pamplona - Leonardo Sbaraglia (Buenos Aires, 1970) ha sido la gran incorporación a la segunda y tercera parte de la Trilogía de Baztan. Durante meses, mucho se especuló sobre quién daría vida al juez Markina, un personaje clave en el desenlace de la saga, y no fue hasta octubre cuando se supo que ese intérprete tendría acento argentino, el del protagonista de títulos como Cenizas del paraíso, Plata quemada, En la ciudad sin límites, Al final del túnel, Relatos salvajes, Nieve negra o la recientemente estrenada El desentierro. Comprometido con un personaje que califica de “muy difícil”, Sbaraglia atendió ayer a los medios exhibiendo un gran sentido del humor y aferrado a su mate.

¿Cómo le están tratando en Baztan?

-Muy, muy bien. Esto es divino. Siempre digo que, aunque a veces se olvida y se te van los pies de la tierra, si uno puede volver a redimensionar la propia vida y tener el lujo de pasear por el mundo y llegar a un lugar tan paradisíaco y maravilloso como este, que te devuelve el espíritu al cuerpo, tiene que ser capaz de reconocer que es un privilegio. Y si encima te pagan... Estoy muy feliz de estar aquí.

Recientemente comentó que su bisabuela provenía de por aquí, ¿ha podido avanzar algo en la búsqueda de sus antepasados, los Bergara?

-Todavía no, es que no tenemos muchos datos para ponernos a buscar, aunque yo creo que sí, que soy de aquí, del Baztan (ríe). Me siento de aquí, por algo habré vuelto (ríe).

Durante el rodaje de este y de otros proyectos anteriores ha estado viajando a Argentina a atender otros compromisos, entre ellos teatrales con su espectáculo El territorio del poder

-Sí, sí, lo necesito. A mí el teatro me encanta, me gusta seguir entendiendo y creciendo y, sobre todo, teniendo herramientas y alternativas como actor, y el actor te da mucho músculo, mucha fuerza y posibilidades de aprender. Por eso cada vez que tengo un tiempo vuelvo al teatro.

¿Es Markina muy complicado?

-Es muy difícil. Mucho. Es un personaje que tienes que contarlo sin contarlo. Es difícil, pero creo que lo estamos encontrando. Fernando es un director muy apasionado, muy currante y no deja nada al azar, así que estamos trabajando mucho para tratar de encontrar la mejor versión posible de este personaje. Todavía nos queda mucho por aprender de Markina, vamos a ver cómo sigue la cosa (sonríe).Es muy complicado hablar del juez sin hacer spoiler, ¿pero cómo lo definiría?

-Es un personaje que hay que ir contando con mucha estrategia. Va horadando, como un gota china, sobre la vida y el alma de Amaia; funciona como un antagónico a lo que es su vida amorosa y familiar. También creo que tiene su lado romántico, en realidad se enamora de ella y, a pesar de todo lo que le envuelve, tiene la esperanza de llevarla y atraerla hacia su mundo, a lo que él suela y ha planeado.