Si hay alguien que conozca la fuerza del color y sus interminables usos, ese es Juan Sukilbide. Dice que no puede evitar utilizarlo, que es vida, vibración y esencia. Que para él, el color es como un vocabulario y que no puede prescindir de ninguno de sus elementos. Y lo cierto es que los usa todos. Prueba de ello es la nueva propuesta con la que invade la planta baja del Pabellón de Mixtos de la Ciudadela con la que, bajo el nombre de Ahora de nuevo todo, explora a través de unas obras de apariencia ingenua y divertida un universo personal de símbolos.

El fondo negro sobre el que se apoyan los cuadros hace resaltar todavía más ese uso del color que dota al trabajo de Sukilbide de un lenguaje más que reconocible. La exposición se compone de obras cargadas de simbolismo, de sentimientos, experiencias y referentes, todas ellas conjugando la abstracción y la figuración. Así, son 25 piezas en total las que se presentan al visitante, la mayor parte de ellas de reciente creación. “Me gusta compartir lo que hago con el público porque supone una evaluación de mi trabajo y, asimismo, una autoevaluación”, dice Sukilbide, cuya muestra permanecerá hasta 15 de marzo.

Dentro de la exposición, hay ocho cuadros pertenecientes a una serie mayor que recibe el nombre de Historia universal hoy en los que el autor reflexiona sobre el mundo exterior. “Se trata de fijarse, de retener el momento en el que estás pintando y revives hechos o acontecimientos o reflexiones que te pueden llevar a pensar que, aunque tú estás encerrado en tu casa con una labor muy íntima, quieres ser consciente de todo lo que pasa más allá de tu persona y tu trabajo, quieres ser consciente del exterior”, señala Sukilbide, para quien ahí “sucede una vida plural, muy diversa y cada vez más interesante”. Por ello, reafirma la figura del pintor como una persona “consciente de la vida del exterior, que quiere participar de ella y que participa de la vida cotidiana como los demás y, también, reinterpreta esta realidad”.

Se trata de unos cuadros llenos de una simbología que el autor define como nueva en su trabajo y que quiere que tenga relación con la viveza de los colores. “Los elementos que pinto son importantes para mí y quiero que surjan con esa misma libertad y viveza con la que surge el color”, comenta Sukilbide, quien se siente muy satisfecho con el resultado y supone que sus próximos trabajos “seguirán esta línea de búsqueda de signos y símbolos significativos que completen una especie de vocabulario personal” que le lleve a expresarse “mejor, de una forma rica y más completa”.

Otros cuadros del artista pamplonés pertenecen a una serie anterior que recibe el nombre de Línea sensible. Esta surgió cuando Sukilbide comenzó a darse cuenta de que “más allá de dibujar superficies planas, vivas y de color” le atraía mucho “hacer pintura que tuviera línea”. “Me gustaba mucho la sensación del pincel mojado en el óleo y en el aguarrás en una medida que hacía que el pincel se deslizara fluido, libre, y con el gesto de la mano más o menos armónico salían cosas que me empezaban a gustar”, añade.

trabajo intuitivo Cuenta el artista que su trabajo siempre ha tenido mucho de intuitivo, cuya realización surge de la espontaneidad. “Nunca hago un boceto de lo que voy a pintar, son cuadros que surgen dentro de un proceso sin cortes, que nacen de proyectos anteriores en los que veo elementos que puedo seguir desarrollando”, apunta, para añadir: “Sobre todo, me guío por el gusto por pintar; muchas veces pienso que pinto porque quiero estar en contacto continuo con los colores, más que cualquier otra cosa”. “Necesito este tipo de presencia del color; me gustan todos ellos porque todos son valiosos y están llenos de experiencias”, subraya Sukilbide, para quien “el hecho de usar tantos colores supone un respeto a la vida, porque la vida es tan diversa y plural como colores hay en el mundo”. Además, destaca que si hay algunos con los que se sienta más cómodo son el azul o el verde. “Es difícil que no me guste el resultado”, agrega.

Una de las novedades que se puede apreciar en esta exposición es la introducción del rotulador. “Me permiten hacer una línea todavía más fina y, en muchas ocasiones, recta, así como dibujar algunas relaciones y conexiones entre diferentes elementos”, indica el que fuera creador de Sol Invictus y El viajero cautivo, muestras que se pudieron ver en la Ciudadela en 2006 y 2012, respectivamente.