madrid - Los intereses actuales de Giorgio Moroder, padre de la música disco, tres veces ganador del Oscar y creador de icónicas canciones, están a sus casi 80 años más cerca de las mesas de DJ que de los estudios de grabación, aunque volvería a ellos por una buena colaboración.

“Me gustaría trabajar con Lady Gaga... y también con Rihanna y con Ariana Grande, que tiene mucho talento”, enumera, antes de reconocer que Deja vu (2015), el álbum que lanzó tras dos años de “mucho trabajo” y colaboraciones junto a estrellas como Kylie Minogue o Britney Spears, fue probablemente su último disco.

El italiano se encuentra en España y este sábado ofrecerá en el Florida Retiro de Madrid una selección de la música que él ha contribuido a crear desde finales de los años 60, ya fuese como compositor o productor de éxito, especialmente en la década siguiente.

¿Padre de la música disco? “No sé qué pensar, quizás soy el padre, quizás la madre... mientras no me llamen el abuelo, todo perfecto”, bromea, antes de añadir con la misma vis cómica: “No me avergüenzo de ello”.

“Pensaba en cómo crear el sonido del futuro, más bien en componer una canción que siguiera viva cinco años después y, en lugar del piano o la guitarra, utilicé sintetizadores que replicaran los instrumentos habituales, lo que generaba un sonido muy particular que, combinado con la gran voz de Donna Summer, funcionaba”, rememora.

Fundamental fue en efecto su asociación con la intérprete estadounidense, una desconocida antes de que juntos alumbraran clásicos como Love to love you baby o I feel love y le diese su particular toque musical a Last dance, Hot stuff, MacArthur Park o No more tears (enough is enough).

En su nómina de colaboraciones se cuentan trabajos con Blondie, Janet Jackson, Irene Cara... y David Bowie. “Fue un gran día para mí, porque está claro que no es fácil hacer algo con él”, dice en alusión a la BSO de la película El beso de la pantera (1982).

El cine fue uno de los terrenos donde mejor supo desenvolverse, con tres Oscars de la Academia: en 1979 por la BSO de Expreso de medianoche; en 1984 por el tema Flashdance... What a Feeling, para la película del mismo nombre, y en 1987 por Take my breath away, canción de Top Gun que considera su mejor composición. ¿El secreto? “Tienes que tener alguna proporción de talento, pero sobre todo hay mucho trabajo. No es tan fácil como entrar al estudio y quedarte con la primera idea que surge”, reflexiona. - Efe