xistió durante mucho tiempo la idea de una continuidad del universo transmitida mediante fuerzas vinculantes de unas cosas a otras, de unos cuerpos a otros. Fue un tiempo en el que existían correspondencias significativas entre objetos, donde todo estaba conectado en términos de influencias, no existiendo nada que fuera pasivo o activo en relación a cualquier otra cosa. Indestructibles, la materia y la substancia de las cosas estarían expuestas a todas las formas posibles, de manera que todo y cada cosa se transformarían a su vez en cada cosa y en todo.

Partiendo de esa idea profética, Patxi Araujo propone en su instalación All Prophets Are Wrong, que se descubre por primera vez al público en Apaindu, “el encuentro con esa materia conectiva liberada de forma y la hace perceptible bajo una mirada de causalidad estética”. Para ello el artista se sirve de cierto tipo de meteoros, veloces y transparentes: los intervalos de radiación natural del espacio expositivo capturados por un sensor Geiger.

Su pieza es una especie de estación de escucha en la que los sonidos entran de manera inesperada para el visitante -que en este caso tiene la sensación de haber entrado en otro mundo-, creando resonancias curiosas mediante un sistema de interacción entre los elementos físicos de la exposición -y, también, entre los elementos propios de quien escucha-. “Todos ellos se escuchan, todos ellos se tienen en cuenta de alguna manera”, dice Patxi Araujo.

Su instalación funciona mediante un sistema que capta con un pequeño sensor la radiación natural del espacio en que se exhibe y, al capturar esas partículas de radiación natural, deriva esas señales mediante unos cables a los denominados profetas: ocho campanas suspendidas en el aire. “Y de una manera completamente random (aleatoria), porque no existe posibilidad de saber cuándo va a ser la siguiente captura, deriva las señales a cada una de esas campanas”, cuenta el artista. Mientras esas señales viajan de manera aérea hacia los profetas, interviene de manera activa otro elemento que viene de otro lugar -“es más terrestre”-, y capta algunas veces las señales, no todas, generando un diálogo entre el espacio acústico y su propio movimiento.

All Prophets Are Wrong (de vínculos, resonancias y meteoros) es una pieza creada en 2019 que forma parte de un proyecto más amplio, denominado Bruniana (Pequeña Dramaturgia para Objetos Técnicos) y llevado a cabo por Patxi Araujo gracias a las ayudas a las Artes plásticas y visuales que recibió del Centro de Arte Contemporáneo Huarte el año pasado.

El motor de este proyecto tiene que ver con las preguntas y reflexiones que el creador navarro se hace en torno a “la imprevisibilidad del futuro, a la imposibilidad de saber qué es lo que va a ocurrir, o cuándo o en qué manera”.

También está vinculado a su gran interés por generar algo que se deriva del uso de las tecnologías: “Una especie de causalidad estética”. “Es decir, las cosas ocurren no porque se desencadenen de una manera lógica sino porque de alguna manera quieren ocurrir”, explica Araujo.

Así, la instalación que muestra en Apaindu “interpela al deseo de ocurrir: ¿qué quiere suceder ahora? ¿es posible que ocurra esto de una forma coherente en relación a otra cosa? ¿qué se encuentra armónicamente unido? ¿qué resuena? ¿en dónde, cómo lo hace?”, plantea el artista. Y continúa: “En una mezcla alquímica de calidades psíquicas, físicas y tecnológicas, en donde lo transportado resulta transformado, emerge un punto de partida a partir de una visión, de un elemento percutido, de un momento de la vida pasada de un objeto, o de su huella, de su reinvención, de su hackeo, o de un glitch en su estructura natural o artificial. Como decía Borges, dibujos invisibles que inauguran -o coronan- formas secretas”.

Así, Patxi Araujo genera con esta pieza sensaciones de escucha de elementos no humanos, solo audibles, visibles a través de las máquinas; posibilidades de diálogos que trascienden lo humano: diálogos entre elementos mecánicos, técnicos, y elementos naturales (esas partículas).

