pamplona - Soinujolearen semea. El hijo del acordeonista, la película de Fernando Bernués sobre la novela homónima de Bernardo Atxaga, abrirá el 5 de abril el XVII Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia.

Una semana antes de su estreno en las salas comerciales, se proyectará en el teatro Victoria Eugenia este trabajo que Bernués presentó el pasado mes de noviembre en el Festival Iberoamericano de Huelva y del que anteriormente había hecho una versión para el teatro. Aitor Beltrán, Iñaki Rikarte, Cristian Merchán, Bingen Elortza, Joseba Apaolaza, Mireia Gabilondo, Frida Palsson, Miren Arrieta, Laia Bernués y Eneko Sagardoy (Goya al mejor actor revelación por Handia) son algunos de los protagonistas de esta película. El hijo del acordeonista, según dijo su director durante el rodaje, “encierra mucho de lo que somos, de la historia de Euskadi, pero es también una historia universal, de una peripecia vital donde la amistad es fundamental, la de David y Joseba, que acaban militando en ETA aunque por razones muy distintas”. La violencia sexista, la acogida a inmigrantes, la situación de los jóvenes en el Sahara y las reivindicaciones de las camareras de piso son algunas de las temáticas que se plantean en los filmes seleccionados para esta edición, que se clausurará el 12 de abril y de la que Donostia Kultura ofreció ayer jueves un avance.

amistad En el relato se cuenta la historia de David Imaz, que tuvo que huir de Euskal Herria a mediados de los años 70 repudiado por su gente, acusado de traición. A pesar de encontrar la felicidad en California, su pasado le sigue pesando y el sentimiento de culpa no le permite afrontar con serenidad sus últimos días de vida. Joseba Altuna, su amigo de la infancia, acude a despedirse de él y, de paso, a ajustar cuentas pendientes. Bernués ya llevó hace algunos años al teatro esta novela que, en su opinión, “entraña, como ninguna otra obra, como ninguna otra historia, la compleja y tensa pulsión social, política, cultural, vital y emocional en el País Vasco, desde mediados del pasado siglo hasta finales de los años 90”. El cineasta destaca que, además, “lo hace tendiendo la mirada aun adolescente de su protagonista, y por ello radicalmente reveladora, hacia un turbio pasado colectivo, todavía solapado y encubierto, pero determinante en la suerte de las generaciones nacidas en los años 50”. “Lejos de ofrecer un relato historicista, El hijo del acordeonista discurre, narrativamente, al abrigo del difícil reencuentro de dos amigos tras una amistad drásticamente acallada durante 25 años”, explica. - D.N.