Cuando la actriz Christian Serratos (Rosita Espinosa en The Walking Dead) supo que encarnaría a Selena Quintanilla en una serie de Netflix, trató de conocer hasta el mínimo detalle de la evolución de una artista que "con talento y trabajo rompió barreras para la comunidad latina". Su sonrisa demuestra que es consciente del interés que ha despertado al interpretar no solo a la reina del Tex-Mex, sino al hacerlo después de que Jennifer López la inmortalizara en la película de 1997. Más de dos décadas después de esa cinta que celebró el legado de Selena, Netflix contó con Serratos para dar vida a la artista en una serie que, en dos temporadas, narra la vida de la cantante que se convirtió en el primer icono de la latinidad nacida en Estados Unidos y cuya leyenda se hizo eterna tras su asesinato a los 23 años. "Lo que ella consiguió a finales de los 80 y a comienzos de los 90 es un testimonio. Rompió barreras para la comunidad latina y para muchas mujeres", afirma Serratos.

La actriz de 30 años, estadounidense de origen mexicano, se preparó para el papel más importante de su carrera, consciente de lo que significa el nombre y la imagen de Selena para la comunidad en la que se crió. "Mis abuelos llegaron aquí desde México, es una historia con la que me identifico a nivel personal", explica. Además, su reto era doble porque en la imagen colectiva de muchos la representación de Selena, mítica por sí sola, esta íntimamente ligada a otro icono pop como Jennifer López, que la encarnó en la gran pantalla". La primera temporada indaga en los orígenes del icono: una familia de Texas aficionada a la música que descubrió el talento de su hija y formó una banda familiar con sus hermanos, Selena y los Dinos, en la que el protagonismo se lo llevaba el arrebatador carisma de la más pequeña.

Selena: The Series explora su viaje desde cantar en pequeños conciertos a convertirse en la cantante latina más exitosa de todos los tiempos y también refleja los años de trabajo y sacrificio de la familia. Esta serie es la primera que han aprobado en formato de televisión. En 2018, Telemundo emitió en Estados Unidos la serie no autorizada El secreto de Selena, basada en el libro de la periodista puertorriqueña María Celeste Arrarás. La familia intentó bloquear la producción y expresó su disgusto con la historia, que calificó como "llena de mentiras". Nunca sabremos hasta dónde habría llegado la evolución de la artista, asesinada por la presidenta de su club de fans. Entonces ya era mucho más que la cantante de Como la flor, Amor prohibido o Bidi Bidi Bom Bom. Era la primera embajadora latina para multinacionales anglosajonas, tenía su propia cadena de tiendas y, sobre todo, despertaba admiración entre millones de jóvenes nacidos en Estados Unidos con raíces mexicanas que encontraron en Selena un icono que por fin representaba a las dos culturas. A comienzos de los 90 fue el primer icono de la biculturalidad de Norteamérica, de los chicanos, de los jóvenes nacidos y educados en Estados Unidos que se sentían parte de la comunidad latina, de las familias que hablaban español en casa e inglés en la escuela.

En un capítulo, Abraham Quintanilla, padre de la joven, triste tras ver que una Selena de niña (Madison Taylor Baez) no retiene al público en las primeras actuaciones en su pueblo, la invita a que cante en español. "Pero soy estadounidense", contesta ella en inglés. "Y mexicana responde su padre. Yo vengo de México y tú vienes de mí, es una cadena, raíces en México y ramas en Estados Unidos. ¿Cantarás en español?" "Sí", responde en un tímido español. Y así nacía el icono.