el programa La Voz es un excelente formato de tele de entretenimiento que funcionó en temporadas anteriores en Tele 5 y ahora arrasa en Antena 3, en muestra excelente de programa musical, concurso/competición, realización dinámica y templada y sobre todo, acierto en la elección de los miembros del jurado, pieza vital de este producto que se ofrece lunes y martes en el prime time de la cadena librera. La idea de juntar en el plató gigantesco de La Voz a cuatro estrellas de la canción en cuatro sillas giratorias ha tenido el acierto de combinar a Paulina Rubio y su despiste monumental, a Antonio Orozco y su capacidad interpretativa, Luis Fonsi, descubrimiento en el mundo de la tele, y Pablo López, agazapado cantante que le pone amor y calor a las decisiones del jurado.

El buen rollo entre los cuatros jueces del concurso se pone de manifiesto cada noche y ayuda a gozar de las interpretaciones musicales, en general de altura y gran valor artístico. La posibilidad en la presente edición de bloquearse unos jurados a otros, le pone más morbo al momento de la decisión tras la correspondiente audición y hace de cada noche un agradable rato de consumo televisivo con las genialidades de Fonsi, las peroratas de Orozco y los silenciosos clamorosos de Pablo y la sosita Paulina Rubio.

Las excelentes relaciones entre los cuatro coaches son el imán para atraer a millonarias audiencias de espectadores identificados con los jurados habilidosos y conocedores de la música y sus técnicas. Pequeños piques, grandes abrazos, besos a tutiplén van construyendo una noche de selección de artistas que buscan desesperadamente una oportunidad para hacerse un huequito en el mundo de la canción de la mano del buen saber y hacer de Paulina, Antonio, Luis y Pablo. La semana que viene finalizan las audiciones ciegas y el concurso entra en otra fase.