madrid - El gaitero José Ángel Hevia fue elegido ayer por la junta directiva salida de las últimas elecciones en la SGAE como su presidente con dos propósitos fundamentales: cumplir con el requerimiento del Ministerio de Cultura sobre su funcionamiento y evitar un “brexit” de socios.

Tras su elección, por 20 votos a favor, 12 en contra y 2 abstenciones de los 34 miembros presentes, el asturiano (1967) explicó que llega a la SGAE, que dirigirá hasta 2022, para trabajar “desde el consenso”.

El músico compareció acompañado por los nuevos vicepresidentes -Antonio Onetti (Colegio Audiovisual), Fermín Cabal (Gran Derecho), Teo Cardalda (Pequeño Derecho) y Clinton J. Williams, en representación de Alabama Music Business (Editores Musicales)- y subrayó que van a “intentar cumplir en el menor tiempo posible” el último requerimiento del Ministerio.

Cultura les ha dado de plazo hasta el 27 de diciembre para que la SGAE ajuste sus reglas de funcionamiento a la legislación europea, especialmente en lo que se refiere a sus estatutos; que sus normas de reparto se aprueben en asamblea general y habilitar el voto electrónico en sus elecciones.

Hevia aseguró, sobre el voto electrónico, cuya no habilitación en las pasadas elecciones provocó la retirada de una veintena de candidatos, que es algo a lo que se debe aspirar “no solo en la SGAE, sino en la sociedad civil de cualquier país”, y se ha “comprometido” a trabajar “desde ya” por su implantación. “Lo primero es reunirse con ese tipo de socios para intentar que no se vayan. Sería como un brexit, algo malo para todos (...) Invitaría a los compañeros que retiraron sus candidaturas a participar de la democracia de la casa y a estar presentes, no a irse”, agregó.

A vueltas con la ‘rueda’ Respecto a la llamada rueda de las televisiones, Hevia explicó que “nadie” de los nuevos órganos de dirección se “identifica” con este “término”: “No hay ni un solo miembro de la junta directiva imputado en esos hechos legales”.

Se refería Hevia a que la “rueda” fue denunciada en 2013 ante la Fiscalía Anticorrupción por el expresidente Antón Reixa y tres años más tarde fue objeto de una operación policial contra el fraude en el cobro de derechos de autor de piezas musicales que se emitían en cadenas de televisión en horario nocturno y que podía ascender a 100 millones de euros. Entre los implicados aparecía un productor que había registrado 11.000 obras en 5 años o la madre de otro que desde 2007 había inscrito 275 obras sinfónicas, recaudando el triple que Pablo Alborán con música apenas audible como fondo de programas emitidos de madrugada. Según el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que instruye el caso, una de las pretensiones de la “rueda”, por la que se registraron la SGAE y varias televisiones y se decretó prisión para tres de sus socios, era la obtención de una mayoría en su junta directiva para imponer “acuerdos abusivos para perpetuar sus intereses con evidente ánimo de lucro, en perjuicio del resto de los socios y sin que aporte de beneficio a la sociedad”.

“Es verdad que hay unos socios que participaron de un modelo de negocio tradicional y hay otros socios que participaban del negocio editorial en televisión. Parece que hay unas posturas muy enfrentadas y la única salida es la negociación”, dijo ayer al respecto Hevia, que el pasado 28 de septiembre defendió en rueda de prensa con otros músicos que están desde hoy en su consejo de dirección la existencia de “la rueda”.

los trapos sucios se lavan en casa En este sentido, el vicepresidente por el colegio de Pequeño Derecho, Teo Cardalda, calificó de “envenenamiento absoluto” la situación que vive la SGAE respecto a “la música nocturna y el voto electrónico”. “Los trapos sucios tenemos que arreglarlos dentro, tenemos que defender los derechos de los autores, a una SGAE grande y seria que represente a un país que defienda la cultura. Les pido una tregua, les pido que nos dejen intentar limpiar. Miremos para Europa y pongámonos las pilas”, añadió.

El vicepresidente por el colegio de Gran Derecho, Fermín Cabal, aseguró que la SGAE “vive un momento peligrosísimo. Estamos con un pie en el abismo, la sociedad puede desaparecer a corto plazo y este es el motivo por el que nos hemos intentado poner de acuerdo”.

El consejo de dirección lo forman los editores Laura Prieto, en representación de Editorial Arambol; Gonzalo Fernández, en nombre de El Retiro Ediciones Musicales y Clifton J. Williams, de Alabama. Por Gran Derecho están Fermín Cabal y Yolanda García Serrano; por Audiovisual, Antonio Onetti, Manuel Meliveo y Carlos Navarro, y por Pequeño Derecho Virginia Glück, Josemi Carmona, Teo Cardalda, Pablo Pinillo, Inma Serrano y Hevia. - Efe