pamplona - A punto de viajar a Sevilla, “para grabar una cosita”, antes de regresar el viernes a su tierra natal para participar en el concierto de OT en el Navarra Arena, Natalia Lacunza hizo ayer un hueco en su apretada agenda para atender a DIARIO DE NOTICIAS. Una conversación en la que la navarra demostró estar ya más que bregada en esto de las entrevistas.

No se puede decir que Natalia comience ahora su carrera musical, ya que antes de su entrada en OT pisó escenarios tanto con Ópera de Cámara de Navarra como con otros proyectos, pero sí es cierto que esta nueva etapa la arranca en los más grandes escenarios del Estado, primero fue el Wizink Center y ahora el Arena...

-Sí, realmente, para nosotros, esto es un poco como el mundo al revés. Es como empezar por algo surrealista y súper grande, algo que solo consiguen unos pocos artistas después de muchos años de carrera y esfuerzo. El hecho de empezar con este calibre de conciertos es un poco confuso...

Al margen del vértigo que pueda dar empezar tan alto, que el segundo concierto de la gira, que tiene lugar tras un parón (el primero fue en Madrid el 8 de febrero), sea en tu ciudad, provocará unos nervios y sensaciones especiales, diferentes.

-Totalmente. De hecho, tengo más nervios ahora que para el primer concierto. A las primeras citas íbamos un poco como anestesiados, todavía teníamos una resaca general de todo lo que había pasado y eso provocó que la consciencia no estuviera del todo activa, pero ahora ya ha pasado el tiempo, todo se ha aposentado y eres más consciente de lo que significa, lo que provoca más nervios, obviamente. Pero tengo muchas ganas, y además es en el Navarra Arena, así que maravilloso.

Aunque la gira de OT arranca de nuevo ahora y no para hasta agosto, Natalia ya está metida de lleno en el que será su nuevo proyecto en solitario. ¿Se podrá escuchar alguna de las nuevas canciones?

-Me imagino que sí... La cosa es que primero tienen que salir para poder cantarlas en la gira.

Y, más o menos, ¿cuándo y cómo van a salir?

-Ni siquiera sé yo la fecha exacta de cuándo van a salir... pero para final de verano ya tendréis todo.

Y, ¿lanzarás un álbum entero, vas a ir canción a canción o has elegido otro formato intermedio?

-Desde el primer momento dije que no me sentía preparada para hacer un disco como tal, porque para mí, lo que sería un álbum completo mío, del que yo pudiera decir que he participado en todo lo que ha pasado ahí dentro, ya que soy muy dueña de lo que hago, para eso, hubiera necesitado haber trabajado antes con gente, porque yo venía de la nada. Yo no sabía lo que era trabajar con un productor ni tampoco con quién iba a encajar mejor. De esta forma, ahora ha sido como el inicio de este trabajo, probando cosas, viendo cómo reacciono... Por lo tanto, va a haber algo que se editará en formato compacto, una serie de temas que saldrán juntos, pero no un disco como tal.

Es decir, un EP.

-Eso, un EP. Ya lo tienes.

Ahondado en ese trabajo que estás realizando, y partiendo de esa premisa de probar cosas, ¿por qué caminos has transitado?

-Yo partía de la mente en blanco. Es decir, empecé de cero para ver qué estilos me pedía probar. Al principio fue un poco complicado para todos, en el sentido de que me juntaban con una gente y yo tenía que hacer una canción... Pero luego ya le fui cogiendo el tranquillo y de cada grupo de personas con el que he trabajado, o de cada productor, he sacado una esencia distinta, pero siempre ha nacido de canciones mías, de cosas básicas compuestas por mí con la guitarra o el piano. A estas canciones básicas se les ha dado, en algunos casos, un giro de 360 grados, y en otros se ha mantenido la esencia. Al final son canciones que tienen producciones muy distintas entre sí pero que cuentan con un hilo conductor que es el sonido propio, algo de lo que estoy muy contenta, ya que nunca me he acercado a un estilo concreto, porque siempre tenía muchas cosas en mi interior, y el resultado final refleja justo eso. Y ahora, a seguir trabajando. No puedo dar muchos más detalles porque no sabría dónde encajar las canciones, en qué género, digamos que son bastante agenerales, es decir, ninguna tiene un estilo definido.

