Fue el 30 de octubre del año pasado. Ese día arrancaba en Vitoria el rodaje del primer largometraje de David Pérez Sañudo, Ane. Han pasado doce meses de aquello y, el pasado viernes, la película de la productora alavesa Amania Films se estrenó en las salas comerciales protagonizada por Patricia López Arnaiz y Mikel Losada.

Una curiosidad, ¿qué es eso rojo que bebe de forma compulsiva el personaje de Lide?

-P.L.A.: (Risas) Gatorade.

-M.L.: Para que el personaje todavía tuviera un poco más de energía por si le faltaba algo (risas).

-P.L.A.: Las adicciones no sé si se pueden racionalizar. Aquí el director me dijo: tú tomas esto y lo haces todo el rato, ¿vale? Y yo obedeciendo. No te creas, que incluso buscamos el estilo de cómo beberlo, fijándonos en los gestos de los ciclistas cuando beben en carretera.

Más allá de la anécdota, ha llegado el momento de la verdad, de encontrarse con el público en las salas comerciales. ¿Nervios, tensión, ya cansados de ver tantas veces la película estos días y de la promoción...?

-M.L.: A eso último, sí (risas).

-D.P.S.: Hasta ahora, aunque sí que me encuentro cansado porque el proceso es muy dilatado, está todo siendo muy interesante porque ves el interés que está despertando lo que has hecho. No me importa estar tres días consecutivos dando entrevistas porque me parece increíble que haya tantos medios que queráis hablar con nosotros de la película. Día a día hay más peticiones y eso me hace sentirme muy orgulloso aunque responda lo mismo cien veces.

Estrenar en salas comerciales siempre es complicado para una película de presupuesto modesto. Ahora, a eso se le suma la presencia de la covid y la reducción de aforos, que está llevando a muchos cines a atarse solo a los títulos que aseguran taquillas grandes. ¿Llegar hasta aquí es casi un milagro?

-D.P.S.: Es complicado y está muy caro acceder a las salas en la temporada de otoño invierno, porque llega el mal tiempo e ir al cine es un plan que igual hace dos meses no era tan atractivo. La incógnita es cuánto va a dañar el coronavirus. Así que sí, es un tanto milagroso. De hecho hoy (por el miércoles) nos hemos enterado de todos los cines donde vamos a estar mañana. Es levantarte todos los días como con taquicardias (risas).

-M.L.: Sacar adelante una película es milagroso y ya en tiempo de pandemia, todavía más.

Sin que Mikel Losada se enfade, pero lo cierto es que llegó el estreno en el Zinemaldia y empezaron a aparecer críticas hablando de que Patricia López Arnaiz, como mínimo, tiene que estar en las nominaciones a los Goya. Bueno, y también se menciona a David Pérez Sañudo para el de dirección novel.

-P.L.A.: La verdad es que ahora mismo estoy encantadísima. Pensar en eso me hace mucha ilusión y tengo el ego de lo más contento. Pero quién sabe si eso va a pasar. Y si sucede... no sé, creo que me pondría cardiaca (risas). Lo bueno es que es promoción para la película. Toda la lluvia que está cayendo en forma de buenas críticas es para sentirse muy feliz.

Bueno, para que Patricia López Arnaiz brille, también está el trabajo de réplica de Mikel Losada...

-M.L.: No sé, eso tendría que decirlo ella, pero es que yo estoy completamente de acuerdo con todas esas críticas. Patricia hace un papelón, es una pasada. Yo apostaría por su nominación, por supuesto, y también por la de David.

-D.P.S.: Creo que la unidad familiar es uno de los aciertos de la película. Estoy convencido de ello. Es cierto que a nivel de minutaje el personaje de Patricia es el más agradecido, pero también que esa unidad familiar en torno a ella de la que hablaba es, en su conjunto, una de las claves. Lo de las nominaciones va a tener que ver, según lo veo yo, más con lo que se genere en los medios, con lo que se hable de la película, porque nuestra gran limitación es el presupuesto para afrontar una campaña de promoción. Nunca en la historia ha habido ningún actor ni actriz nominado en la categoría de mejor interpretación masculina o femenina por una película en euskera. Qué duda cabe que cualquier nominación a la película le vendría muy bien.

Ane es un retrato duro de la falta de comunicación que, a diferentes niveles, vive nuestra sociedad, todo partiendo de esa unidad familiar que mencionaba el director, de cuyo pasado se cuenta, en realidad, muy poco. ¿Cómo consiguieron llegar a ese nivel de confianza de una pareja que hace tiempo que no lo es, a la que le une el hecho de haber tenido una hija? Hay escenas como las rodadas en Baiona, que son un buen ejemplo de esa compenetración y de todo eso que el filme no quiere relatar. Ane

-M.L.: Para mí, lo atractivo de la película es eso, lo que no se cuenta. Es lo que más me llama la atención. Se ve la familia, se ve el pasado, pero sin contarlo. Esa escena que mencionas, la del cigarro, es improvisada. David nos dijo: venga, vamos a improvisar sobre esta base.

-P.L.A.: Sí, no sé si fue el último día de rodaje o de los últimos.

