a historia de una familia se parece más a un mapa topográfico que a una novela, y una biografía es la suma de todas las eras geológicas por las que has pasado". En la misma colección en la que dio salida recientemente a novelas como la de la Premio Nobel polaca Olga Tokarczuk Un lugar llamado Antaño, Anagrama acaba de presentar La extranjera, texto narrativo de la traductora y escritora estadounidense Claudia Durastanti que une claridad de ideas y tono desenfadado en el desarrollo de su historia.

Narrada esencialmente en primera persona, la apuesta de la autora de Brooklyn no es solo el viaje físico en sí, pues la joven llegará a sentirse extranjera en muchos lugares y, sin embargo, luchará por sobrevivir en un mundo único, marcado por las malas prácticas. Malas prácticas en diferentes lugares, malas artes en el día a día: "A los diez años, en quinto curso, mi padre me secuestró. Hicimos un largo viaje por el centro de Italia, entre los Abruzos y Molise, por lugares que no he vuelto a ver; dormíamos en pensiones de tres estrellas y yo siempre preguntaba si había dos camas individuales".

En fin€ Como en tantas ocasiones, en La extranjera los excesos y las necesidades más elementales mueven los hilos. "No he heredado un pensamiento político de mi familia: lo que he heredado, en cambio, es una mezcla de aspiraciones, victimismo, cábala, apatía y rabia que pueden asumir cualquier orientación ideológica conveniente y disponible. Un ajuar genético inútil y triste que me ayudó a prever el Brexit y la elección de Donald Trump", recuerda Claudia.

Es una de las confesiones de un libro que abandona la precisión narrativa en beneficio de la historia narrada.

Autora: Claudia Durastanti. Editorial: Anagrama, 2020. Páginas: 252.