- "Beethoven deseaba que su música la escuchara todo el mundo y se ha convertido en algo restringido. A partir de ahora, la sociedad debe reflexionar sobre cómo compartirla en vivo con un número mayor de gente, no cerrados a auditorios, teatros, y espacios en los que solo una minoría tiene derecho a disfrutar de sus estrellas, eso promueve un egocentrismo nada deseable". Esta frase de la prestigiosa pianista portuguesa Maria Joäo Pires inspira el espectáculo Beethoven revolucionario. La voz de la rebelión, una cena concierto mañana en el restaurante Gautxori de Zubiri en la que intervendrán la actriz Adriana Salvo, la bailarina y coreógrafa Carmen Larraz, la pianista Adela Martín, Nicola Takov al violín y David Johnstone al violoncello. El compositor Ígor Stravinski dijo de Beethoven que era el amigo y contemporáneo de la Revolución Francesa, y que continuó fiel a ella incluso cuando a esta le dieron la espalda. Dice de él: "Beethoven, ese genio plebeyo, quien orgulloso despreció a emperadores, príncipes y magnates -este es el Beethoven que nosotros amamos: por su optimismo inquebrantable, su tristeza viril, por la inspirada pasión de su lucha y por su voluntad de hierro que le permitió agarrar al destino por la garganta", afirmó.

"Beethoven era un revolucionario en todo el sentido de la palabra. La clase de música que él escribió nunca había sido oída antes", explica el productor de esta cita, Raúl Madinabeitia, que avisa a los asistentes: "Prepárense para ser impactados, conmocionados y perturbados por esta música".