El Museo Guggenheim Bilbao presentó el proyecto del artista José Manuel Ballester, que el público podrá visitar en una de sus salas durante los próximos tres meses y que consta de una serie de fotografías que el artista realizó en el Bilbao desierto y confinado de la primavera pasada, que a su vez conviven con la obra En torno al Guernica, 2009/2020, una versión vaciada de la pintura de Picasso que transmite una mirada actualizada del evento histórico y de la tragedia humana.

Según informó el Museo, en su conjunto el proyecto plantea una reflexión sobre las consecuencias de graves acontecimientos como las guerras o las pandemias. Así, el diálogo entre el Guernica vaciado y las fotografías de la ciudad aparentemente deshabitada plantea una “interesante y abierta reflexión al espectador”.

Este proyecto da testimonio de la etapa de confinamiento a través de una selección de fotografías de gran formato que reflejan calles y espacios desiertos de Bilbao como el puente de La Salve, Elcano, el Metro o la calle Bailén, arrojando una imagen “casi irreal que podría representar la vivida en cualquier lugar del mundo”.

En palabras de Ballester, “la ausencia humana en la calle creaba imágenes insólitas de carreteras, avenidas y plazas totalmente vacías, pero lo más inquietante era saber que todos los habitantes estaban allí, que se encontraban a pocos metros de mí, protegidos entre los muros de sus casas. A pesar de estar tan cerca, se imponía el silencio”.

Este retrato de la ciudad deshabitada tiene muchos paralelismos con la visión artística que José Manuel Ballester viene desarrollando desde hace años a través de su “impactante” serie de obras denominada Espacios ocultos, en la cual reinterpreta pinturas clave de la historia del arte vaciadas de sus personajes, dotándolas de un nuevo sentido artístico y humano.

En torno al Guernica es una reproducción fotográfica impresa sobre lino del mismo tamaño que el lienzo original de Picasso, tratada digitalmente para vaciar de personajes el espacio que integra la acción. Así, el interior arquitectónico, con sus juegos de luces y sombras, queda como testigo mudo del bombardeo de Gernika en 1937.

Ballester traslada la secuencia temporal elegida por Picasso a un momento posterior, en el que han desaparecido todos sus protagonistas pero, en palabras del artista, “permanecen presentes las señales de lo deshumano y las llamas del incendio que sigue activo, como la flor que brota de la espada”.

La experiencia presencial se ve complementada por un proyecto digital que desarrolla el concepto del vacío tan presente en la obra de Ballester, accesible desde la web del Museo. Además, se ha publicado un libro que recoge la serie de veinte fotografías realizadas por el artista en las calles de Bilbao y su reinterpretación de la obra de Picasso, comentadas por Carlos del Amor.

La intervención de José Manuel Ballester sobre el Guernica supone “un intento de trasladar al momento actual los acontecimientos que motivaron la creación de esas obras y equipararlos a los actuales conflictos que existen en el mundo. Son sucesos que nos escandalizan y conmueven, si bien, al mismo tiempo, se van desvaneciendo en nuestra conciencia cuando nos resultan lejanos”, concluyó.