En la pieza más emblemática de Stanley Kubrick, 2001. Una odisea espacial, habita una elipsis antológica. Uno de esos saltos temporales que ha hecho del cine una de las expresiones artísticas más definitorias de lo que fue el siglo XX. En ella, unos primates lanzaban un hueso, convertido en arma defensiva, hacia el cielo para en el plano siguiente mostrar una nave espacial. Alejandro Landes no recurre a ninguna elipsis poética al estilo de Kubrick para mostrar la metamorfosis inversa de la humanidad. Deja claro desde su título, que lo que este filme encierra es una regresión; la que hace que los seres humanos, en este caso un grupo de niños y adolescentes convertidos en sicarios soldados, se comporten como simios salvajes, hasta perder todo barniz de cultura y humanidad.

Con una voluntad indisimuladamente simbólica, ajeno a concretar ningún tipo de vinculación con anécdota histórica real pero con ecos que beben de la realidad, Landes, un cineasta colombiano-brasileño aclamado en el mundo de los festivales de cine, propone al espectador abismarse en un ritual coreográfico al estilo del Ciro Guerra de El abrazo de la serpiente. Bajo ese filtro, ese grupo de guerrilleros ubicados en un lugar imposible donde deben custodiar una vaca lechera -que les deberá aportar alimento- y una ingeniera anglosajona secuestrada -que representa la acción de su revolución- deviene en alegoría de incierto significado. La cuestión es que ese pan y esa sal que establece el sentido que rige la vida de esos niños que al estilo de El señor de las moscas viven en un mundo salvaje, se echan a perder por la evidente e inopinada torpeza de esos guerrilleros liderados por un enano que ejerce de oficial en mando. Landes conduce su relato de barroca orfebrería indigenista traspasando una y otra vez la línea que separa el poderío de conjurar fascinantes imágenes del adorno gratuito y la sensación de dudosa autenticidad. Eso sitúa al público en un dilema de difícil reconciliación. De hecho Monos podrá seducir de manera extrema a quienes evidencian querencias por la brillantez formal, tanto como irritará a los defensores de la coherencia del relato y la autenticidad de la relación causa-efecto. Entre ambos extremos, cabe admirar los hallazgos formales para sospechar al mismo tiempo de la gratuidad de sus proceder.

MONOS

Dirección: Alejandro Landes. Guión: Alexis Dos Santos, Alejandro Landes (Historia: Alejandro Landes). Intérpretes: Julianne Nicholson, Moises Arias, Jorge Román, Sofia Buenaventura. País: Colombia. 2019. Duración: 102 minutos.