madrid - Claude Monet conoció a Eugène Boudin en 1856 en El Havre (Normandía), quien felicitó a un joven Monet que hacía caricaturas y a quien invitó a pintar con él. Así nació una relación maestro-discípulo que ahora el Museo Thyssen enfrenta en una exposición. Bajo el título de Monet/Boudin se descubre la relación entre el pintor impresionista Monet ( 1840- 1962), representante destacado de la pintura al aire libre francesa de mediados del siglo XIX, y su maestro Boudin (1824-1898).

Se exhiben un total de 130 obras, de las cuales “entre un 75 y un 80 por ciento no se habían visto nunca en España”, circunstancia que, según explicó el comisario de la muestra, Juan Ángel López-Manzanares, se debe en parte a que “Boudin es muy poco conocido en España”. Y además, como también señaló el director artístico del Museo Thyssen, Guillermo Solana, durante la presentación de la exposición, los cuadros de Monet, que es “una de las figuras más deseadas por todos los museos del mundo”, siempre son muy difíciles de conseguir.

La exposición, que cuenta con el mecenazgo de Japan Tobacco International, se divide en ocho secciones organizadas cronológicamente, y las obras han sido cedidas por museos de Londres, el Metropolitan de Nueva York o el Museo de Israel en Jerusalén, entre otros. Las obras, que se pintaron sobre todo en el norte de Francia, Gran Bretaña y Normandía, comienzan en la primera sala que se llama Paisaje pintoresco, que acoge el inicio de la relación entre ambos y en la que se encuentra el cuadro Vistas alrededor de los alrededores de Roulles (1858).

Este lienzo de Monet fue el primero destinado a ser expuesto al público y fue fruto de las primeras clases con Boudin, quien le sugería al joven al que llevaba quince años, que pintara y dibujara paisajes al natural. Era una relación que la familia de Monet no veía con buenos ojos porque Boudin procedía de una familia humilde, como explicó el comisario.

Junto al paisaje de Monet se puede ver Paisaje normando de Boudin, ambos pintados en los alrededores del Havre y con la luminosidad del día reflejada, auténtica obsesión para el maestro.

Al final de su vida, Boudin dejó dos cartas a Monet, donde resumía su amistad y donde además de alabar al alumno, le reprochaba algún desencuentro y falta de reconocimiento hacia él. “Monet se negó durante mucho tiempo a admitir que su arte podía haberse guiado por el de sus predecesores. Fue ya en un momento muy tardío de su vida cuando reconoció la deuda que tenía con los artistas de la generación anterior y más concretamente con su primer maestro, Eugène Boudin” escribió el comisario en el catálogo de la exposición que se podrá visitar hasta el día 30 de septiembre.- Efe