Los libros nos ayudan a transportarnos a otras realidades, a meternos en la piel de sus protagonistas y a evadirnos, por un momento, de lo que nos rodea. Y qué mejor lugar para evadirse a otro mundo que un hospital, un espacio en el que parece que solo se habla de enfermedades y recuperaciones y donde el tiempo para muy, muy despacio. Es por este motivo que se puso en marcha recientemente el programa Rincones de Lectura en el Complejo Hospitalario de Navarra, a través del cual se están construyendo una serie de pequeñas bibliotecas en las diferentes plantas con libros para todos los gustos que entretengan a los pacientes y sus acompañantes.

Para contribuir con esta causa, la Asociación Diego de Haro donó ayer un lote con unos 60 libros a las responsables del programa con el fin de “acercar la literatura a esta parte de la ciudadanía y ayudarles en cierta manera a que su estancia en el hospital sea lo más llevadera posible”, destacó Pablo Abarzuza, de la librería Elkar. Según explicó, la donación ha sido posible gracias a la recaudación de un total de 534 euros que los libreros consiguieron gracias a un mosaico con plantas que instalaron en la avenida Carlos III con motivo del Día del Libro. “Vendimos cada planta a un euro, lo que supone que un total de 534 personas han colaborado en esta causa y, teniendo en cuenta el día que nos hizo, con lluvia y frío, podemos decir que estamos más que satisfechos”, sostuvo, para agregar que la asociación de libreros no ha ganado nada -en referencia a ganancias económicas- con esta colaboración.

La donación se compone de una serie de libros que solicitaron desde el comité lúdico-cultural del CHN y también de algunos títulos de reciente publicación que han escogido los propios libreros. Algunos de estos son La última noche, de James Salter; Técnicas de iluminación, de Eloy Tizon; La balada de los unicornios, de Ledicia Costas; El interés del dolor, de Jhumpa Lahiri; o los recién sacados del horno Soledad, de Carlos Bassas del Rey, y Marionetas sin hilos, de Tadea Lizarbe, entre muchos otros.

Por otro lado, Cristina Jaurrieta y Mamen Villarejo, de la comisión lúdico-cultural del CHN agradecieron la donación de libros y señalaron que “el objetivo es crear rincones de lectura en el hospital” y se está logrando “gracias a donaciones de particulares y donaciones como esta que acabamos de recibir”. “Esta es una forma de llevar los libros a la ciudadanía y es que esa ciudadanía somos todos y, en algún momento, todos nos ponemos enfermos o tenemos a alguien de nuestro entorno que está enfermo, y cuando una persona está ingresada, vulnerable y aburrida por las muchas horas que tiene que pasar en una habitación, tener un libro en la mano es algo precioso”, dijeron.

Asimismo, sostuvieron que esta es una forma, junto a las actividades de musicoterapia o diferentes talleres, de “acompañar al paciente y su entorno en un momento que nunca es fácil y procurar que sea lo más ameno posible”. Por otro lado, destacaron que el proyecto acaba de comenzar y que cualquier persona que lo desee puede donar los libros que ya no lea en el pabellón G del Complejo Hospitalario de Navarra. “La idea de estos rincones de lectura es extender estas pequeñas bibliotecas a los diferentes centros sanitarios de todo Navarra, porque pueden ser muy útiles en estos puntos”, apuntaron.