Las letras también son tuyas. ¿Qué temáticas has tratado en las mismas?

-En realidad, todo el EP, tanto la música como la letra, refleja diferentes sensaciones. Cuando compongo una canción parto de un sentimiento o una sensación concreta. Así, cada tema tiene un concepto distinto pero todos hacen referencia a sensaciones que he tenido al salir de la academia. Son bastante conceptuales, ya que todas letras tienen un porqué y un background en mi cabeza, pero son muy interpretables, algo que me parece muy guay, porque lo que más me gusta de la música es que la gente se pueda llevar las canciones a sus propias vivencias. No hablan de nada en concreto pero pueden decir muchas cosas. Realmente no estoy dando ninguna respuesta (risas)... creo que es mejor dejarlo a la imaginación de la gente. Sí te puedo decir que va a haber canciones que el público se va a pensar que van por un sitio cuando realmente van por otro muy distinto.

Lógicamente, tras la edición de las canciones, ¿vendrá una gira propia en directo?

-Me encantaría. Una vez que se empezaron a construir las canciones y tenía el concepto de las mismas claro en mi cabeza, he empezado a pensar cómo lo quiero llevar al directo, ya que los conciertos son una parte muy importante para mí. Quiero esforzarme mucho en este sentido, ofrecer un show completo y que la gente viva muchas emociones a la vez, en el sentido de que pueda estar bailando en un momento, en otro pensando en la persona que le partió el corazón y en otros gritando ¡viva la vida! Quiero jugar con las emociones del espectador que, al final, es lo que a mí me gusta ver y sentir cuando veo a un artista. No sé si haré una gira, pero tengo muchas ganas de cantar. En este sentido, pronto se anunciarán cosas, pero todavía no lo puedo decir. Sé que estaré en un sitio, y espero que haya más.

Volviendo al concierto de OT, ¿cuáles fueron las sensaciones tras y durante la primera cita en el Wizink Center de Madrid, sobre todo teniendo en cuenta que todavía son versiones y no canciones propias?

-Realmente, yo todavía lo vivo como si fuese El show de Truman, así es como me siento. Estoy muy agradecida a toda la gente que viene a vernos, que es lo más importante, porque muy pocos artistas tienen la suerte de tenerlo. Pero, a nivel personal, todavía es un poco caótico, porque tú no has construido una base sobre la que has ido avanzando hasta conseguir que haya 15.000 personas viéndome cantar, que es lo que me haría sentir súper conectada con el hecho de dar un concierto ante todas esas personas. Tenemos que ser conscientes de que lo que estamos viviendo es un espejismo, en el sentido de que en nuestras giras en solitario no vamos a tener tanta gente viéndonos. Por eso intento tener siempre los pies en la tierra y decirme: “Esto no es la verdad”. Hay que ir con los pies de plomo y centrarse en el proyecto personal para mantener esa intensidad a mucha menos escala. Se trata de aprovechar esta oportunidad para luego mantener al mayor número de gente pero a través de mi música.

Con la perspectiva que ahora da el tiempo, en el sentido de que han pasado meses desde el paso por la academia, ¿cómo está gestionando Natalia esa fama que ha llegado de golpe, a sabiendas, además, de que es muy complicado que tu vida vuelva a ser normal?

-Al principio fue muy raro y confuso, pero creo que le pasa a todo el mundo. Estaba como anestesiada. Era como decir: estoy viviendo mi sueño pero no me siento feliz del todo. Pero era por la confusión, ya que a nivel humano era una sensación extraña. No fue tanto recién salida sino al pasar un mes cuando te das cuenta de la repercusión que ha tenido o de que mucha gente tiene interés por tu vida privada. Y eso es un poco violento, aunque yo fui quien me metí ahí y esto es una consecuencia, pero el hecho de darte cuenta es un poco duro. Ahora estoy muy feliz, tengo mucho apoyo por la gente que me quiere, mis amigos de siempre y mi familia, y eso es lo que necesito. Estoy servida.