Huellas de vida de Egulbati
El pueblo navarro de Egulbati, territorio abandonado, inspira el proyecto ‘La noche que lo hace visible’ de los artistas Rachel Labastie y Nicolás Delprat.Se inaugura hoy en el Centro Huarte.
El territorio abandonado de Egulbati, y las huellas de quienes lo habitaron y deshabitaron, son el motor que activó, hace ya casi un año, la inspiración de Rachel Labastie y Nicolás Delprat. Ambos artistas, residentes en Bélgica e interesados en trabajar en torno al patrimonio inmaterial vasco, son los creadores del proyecto expositivo La noche que lo hace visible, que inaugura hoy el Centro Huarte.
Un trabajo que nos habla del territorio y de la construcción de la memoria, de la memoria viva del ayer, tan necesaria para comprender el mundo de hoy, a través de las huellas de un pequeño enclave situado en el Valle de Egüés. Los dos artistas han trabajado sobre el terreno, entrevistando a antiguos habitantes de Egulbati, viviendo el lugar y recogiendo elementos del pueblo que remiten a su historia, para realizar este proyecto, que tuvo como momento clave la noche del 6 de octubre de 2017. Una noche de luna llena en la que se realizó en Egulbati una ceremonia vernácula, una acción colaborativa entre 60 personas que pernoctaron en el pueblo. Rachel Labastie propuso crear esculturas de barro cocido en un horno tradicional, generado en un agujero de 3 metros de diámetro sobre un fondo de tejas de casas abandonadas de Egulbati, que se mantuvo encendido toda la noche. Por su parte, Nicolás Delprat intervino sobre la arquitectura abandonada del pueblo, una acción a la que ha dado continuidad en el trabajo plástico que comparte ahora con el público en Huarte.
Dos obras de artistas diferentes pero con una relación visible: la importancia de la luz (a través del fuego, en el caso de Rachel Labastie, y a través de una pintura fosforescente en el caso de Nicolás Delprat). Luz que nos habla de lo habitado, lo habitable, o de la huella de vidas pasadas.
recomponer la historia El trabajo de Rachel Labastie está muy relacionado con la cerámica. “Los arqueólogos pueden recomponer la historia de un lugar a través de las piezas de cerámica del mismo, y cuando llegué a Egulbati me encontré con esas huellas, cerámicas de distintas épocas de la historia del pueblo, y quise recuperarlas”, cuenta la artista, cuyo “gran descubrimiento fueron los restos de lo que había sido un taller de cerámica en el pueblo, dirigido por una mujer, según supimos luego”. De ahí surgió la idea de crear esas esculturas a modo de bastones de cerámica que se cocieron en aquella ceremonia nocturna en torno al fuego, en tierra cruda del propio pueblo, y que ahora se exponen en Huarte. Junto a estas piezas, Labastie muestra otras como un círculo realizado con la ceniza del fuego de aquella noche y que representa la forma de la luna llena que les iluminó en la ceremonia; restos de las tejas que se recogieron en su día de casas del pueblo para adecentar el fondo del horno, usadas, teñidas en aquel acto poético compartido; y otras piezas que la artista ha creado en arcilla en torno a la idea del trabajo de la tierra, como una serie de hachas. Además, Rachel Labastie recupera para este proyecto una escultura que realizó para otra exposición, titulada Je suis partie, je suis partie -himno de la cultura gitana- y que consiste en una rueda creada en mimbre, “la rueda del carromato gitano”. “Esta pieza evoca el viaje, físico y mental; el trabajo artesanal y la idea de desplazamiento, tan relacionada con un pueblo como Egulbati, donde la gente se ha ido, y que está en la frontera”, explica la autora.
El trabajo de Nicolás Delprat se desarrolló en el terreno mediante una intervención que el pintor llevó a cabo sobre la arquitectura abandonada del pueblo. Casas cuyas entradas habían sido tapiadas con ladrillos rojos y que la propia gente había destruido para acceder a sus interiores. Esos muros de ladrillos rojos fueron sus lienzos. “Los agujeros, fruto de la acción del hombre de romper esas tapias, estaban ahí, y mi intervención se limitó a enyesar el muro de alrededor de esos huecos, generando una capa lo más lisa posible, y pintarlo todo después de un negro brillante. Sobre el dibujo del agujero redibujé de manera geométrica esa forma del propio agujero y luego llevé ese diseño a una estructura de hierro y la pinté con una pintura fosforescente que tiene la particularidad de que absorbe la luz del día y la devuelve a la noche en forma de luz fosforescente”, explica Nicolás Delprat, a quien le interesa “utilizar las propias herramientas que me da el lugar, en este caso un pueblo abandonado. Uso lo que me encuentro allí”, dice el artista, seleccionado este año por este proyecto en torno a Egulbati como residente en la Casa Velázquez de Madrid. En el Centro Huarte, Delprat muestra estructuras fosforescentes y varios lienzos creados con pintura acrílica que evocan su acción sobre el terreno de Egulbati y cuyo colorido está inspirado por “los grafitis que me encontré en el pueblo, en el frontón y en casas abandonadas”, cuenta el artista. Color que aporta “esa dosis de caos, ese contrapunto al orden” que en el pueblo venía dado por la destrucción de esas tapias por acción del hombre. En sus cuadros, el paso del tiempo está presente en la propia pintura, en la manera en que ésta cae sobre el lienzo, construyendo memoria viva.
Título. La noche que lo hace visible.
Autores. Rachel Labastie y Nicolás Delprat, artistas residentes en Bélgica.
Lugar. Centro de Arte Contemporáneo Huarte.
Inauguración. Hoy, a partir de las 11.00 horas.
Fechas y horario. La exposición permanecerá visitable del 24 de marzo al 29 de abril, en el siguiente horario: los viernes de 17.00 a 20.00 horas; y sábados, domingos y festivos (incluidos jueves y viernes de Semana Santa) por la mañana, de 11.00 a 14.30 horas.
Producción. Centro de Arte Contemporáneo Huarte, en colaboración con el Ayuntamiento de Egüés, la Eurorregión Aquitania-Euskadi-Navarra, el Gobierno de Navarra, el Drac Nouvelle Aquitaine, el Gobierno Vasco, el Departamento de los Pirineos Atlánticos, el Ministerio de Cultura de la república de Francia y la escuela francesa Casa de Velázquez.
Comisariado. Julie Laymond, del colectivo artístico COOP de Baiona.