pamplona - Cuenta Imanol Ubeda que él no es músico, que aprendió cuatro acordes de guitarra y que con eso ha tirado. Que él hace canciones, dice. Y lo cierto es que, dejando de lado los calificativos, lo que hace lo hace muy bien. Prueba de ello es el último disco, recién salido del horno, que publica con Don Inorrez bajo el nombre de Dardara hura. Se trata de un trabajo especial, que cuenta con las letras compuestas por el escritor Pello Lizarralde y una portada más que acorde con la música que ha sido elaborada por el pintor navarro José Ignacio Agorreta. En su interior, dos únicas dos únicas canciones en las que el de Tolosa vuelve en cierta medida a sus orígenes con Bide Ertzean y nos hace reflexionar sobre el pasado, los recuerdos o lo que se queda atrás. Para presentarlo, estará hoy mismo, a las 19.30 horas, en la Sala de Armas de la Ciudadela acompañado, como no podía ser de otra manera, por Karlos Arancegui a la batería, Fernando Neira al bajo y Rubén Caballero a la guitarra.

Hacía bastante tiempo que no oíamos hablar de Don Inorrez. ¿Qué tal le va a este don nadie?

-La verdad es que muy bien. El arranque del año pasado con el disco Mugiro bila fue mejor de lo esperado y estamos muy contentos de que este proyecto siga vivo.

Hicieron una gira de presentación de aquel disco que finalizó en diciembre. Desde entonces, ¿cómo ha sido este tiempo en la sombra?

-Bueno, nos pusimos a preparar Dardara hura y también hicimos la sintonía del Campeonato de Bertsolaris de Gipuzkoa. Con lo que sí, hemos estado en la sombra, pero no hemos parado de trabajar.

Dardara hura se aleja un poco en cuanto a estilo de lo que fue ‘Mugiro bila’. ¿Son dos proyectos diferentes o tienen algún tipo de continuidad?

-Sí que es un trabajo diferente que recoge dos canciones que no aparecían en el disco anterior. Pero hay una unidad, porque al final somos la misma banda y grabamos ambos discos en las mismas fechas. Pero musicalmente no tiene nada que ver. El anterior disco se acercaba al power pop y estos dos temas de ahora transcurren más por el estilo americana.

Recuerdan un poco a su época en Bide Ertzean...

-Sí, la verdad es que sí. Cuando pusimos en marcha Don Inorrez, una de nuestras obsesiones era trazar otro camino y demostrarnos a nosotros mismos que éramos capaces de hacer otras cosas. Pero es verdad que tenemos un pálpito musical que es el de Bide Ertzean y que, al final, aflora. Y este single nos lleva a esa senda de lo que fue Bide Ertzean, solo que con otros músicos y otro pulso musical.

Vaya que, dicho mal y pronto, la cabra siempre tira al monte.

-Pues sí (ríe). Es inevitable. Nos gustaría que nuestra paleta musical fuera más amplia y más enriquecida en cuanto a estilos pero al final esto es lo que hacemos y es fácil que salgan estas tendencias.

¿Cuánto le debe este Dardara hura a Pello Lizarralde, autor de las letras?

-Le debe todo. Nosotros estábamos preparando el disco de Mugiro bila y un buen día nos llegó, vía email, una letra de él con una actitud muy honesta y humilde. Y esa letra fue la que ha dado título al single. Nos hizo mucha ilusión. Fue un regalo que nosotros hemos intentado responder con otro regalo en forma de canción. Y al poco tiempo llegó Errautsen argia, la otra letra del single, también de Pello Lizarralde. Si no las incluimos en el primer disco de Don Inorrez fue porque veíamos que las letras y la música tenían otro aire. También quiero destacar que gracias a Lizarralde y sus libros llegamos al mundo artístico de José Ignacio Agorreta, quien ha hecho una portada para el disco sin la cual ahora mismo no entendería este proyecto.

¿Cuál es ese temblor (traducción de dardara) del que habla Don Inorrez?

-El single narra la historia de una familia donde unos hermanos vuelven al hogar de sus padres. El padre acaba de fallecer y los hijos se reúnen en la casa familiar y empiezan a pensar qué hacer con ella. En esos momentos les afloran los recuerdos pasados de cuando eran pequeños. Esa casa tiene una huerta y, estando ahí, estos hermanos sienten una especie de temblor, y se preguntan si ese temblor es su aita. Es una letra muy de Pello Lizarralde, que es un escritor muy sensorial.

Se da una casualidad especial, y es que esta letra llegó poco tiempo después de que falleciera su padre...

-Fue toda una coincidencia. Verás, en mi casa, al lado de donde vivo, tengo una pequeña huerta a la que yo nunca he hecho ni caso, la cuidaba mi padre. Él la gestionaba y yo no me preocupaba más que de ir al frigorífico y ver si había un buen tomate dentro. Cuando él falleció, esta huerta se quedó parada. Al año siguiente, mi compañera y yo pensamos que era una pena y, sin tener ni idea, nos pusimos a trabajar en ella. Supongo que era una manera de conectar con la labor que había hecho mi padre, de recordarle trabajando en la huerta o recordar las conversaciones que teníamos los dos ahí. Y fue en este momento cuando llegó la letra de Pello Lizarralde, que creo que no tenía ni idea del proceso vital que yo estaba viviendo. Sin querer, escribió la letra que yo le podría haber escrito a mi padre. Fue una de estas casualidades que no terminas de entender pero que dan en el clavo.

Aludiendo a la segunda canción, ¿hay luz en la ceniza?

-Yo creo que sí. En Errautsen argia se habla sobre la ausencia, lo que nos falta, una época que no va a volver. Pero es una nostalgia que no tiene por qué ser siempre triste, también puede estar llena de buenos recuerdos. Al final, este es el hilo que une las dos canciones: el recuerdo de lo que se queda atrás, pero sin dejar de mirar al presente. Esto es un síntoma de que nos hacemos mayores. Cuantos más años cumples, más vienen a tu cabeza esos retazos de memoria. Al final, somos memoria y es normal que nos embargue un recuerdo pasado, pero sin perder la realidad, la noción del tiempo, de que estamos aquí y de que somos lo que fuimos.

¿Cómo van a ser los conciertos de esta nueva gira? Veo que sigue rodeado de los mismos músicos...

-La verdad es que tengo una suerte increíble. Desde que empecé con Bide Ertzean hasta ahora me he rodeado siempre de musicazos. Y es una gozada volver a tocar con ellos. Ahora mantendremos el mismo formato que nos acompañó a Karlos y a mí en la anterior gira.

¿Don Inorrez tiene ya algún proyecto en mente cuando finalice esta serie de conciertos?

-Suelo decir que en estos casos la cabeza nunca para, que siempre hay ideas, proyectos... Pero ahora nos falta tiempo. Yo acabo de ser padre y entre nuestro trabajo, los conciertos y demás... Ahora estamos centrados en la gira. Claro, nos gustaría seguir componiendo más adelante. Pero ahora tenemos que centrarnos en este single que acabamos de presentar y defenderlo en directo.