-D.P.S.: Mikel me protestaba mucho. Me decía que su personaje, Fernando, no hacía gran cosa. Pero al final, entendimos todos que esa apatía con la vida que le caracteriza, recoge mucha frustración e impotencia, que es fundamental para entenderle. Y Mikel es autor de un gesto importante en el plano que más me gusta de la película. Están ellos dos en la cocina, Mikel se marcha y hay un instante en el que él se detiene en la puerta, y antes de cerrar del todo, echa una mirada atrás y durante dos segundos piensas que va a volver a entrar. En esos dos segundos adivinas todo sobre su persona, su historia, el hecho de que esté empequeñecido... Lo bueno de un rodaje es que, de repente, como en estas dos escenas de las que hablamos, te encuentras con sorpresas que mejoran la película.

Ahora que menciona Sañudo ese plano, a lo largo de buena parte de la película, les hace a ustedes protagonizar escenas en las que incluso no se les ve. ¿Algún día pensaron: "¡qué majo aquí el director en su primera película!"?

-M.L.: Sí, sí, por supuesto (risas). Mi ego estaba todo el rato cabreado. Hay un momento en el que estamos los dos llorando a moco tendido y este señor va y pone la cámara a dos kilómetros. Y yo diciendo: pero si esta escena es súper bonita e íntima. Pero él venga a decir: confía Mikel, que así tiene más fuerza. Al final, claro, ves el resultado y, efectivamente, David tenía razón.

-P.L.A.: Todo el lenguaje, la realización, las localizaciones... en toda la película ves a las claras que hay una autoría, un sello. Ahí está David.

Los dos personajes principales crean esa sensación de decir: no sé si me caen bien o mal, pero les entiendo.

-M.L.: Ahí está lo que se buscaba. Yo, al ver ahora la película, les comprendo. Fueron padres con 17 años. Eso explica casi todo.

-P.L.A.: Yo he mirado la película, pero todavía no la he visto. Todavía estoy muy apegada y no sé si llegaré a algún momento en la que pueda verla con esa virginidad del público. Empatizo con mi personaje, por supuesto, pero me falta esa distancia. Aún así, al personaje de Mikel lo he entendido mucho mejor ahora. He podido ver el viaje que hace. Normalmente, cuando vas a trabajar, tienes un personaje que vive un determinado momento, que igual tiene un pasado pero porque es muy necesario para el argumento de la película. Sin embargo, aquí cada personaje tiene muchas capas, muchas.

A lo largo de la película, el espectador se va a encontrar con diferentes géneros que se van dando el relevo. ¿Eso fue una complicación a la hora de construir a los personajes?

-P.L.A.: A mí es algo que me flipó. La primera vez que leí el guión y llegué al momento que se encontrará el público pensé: no me lo puedo creer. Estaba flipando. Me pareció una maravilla. Estás acostumbrada a que todas las películas lleguen al final, se produzca el chis pum y no te importe qué pasa después. Aquí no sucede eso. ¿Qué pasa con los personajes? ¿Qué sucede?

-D.P.S.: Es que no estamos acostumbrados a que la premisa se resuelva en el tercer acto. Eso genera una frustración porque hay que volver a sembrar. Sabíamos desde el principio que la decisión que tomamos, y que el público descubrirá a partir de mañana, era muy arriesgada, pero no me arrepiento.

Si tomamos un espectador ideal, ¿qué les gustaría que pensase o sintiese cuando esté en el cine y acabe la película?

-D.P.S.: Creo que tendría que salir incomodo, pensando, que un día después todavía tenga la película en la cabeza. No me importa que haya momentos erróneos pero sí me gustaría que pensase: hay tres o cuatro momentos del filme que no me quito de la cabeza. Hay varios momentos puntuales que creo que pueden cumplir esa función. Me he dado cuenta de que en el cine me gustan más secuencias que películas. De eso se trata en nuestro caso. Hemos arriesgado formal y estructuralmente. Eso hace que no vaya a gustar a todo el mundo y hay que respetarlo.

-M.L.: Cuando voy al cine lo que quiero es que me cuenten cuentos y que me pase algo, salir de una manera diferente a la que he entrado. Y con esta película me pasó. Tuve una resaca emocional de dos días. Me quedé tocado por ese final...

-P.L.A.: Coincido en la idea de las secuencias que recuerdas más que las películas, y no tanto por un tema plástico, sino por lo que significa ese instante, por lo que te dice. Son ecos que permanecen y creo que esta película puede dejar esas huellas.

Ha pasado mucho tiempo desde que Ane

-Todo está siendo muy nuevo. Y ha habido críticas en estas semanas que me han emocionado muchísimo, eso lo tengo que decir con sinceridad. Yo paso mis crisis personales y ahí me he dado cuenta de que esto no es solo un trabajo. Lo que está en juego es mucho más, es algo íntimo, personal. En el sentido artístico, la película ya la he dejado atrás. Y eso está haciendo que ahora la esté disfrutando. Es una película seguramente imperfecta pero es una película que tiene alma. Ha sido un aprendizaje tremendo. Que estén llegando además buenas noticias, me da más ganas de trabajar. Estoy pensando: hay que volver a rodar, hay que hacerlo mejor... Y las malas noticias me dan todavía más ganas de trabajar porque digo: en la siguiente, esto no me va a volver a pasar. Estoy en ese momento.

"Toda la lluvia que está cayendo en forma de buenas críticas es para sentirse muy feliz"

Actriz

"Apuesto por la nominación de Patricia a los Goya, hace un papelón; y por la de David, también"

Actor

"Hemos arriesgado formal y estructuralmente. Eso hace que no vaya a gustar a todo el mundo y hay que respetarlo"

Director