- El bailarín y actor Antonio Chuaqui presentó ayer, junto con Merche Añón, concejala de cultura y Begoña Moreno, directora de la residencia de mayores Nuestra Señora de Gracia de Tudela (La Milagrosa), el proyecto Me invito a bailar, seleccionado para la cuarta edición de residencia de investigación en danza contemporánea en Tudela, becado con 1.500 euros. Gracias a este proyecto los residentes de este centro podrán profundizar en la relación entre el ser humano y danza, así como trabajar la relajación y explorar su cuerpo.

“Está dirigido a un sector que ha sido de los más afectados y que ha sufrido un confinamiento muy duro”, explicó Merche Añón concejala de cultura de Tudela. Y apuntó que existe la posibilidad de extender esta propuesta a otras residencias de Tudela: “con esta iniciativa lo que se pretende es desconfinar no solo el cuerpo, a través del baile, sino también la mente y transmitir a través del movimiento y de los relatos de los participantes los sentimientos vividos durante esta experiencia”.

Por su parte Begoña Moreno además de enfatizar en el esfuerzo hecho por la residencia y los residentes de autoconfinarse durante la pasada cuarentena, resultando así con ningún caso positivo de covid-19, comunicó la especial emoción de las residentes ante esta actividad. “El confinamiento ha traído muchos aspectos negativos a la residencia como la suspensión de determinadas actividades que tenían beneficios para los residentes por eso este proyecto un momento de desconexión y diversión al día para ellos, los que más lo necesitan”, concluyó.

Inspirado en Isadora Duncan, bailarina y coreógrafa estadounidense, el proyecto tiene el objetivo que los más mayores se pregunten cuestiones como: ¿Qué sensación física me provoca bailar? o ¿Cómo me he sentido durante el confinamiento?, y que éstas sean respondidas a través de relatos y coreografías dirigidas por Antonio Chuaqui. “Es mi invitación a que cada uno pueda encontrarse y bailar explorando todo sus sentimientos”, explicó el coreógrafo.

Además los residentes podrán considerar conceptos típicos de la danza como la kinesfera o espacio personal, técnicas de la danza contemporánea o la relación y el autocuidado. Se trata de un trabajo en paralelo que no solo cubrirá residencias sino que también se impartirán clases abiertas a la comunidad. Dividido en ocho sesiones de 45 minutos que se llevarán a cabo entre los meses de agosto y septiembre y con grupos de entre 12 y 20 personas voluntarias, que han dado el consentimiento para grabar su continuidad y poder hacer un seguimiento.

El resultado y las respuestas a las preguntas generadas se podrán ver en el documento al final, que se estrenará en un futuro y contendrá la síntesis de todo el trabajo, relatos y coreografías de los participantes. Además estos participantes estarán acompañados en todo momento por un profesional de la residencia para evitar contacto con Antonio y mantener distancias de seguridad.

Para apuntarse a las a los talleres gratuitos voluntarios hay que tener un mínimo de ocho años y el compromiso de participar en todas las sesiones. El plazo finalizará el 8 de septiembre.

“Los residentes están emocionados ante el comienzo de esta actividad”

Dir. residencia Nuestra Sra. de. Gracia

“Esta actividad es mi invitación a que cada uno pueda encontrarse y poder bailar”

Bailarín