pamplona - La compañía navarra Trokolo, una de las más veteranas de la Comunidad Foral, tiene nueva propuesta, El cuento del carpintero, basada en un texto de Iban Barrenetxea. El estreno en castellano de esta divertida obra tendrá lugar mañana, a las 18.00 horas, en el auditorio de Berriozar, el mismo escenario y a la misma hora donde podrá verse en euskera el viernes 11 de octubre.

Isabel Aisa dirige a Tomás Marco y a Sergio de Andrés en este montaje que parte de un texto actual concebido con la intención de convertirse en “un cuento de los de toda la vida”. “Yo quería hacer un cuento de esos de ‘había una vez’, cuentos en los que pasan cosas y hay personajes divertidos y personajes malvados. Una historia que las abuelas puedan contar a sus nietos, que dé la impresión de que ha existido siempre”, explica el autor, que con este trabajo obtuvo el Premio Libro Kirico 2011. Entonces, el jurado destacó la calidad de la obra, “original y con mucho humor”. “Iban Barrenetxea ha ido construyendo un universo propio con un piel anclado en los cuentos clásicos que ha sabido enlazar con las nuevas generaciones gracias a un meticuloso dibujo y a una forma de narrar que encandila a personas de todas las edades”, agregó el tribunal de aquel galardón. Ahora, Trokolo le ha imprimido su propio sello como compañía experimentada en clown, comedia del arte, teatro gestual y de acción, apostando firmemente por lograr que este espectáculo sea para públicos de todas las edades y convirtiendo “una reflexión amable en un encuentro intergeneracional”.

El cuento del carpintero está protagonizado por Firmín, que es el mejor carpintero que jamás haya existido. De este modo, el día en el que el Barón Von Bombus pierde un brazo en el fragor de la batalla, el Médico, la Baronesa, el Ministro y el Cardenal acudirán a él para que le fabrique uno nuevo al incansable guerrero. El resultado será tan espectacular que las ganas del barón de seguir combatiendo seguirán creciendo en lugar de disminuir y Firmín se encargará de ir reemplazando las extremidades dañadas en sus contiendas hasta quedarse sin madera.

sin moralinas Trokolo quiere que el público “reflexiones, saque sus propias conclusiones propias y se divierta” con esta historia que el propio autor “ha querido presentar exenta de moraleja sin moralinas”. Al mismo tiempo, Barrenetxea confirió al texto un ritmo especial y un lenguaje interesante, “sin caer en lo recargado, pero sin concesiones ni miedo a incluir palabras difíciles”. “El cuento tiene cadencia casi de canción infantil, repitiendo un estribillo con pequeñas variaciones. Esas repeticiones forman parte del lenguaje del cuento tradicional. Al escribir intento tener muy en cuenta la cadencia de la narración oral, de los cuentos de toda la vida”, señala.

Con más de 30 años y 30 montajes en su haber, Trokolo ha introducido en esta ocasión “elementos novedosos que repercutirán en la calidad de la producción”. Así, por un lado, Iban Barrenetxea ha colaborado en el montaje, “lo que imprime al proyecto una gran dosis de emoción y empatía”, y, por otro, la compañía destaca la participación de “reconocidos profesionales de la escena y la cultura navarras”, como Koldo Tainta y Raúl Arraiza, responsables del diseño y la ejecución de la iluminación y de la escenografía, así como de David Bernués y Rut Muguira, en el apartado audiovisual. Txari Eleta está presente en la versión en euskera y Karekin Kultura en la gestión.