pamplona - Joyas, objetos de buena suerte y fortuna, objetos de adorno personal o con valor social y político son algunas de las piezas que se han encontrado en la última campaña de excavación en el yacimiento de Zaldua, situado en Auritz/Burguete, y que permiten demostrar que la romanización en esta zona del Pirineo durante los siglos I al IV fue mucho mayor de lo que se creía hace unas décadas.

El resultado de este trabajo, llevado a cabo desde hace ocho años por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el Museum of London Archaeology, bajo la supervisión del personal de la Sección de Registro, Bienes, Muebles y Arqueología del Gobierno foral, fue presentado ayer en el Archivo Real y General de Navarra, donde se dio a conocer la importancia de los nuevos hallazgos encontrados en el posible complejo termal de Zaldua. Según el director general de Cultura del Gobierno de Navarra, Ignacio Apezteguía, “se trata de una zona muy poco estudiada y, por ello, este trabajo es diferencial para el conocimiento del Patrimonio Cultural de Navarra”. Del mismo modo, subrayó que el yacimiento constituye “un caso único en Navarra y, más concretamente, en toda la vertiente cantábrica, donde la romanización no alcanzó el grado de intensidad que se podía apreciar en el resto del territorio”. Pero también destacó este yacimiento desde una visión europea, como “un elemento de análisis diferenciador en la relación de la romanización con el Pirineo”, así como su valor científico. Por ello, aseguró, desde el Gobierno de Navarra se está trabajando para dotar a este espacio con el mayor nivel de protección posible y en breve se prevé incoar el expediente de Bien de Interés Cultural.

El secretario general de Aranzadi, Juantxo Aguirre, consideró que este yacimiento muestra la relación con Europa, “que son los caminos”, y permite conocer cómo estaban articuladas estas importantes vías de comunicación. También destacó el uso de nuevas tecnologías de prospección magnética y con georradar empleadas en este yacimiento, que han permitido conocer cómo era este edificio y su distribución antes de excavar, unos resultados recogidos en la tesis doctoral de Ekhiñe García. “Estamos abriendo uno de los misterios que teníamos en la historia de Navarra, que nos habla de uno de sus lugares más importantes”, apuntó. Por su parte, el alcalde de Auritz/Burguete, Jose Irigaray, destacó la importancia de este yacimiento a nivel cultural, ya que “nos permite conocer nuestros orígenes”, y turístico, al tratarse esta de “una de las zonas más deprimidas de Navarra”, ya que esto “que se abandonó en su día podría servir de ayuda para mantener el Pirineo vivo convirtiéndose en una vía de ingresos y de asentamiento de población”.

objetos cotidianos y singulares Oihane Mendizabal, una de las directoras del yacimiento de Zaldua, explicó que desde 2017 se está excavando en extensión en un edificio que “ya se vio desde 2012 que tenía mucho potencial y que podía aportar mucha información”. Como apunte, destacó que gracias a la radiografía, la geofísica hecha en el yacimiento, “se sabe que el complejo termal está situado en la zona central de la ciudad de Iturissa, al lado de la calzada”. Mendizabal dividió los hallazgos más recientes en dos grupos: los objetos cotidianos, “no tan espectaculares pero con mucha información acerca de cuándo se construyó el edificio, cómo se utilizó o cuáles eran sus características”; y objetos singulares “que muestran la importancia que tuvo ese edificio”. Todo esto, viendo “la calidad de la factura y la calidad de los materiales, junto con las técnicas constructivas del complejo termal, muestra que al menos parte de los habitantes de esa Zaldua de época romana tenían bastante poder”.

Entre los objetos hallados, destaca una Lunula, un amuleto en forma de creciente lunar en bronce que era bastante frecuente en las mujeres. “Eran amuletos para pedir protección, para llamar a la buena suerte, y se han documentado también en otras veces en contextos militares”, subrayó. También mostró un Fascinus, un amuleto fálico en bronce muy habitual en el mundo romano. “También solían ser muy comunes en los barones y en otros yacimientos se han documentado en forma de collar, aunque aquí lo vemos en una placa de bronce; y eran bastante comunes en la vestimenta de los soldados”, dijo. Siguiendo con los objetos singulares, mostró como uno de los hallazgos “más espectaculares” un anillo de oro. “El entalle está realizado en onyx de color azul, y la figura representada dentro parece ser la diosa Fortuna”, destacó, para añadir: “Se trata de una pieza que nos muestra que la persona que llevara ese objeto tenía un gran poder económico y político y de estatus social”.

Por otro lado se han presentado una serie de monedas, como un Denarius, una moneda de plata de la emperatriz Julia Domna (años 160-217). “Las monedas cuentan bastante información sobre la época y la procedencia tanto de la moneda como del contexto donde se ha documentado”, señaló. Por tanto, “aparte del valor visual que tiene la moneda, lo más importante es documentarla en su mismo contexto para dar el significado de la misma moneda al contexto y, al revés, el contexto poder datarlo de una forma mucho más concreta”. La otra moneda escogida para la presentación es un Follis, un tipo de moneda que se comenzó a emitir ya en la Antigüedad Tardía, a partir del año 294.

En cuanto a los objetos cotidianos hallados, se observa un dado de bronce y redondel para el juego llamado Tesserae, cuyo uso era muy popular entre los romanos. También unas Lucernas, lámparas de aceite provistas de una o varias mechas que eran empleadas para la iluminación. Su origen se remonta a la Prehistoria pero fue con el imperio romano cuando su uso se generalizó y extendió, convirtiéndose en un objeto de uso cotidiano. Asimismo, fueron hallados unos Acus crinalis, agujas o alfileres que se empleaban para sujetar el recogido del peinado.

Con todos estos objetos, así como varias décadas antes “se pensaba que la romanización del Pirineo no había sido tan profunda, se ha podido descubrir que esta zona del Pirineo sí que estaba mucho más romanizada, que la presencia fue de varios siglos, que las costumbres típicas que imaginamos siempre en el Mediterráneo estuvieron en estas zonas de montaña, y que el hábito romano estaba muy arraigado y en uso durante varios siglos”, concluyó.

Bien de Interés Cultural. Tal y como señaló el director general de Cultura del Gobierno de Navarra, Ignacio Apezteguía, el yacimiento de Zaldua supone un elemento de análisis diferenciador en la relación de la romanización en el Pirineo, y el Gobierno foral está ya trabajando para dotar a este espacio con el mayor nivel de proyección posible y en breve se prevé incoar el expediente para declarar a este lugar Bien de interés Cultural.

A disposición de los investigadores. Los materiales hallados se depositarán en los servicios de custodia del Gobierno de Navarra y quedarán a disposición de todos los investigadores, según el secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Juantxo Agirre. También se presentarán en diversos congresos internacionales.

Objetos de valor y cotidianos. Entre los objetos hallados durante las excavaciones, se han encontrado piezas de valor y otros elementos de la vida cotidiana, lo que hace entender que en la zona de Zaldua vivían personas con un alto poder económico y político y que el hábito romano estuvo muy arraigado y en uso durante varios siglos.

El trabajo de excavación. Desde hace ocho años, ha sido llevado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el Museum of London Archaeology.