitas. El número de visitas, a falta de contabilizar el día de ayer, se sitúa alrededor de las 100.000, como en 2017, de las que unas 30.000 corresponden exclusivamente a visitantes profesionales en los dos primeros días de feria.
Precios. Nature morte, de Picasso, valorado en 2,5 millones de euros es una de las piezas más caras de esta edición y La noche es nuestra, de Pauline Fondevila, y una escultura en ganchillo de Alex Francés -valoradas en 800 euros-, las más baratas.