pamplona - Una mirada al pasado con la perspectiva que regala el presente fue la tónica protagonista de la segunda jornada de la Sección Oficial del festival de Punto de Vista 2019. Diferentes miradas, eso sí, como ejercicios de (re)interpretación hacia historias en pugna, como el denominado conflicto vasco, la guerra en Siria, los 43 estudiantes desaparecidos cinco años atrás en Ayotzinapa (México); o enfrentarse a sentimientos como el ser extranjero en otra tierra, o a que otros logren hacer de tu tierra un lugar ajeno. Miradas para observar.

Un estreno mundial, el de Orbainak, abrió ayer la Sección Oficial. El cineasta alavés Jorge Moneo Quintana presentó una pieza audiovisual fruto de su “obsesión por trabajar la historia política reciente de Euskal Herria”, manifestó en rueda de prensa. Con una duración cercana a la media hora, Orbainak se acerca al llamado conflicto vasco -“perdón por términos globalizantes que quizá son superficiales”, aclaró- con el tío, el padre y el hijo de una misma familia como protagonistas. Ellos son un fraile del seminario de Saturraran que fue secuestrado por el bando nacional al finalizar la Guerra Civil, un hombre al que le incautaron su baserri por escuchar la radio clandestinamente y su hijo, militante de la ETA de finales de los 70. A partir de sus historias personales y haciendo uso de fotografías de época con un apoyo de voces en off como testimonios de qué sucedió a la familia, Moneo ofrece un acercamiento a un “imaginario colectivo” y a sus heridas y también cicatrices.

En él se encuentran huellas del conflicto, explicó, presentadas en forma de arquetipos latentes hoy día como “el propio baserri, el concepto de patria, la idea del aita -como figura-...”. Otras son visibles, además, como las arrugas y roturas que lucen las fotografías antiguas cedidas por la familia que recoge el documental, o también planos que muestran montañas con heridas abiertas como son las canteras, o caseríos casi en ruinas, que parecen resistirse a caer. “Una alegoría hacia la idea de cicatrices”, apuntó Moeno, como “huellas que el tiempo deja”. Todo ello guiado por diferentes testimonios que relatan qué sucedió a título personal -“esta familia condensaba todo aquello que buscaba- , en una historia que podría tener otros nombres y apellidos.

de siria a méxico Fueron también protagonistas filmes como Backyard, del alemán Khaled Abdulwahed, cuyo hilo es la deconstrucción y reconstrucción de varias copias de la fotografía de un campo de cactus sirio tomada en 1998, proyectadas sobre una pared. Y es que cuando el director regresó a Damasco años después y comprobó que “el paisaje había sido aplastado por el régimen sirio” bajo la excusa de que los rebeldes se ocultaban tras los cactus, fue consciente de “la importancia” de sus imágenes tomadas, ya que aquel lugar no existía ya. El documental es, asimismo, “la historia de cómo llego a la película original de la imagen a partir del trabajo de varias copias”, ya que el negativo estaba dañado, explicó.

La relación entre un extraño y un anfitrión es uno de los hilos de Chooka, de Parastoo Anoushahpour, Faraz Anoushahpour y Ryan Ferko, que viaja hasta una fábrica en el norte de Irán 40 años después de que la mayor parte de sus trabajadores extranjeros abandonaran la región. Los cineastas convivieron con una familia de la zona y, además de usar material de archivo, filmaron varios planos que exploran “las relaciones entre extranjeros y gente del lugar, los diferentes tipos de árboles y paisajes...”, avanzó el iraní Faraz Anoushahpour.

La Sección Oficial continuó con Down Claiborne, de la irlandesa Moira Tierney -ausente ayer en rueda de prensa-, que recoge la lucha de una comunidad local de Nueva Orleans por recuperar su territorio. ¿Sus armas para lograrlo? Murales dinámicos y tradiciones subversivas de los indios del Mardi Gras.

San Juan, la segunda parte del proyecto The Sun Quartet realizado por el colectivo Los Ingrávidos trata la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos en Ayotzinapa cuando acudían a una manifestación. El filme explora “la versión oficial” y se acerca al río San Juan de Cocula, donde “se hallaron restos de dos de los estudiantes”, manifestó Davani Varillas, del colectivo autor del proyecto, quien definió como “una reescritura sobre celuloide” la realización del filme: dada la dificultad por conseguir material en México, grabaron hasta en siete ocasiones sobre la propia película.

Cerró la jornada Ceniza Verde, dirigido por el argentino Pablo Mazzolo. Realizado en 35mm y filmado en Córdoba (Argentina), retrata “el enfrentamiento entre colonizadoes españoles e indios locales” allá por XVI, cuando hubo un enfrentamiento que provocó que cientos de mujeres, niños y ancianos indígenas saltaran al vacío desde el cerro Colchiqui para evitar ser esclavizados. Un cierre de una Sección Oficial que continuará hoy a las 10.00 horas en Baluarte.