donostia - Los problemas se acumulan en Tabakalera. En la misma semana en la que los mediadores de la biblioteca de creación Ubik arrancan una huelga indefinida -la harán partir de mañana como protesta por sus condiciones laborales-, el centro de cultura contemporánea anunció ayer que Ane Rodríguez dejará la dirección cultural la próxima primavera. Al parecer, la llegada de Edurne Ormazabal al frente de la dirección general en enero de este mismo año no ha sido suficiente para evitar la marcha de Rodríguez, quien siempre ha sido partidaria de que una figura externa se encargara de coordinar a todos los agentes que conviven en el edificio.
“Tras seis años en el cargo, Ane Rodríguez Armendariz, actual directora cultural de Tabakalera, ha comunicado su decisión de no continuar en el cargo a partir de la próxima primavera”. Con estas líneas, el centro donostiarra dio a conocer ayer la marcha de la directora, con la que se cierra “una decisiva etapa” y se abrirá un concurso público con el fin de encontrar a un sustituto.
Hasta que este cambio sea una realidad, la dirección general de Tabakalera quedará en manos de Ormazabal, la gerente Oihana Zarra, y la propia Rodríguez, quien sumará como refuerzo para sus labores a Oier Etxeberria, como responsable del área de arte contemporáneo, Víctor Iriarte, como responsable de cine y audiovisual, y Arantza Mariskal, al frente de la biblioteca de creación, Ubik.
Rodríguez se incorporó a la dirección cultural en 2012, tres años antes de que el centro abriera sus puertas en la antigua fábrica de tabaco. Tras iniciar su actividad en su actual ubicación, la directora cultural ha compaginado su labor como programadora con la coordinación de los diferentes agentes que conviven en el mismo espacio.
No obstante, siempre mostró su desapego a tener que gestionar las dos tareas, señalando en más de una ocasión que el tiempo para programar no era el suficiente.
La programación del centro precisamente ha estado todos estos años en el punto de mira de muchos visitantes que reclamaban exposiciones menos exigentes. Rodríguez, sin embargo, siempre se ha mostrado fiel a su estilo dando a entender que los ciudadanos debían amoldarse a Tabakalera y no el centro a ellos.
Con el nombramiento en enero pasado de Edurne Ormazabal como directora general del espacio, las labores de la directora cultural a priori se tendrían que haber reducido. Con la llegada de Ormazabal, la dirección confiaba en generar un equilibrio que facilitará el hábitat de todos los agentes.
Prueba de ello es la programación cinematográfica del centro, que se ha transformado en un mismo programa. Hasta el inicio del nuevo curso en septiembre, Zinemaldia, Filmoteca, Donostia Kultura y la propia Tabakalera programaban sus propias citas, mientras que ahora los cuatro tratan de retroalimentarse en una misma programación.
Aún así, visto el anuncio de su marcha, medidas como estas parecen no haber sido suficientes para Rodríguez, que abandonará su puesto definitivamente la próxima primavera.
nueva etapa Con su salida, Tabakalera abre un nuevo frente en uno de sus pilares. Al hueco dejado por Rodríguez en la programación cultural del centro, hay que sumar el dejado estos días en la biblioteca de creación por los trabajadores de Ubik.
En este panorama, Tabakalera “cierra una decisiva etapa que dio comienzo en 2012” y emprende una nueva que arrancará oficialmente con el nombramiento del sustituto de Rodríguez.
El propio centro adelantó ayer que el concurso público para encontrar “un perfil adecuado al desarrollo de los planes de actuación propuestos por el proyecto” dará comienzo en las próximas semanas.
La propia Rodríguez fue nombrada directora cultura tras un concurso previo después de que Joxean Muñoz, el anterior responsable, dimitiese, y con un bagaje profesional importante tras de sí. De los años 2006 a 2009 Rodríguez estuvo al cargo de los programas comisariados y las galerías internacionales de la feria de arte contemporáneo de Madrid, ARCO, un año después fue coordinadora general en el Musac, Museo de Arte Contemporánea de Castilla y León, y en 2011 y 2012 formó parte de la programación de Matadero en Madrid.