pamplona - Jon Arretxe presentará mañana, a las 19.00 horas, en la librería Elkar Comedias de Pamplona su nueva novela, La Banda de Arruti, en la que deja descansar al personaje de Touré y se traslada del barrio de San Francisco de Bilbao a su localidad natal, Basauri, para presentar una historia sobre el atraco perpetrado por un peculiar grupo de personajes que moran en ese submundo que tanto le gusta retratar al autor.
Arretxe, vecino de Arbizu, salda una deuda ubicando esta trama en Basauri. “Después de situar unas cuantas novelas negras en el extranjero y otras en Bilbao, ya iba siendo hora de situar una en el lugar donde me crié”; un municipio que, además, tiene “todos los ingredientes de la novela negra tradicional: lugar industrial, con mucha inmigración, con una cárcel muy antigua y un cuartel de Policía enorme... Dicen que Basauri es un pueblo de lo más feo, pero a mí me gusta su gente, muy normal, con poca tontería, y allí te puedes encontrar personas de lo más variopinto”, afirma el escritor. Precisamente, de ahí surgen los personajes, “cuatro exmacarrillas que con el tiempo se han convertido en delincuentes de diferente índole, los cuatro supervivientes de la famosa Banda de Arruti”. Arruti, Urrutxurtu, Delgado y Ereño desencadenarán una serie de acontecimientos de desenlace inesperado tras intentar apropiarse de un hipotético botín. Junto a ellos, pululan por estas páginas un escultor sui generis y una caribeña amante de uno -o varios- de los quinquis. “Algunos están basados en personas reales, y al escultor incluso le he mantenido el nombre, Lizaso, que es un artista de talla internacional que era amigo mío desde pequeño y que, a pesar de todo lo que le hago en la novela, sigue considerándose mi colega”, bromea el autor.
La Banda de Arruti continúa siendo novela negra, “y también he intentado que esté llena de sorpresas para el lector”. Lo que la diferencia de las otras “es que el tema de la inmigración no tiene tanto peso y tampoco se sitúa en el extranjero”, indica Arretxe, que reconoce habérselo pasado muy bien escribiéndola. “Me he divertido mucho, ha sido una escritura fluida y creo que el lector podría tener unas sensaciones similares a las mías al leerla”.
historias cinematográficas En esta ocasión, el escritor vuelve a apostar por una historia de amistad, un aspecto muy presente en las novelas de Touré, su personaje fetiche, donde es patente “la solidaridad incondicional entre los personajes principales, la mayoría de ellos de origen africano, gente que lleva en el ADN ese sentimiento de compañerismo, hospitalidad...” Sin embargo, en este caso es una relación diferente, ya que casi todos los personajes son occidentales y “la escala de valores es otra”. Tanto es así, que no dudan en “jugar con la amistad, la traición y en engaño”.
Desde Erein explican que una de las características de este texto es su ritmo trepidante, al estilo cinematográfico, y es, precisamente, lo que buscaba Arretxe. “Me gustan las novelas breves, a las que no les sobren páginas y que te tengan enganchado todo el rato. Algunos me dicen que me paso de breve, el editor de vez en cuando me suelta que están de moda los ladrillos y que tal vez debería extenderme más, pero ese no es mi estilo”, señala, y reconoce que le haría ilusión que llevarán alguna de sus novelas al cine. De hecho, ya ha recibido “un par de propuestas muy entusiastas”, una de un productor y otra de un director, pero el del audiovisual es un mundo que requiere financiación y ambas están a la espera. De momento no se hace muchas ilusiones y se consuela sabiendo que ha despertado el interés de ese mundillo. La Banda de Arruti también “sería muy apropiada”. “El escultor Lizaso está entusiasmado con la idea y dice que va a mover sus contactos, a ver si hay suerte”, agrega.
En cuando a la saga de Touré, afirma que volverá, pero después de cinco títulos necesitaba dejarla respirar para no repetirse. “Con este personaje puedo sacar a la palestra problemas que en esta sociedad no queremos ver; además, percibo que los lectores le han cogido cariño y, aunque él no come demasiado bien, a mí me está dando bastante bien de comer”, así que no hay duda de que habrá al menos otra novela sobre el burkinés.