zumaia - El dos veces oscarizado actor austríaco Christoph Waltz se sumó ayer al rodaje del filme de Woody Allen, que salió por primera vez de Donostia y trasladó su producción hasta la playa de Itzurun en Zumaia, donde hace no tanto se rodó otra gran superproducción: Juego de Tronos.

Waltz, premiado por la academia hoolywoodiense por sus trabajos en Malditos bastardos (2009) y Django desencadenado (2012) -ambas dirigidas por Quentin Tarantino-, se vistió completamente de negro, tal y como lo hizo el actor Bengt Ekerot para interpretar a la Muerte en El séptimo sello (1957), de Ingmar Bergman, cineasta predilecto del realizador de Brooklyn y, que según ha podido saber este periódico, tiene un peso específico en la trama.

Itzurun y el flysch se convirtieron, por lo tanto, en la particular versión de Woody Allen de la playa Hovs Hallar, al sur de Suecia, donde Bergman rodó la famosa escena que da inicio a su cinta, con el comienzo de la partida de ajedrez entre la Parca y el cruzado Antonius Block, interpretado por Max von Sydow.

No es la primera vez que el estadounidense representa a la Muerte en sus películas -es una de sus reconocidas obsesiones-. Lo hizo con una referencia directa a El séptimo sello al final de La última noche de Boris Grushenko (1975), y también en Desmontando a Harry (1997) y Scoop (2006).

Durante la presentación del rodaje de esta cinta, titulada de forma provisional como Rifkin’s festival -el nombre definitivo llegará cuando culmine el rodaje-, el director ya anunció que su largometraje iba a ser un homenaje a los festivales -está ambientado en el Zinemaldia- y al cine como la máxima expresión del arte, por lo que no es de extrañar que el cineasta, al que Woody Allen una vez consideró como el “mejor artista fílmico” que ha existido, tuviese un lugar en este proyecto, como ya lo ha tenido en los anteriores.

Christoph Waltz no rodó sus escenas solo en el arenal zumaiarra, sino que las tomas también contaron con la presencia de Wally Shawn, actor habitual en la carrera de Allen, y que en esta obra comparte el protagonismo con la actriz Gina Gershon.

El proyecto, que regresará hoy a Donostia para rodar en la playa de La Concha y que volverá a salir a comienzos de agosto para filmar en Pasaia, es una comedia de enredos en la que una pareja de estadounidenses viaja hasta la capital para asistir al Festival Internacional de Cine. Durante su estancia, la mujer se quedará prendada de un joven cineasta francés -previsiblemente, Louis Garrel-, mientras que el hombre se enamorará de una belleza local. Esta previsto que la filmación, producida por Mediapro Studio, concluya el próximo 23 de agosto.