La idea de la intervención violenta del ser humano en la naturaleza, de la dominación que ejerce sobre ella, también está presente en esta muestra, en la que una rama muerta de morera “que sufrió mucha poda salvaje”, resucita aquí gracias a la tecnología, que la devuelve a la vida haciéndola moverse, haciéndola bailar. De esta manera, la instalación especula sobre “la posibilidad de que en algún momento la tecnología sea capaz de devolver a la vida, a la animación, al movimiento, elementos naturales que ya no están vivos”, dice Araujo.

Todo el misterio del universo, y toda la incertidumbre de nuestra existencia, laten en esta propuesta expositiva. En especial en estos momentos de crisis que vivimos, en medio de un virus que genera constantemente preguntas sin respuesta; en estos momentos en que, destaca el artista, “tenemos que escuchar a elementos que hablan de otra manera”.

Su instalación tiene hoy un peso específico muy fuerte. Y un punto de espiritualidad, de misticismo, en la atmósfera de un espacio vacío y lleno a un tiempo; en el que hay oscuridad -la que requiere la pieza-, y silencio pero también sonido.

Vivenciando recuerdos

Junto a la instalación que ha transformado el espacio principal de Apaindu, Patxi Araujo muestra otra pieza en esta exposición, “especialmente recomendable para cualquier pamplonauta de esta parte del mundo”, dice. Es una obra de naturaleza digital que nos invita a vivenciar un recuerdo propio de nuestro ser orgánico: el cruzar las antiguas pasarelas de la Magdalena sobre el río Arga en verano. La obra, con una imagen y un sonido muy hipnóticos, es fruto del trabajo del artista “con un sistema de partículas muy plástico, muy maleable, que se puede convertir en cualquier cosa”. En este caso se ha convertido en un río, y el contexto que rodea esta pieza es el recuerdo que todos tenemos asociado a las antiguas pasarelas, de manera que ese río de naturaleza digital, sintética, se torna en un espacio vivenciado, sumamente orgánico. “Esta obra está relacionada con la otra instalación, en el sentido de que no se sabe muy bien qué partícula va a atravesar, o por qué parte, las pasarelas; el agua del río tampoco es siempre la misma, está siempre cambiando, fluyendo”, reflexiona Araujo.

Sobre el momento actual para el arte, cree que “se vive un cambio de paradigma muy grande”. “Hasta ahora las cosas habían sido, y ahora van a ser de otra manera”, dice el creador, que opina que “existía un sistema que ya iba de capa caída y después de todo esto va a tener que cambiar sustancialmente: cómo plantear la creación, las relaciones del artista con la obra, con el espectador, cómo plantear su distribución, su difusión, incluso su conservación. Va a ser algo totalmente diferente. Esto, sumado al cada vez más normalizado uso de nuevos medios, de tecnologías digitales y otros elementos de escucha, va a generar un nuevo campo”, afirma, consciente de que su propuesta expositiva “es muy extraña, un poco alien en su propia configuración, y no existen muchos lugares de exhibición para este tipo de proyectos”.

En este sentido, desea que “las instituciones tengan en cuenta la posibilidad de mostrar otro tipo de obras y de configuraciones”.

Qué. ‘All Prophets Are Wrong’. Instalación de Patxi Araujo perteneciente a su proyecto ‘Bruniana’ (Pequeña Dramaturgia para Objetos Técnicos), en la que los elementos técnicos se presentan, en palabras del artista, “en una suerte de alucinación teatral para ellos. Tienen sus automatismos, sus programaciones, pero a la vez intervienen de una manera dramatizada”.

Dónde. Espacio expositivo Apaindu (calle Curia, 7).

Cuándo. Hasta el próximo 24 de enero, de lunes a viernes en horario de 17 a 20 horas. Día 1 de enero, cerrada.

Acciones. Patxi Araujo tiene previsto intervenir en el espacio expositivo con algún tipo de acción o ‘performance’. Será en enero, en fechas todavía por fijar.

“Todos los elementos de la instalación se escuchan, se tienen en cuenta de alguna manera”

“Son tiempos de un gran cambio; a partir de ahora las cosas en el arte van a ser de otra manera”

Creador multidisciplinar