- Desde que en 2014 el Gobierno foral disolviera el Instituto Navarro de las Artes Audiovisuales y la Cinematografía (INAAC), la Filmoteca de Navarra se divide en dos apartados. Uno de ellos tiene que ver con la programación y engloba la actividad que se desarrolla en la sala de proyecciones y la referida a la difusión, a través de libros o de otros materiales, del trabajo de realizadores/as navarros/as. Su responsable es Alberto Cañada. El otro apartado es el Archivo Fílmico, que se encarga de la recuperación, catalogación, conservación y digitalización de las películas, documentación, equipos y otros elementos relacionados con el patrimonio filmográfico de Navarra. En la actualidad, su fondo se compone de más de 15.000 documentos.

Patricia Goroskieta, técnica de archivo, y Patricia Wert, documentalista, obtuvieron el contrato para hacerse cargo del Archivo Fílmico a través del concurso que convocó la Biblioteca de Navarra. Además de salvaguardar las producciones realizadas por creadoras y creadores navarras/os, muchos de los cuales están obligados a depositar una copia de sus trabajos en el archivo por haber sido beneficiarias/os de alguna ayuda del Ejecutivo foral, una de las principales tareas de esta entidad es recuperar, conservar, documentar y difundir las películas filmadas por cineastas aficionados ya sea en el ámbito familiar o en eventos en distintos lugares del territorio que dan fe de prácticas, usos, costumbres, tradiciones, rituales, etcétera. “Son pura etnografía, nos cuentan nuestra historia; su valor es grande. Gracias a estas películas sabemos a dónde iban las familias navarras de vacaciones, qué celebraban, cómo eran las fiestas de los pueblos. Estas películas demuestran la riqueza cultural de Navarra”, defiende Goroskieta.

La película más antigua que se conserva en este archivo es una visita de Alfonso XIII en 1912, casi cien años atrás, y a partir de ahí hay numerosos documentos en formato magnético, químico y fotoquímico (35 mm, 16 mm, 9,5 mm, Super 8 mm y 8 mm). Muchos de ellos proceden de donaciones de particulares y otros de depósitos. En este último caso, los propietarios tienen derecho a retirarlos. A donantes y depositarios se les entrega una copia digitalizada de cada película entregada, lo que conlleva un largo y minucioso trabajo. Del mismo modo, este patrimonio está “al alcance de cualquier ciudadano”, que lo puede consultar bajo unas condiciones. “Es como si vas al Archivo de Navarra y pides consultar un legajo; los originales nunca salen de allí”, explica Goroskieta.

En junio, la Filmoteca de Navarra acogerá el 5º Encuentro de Filmotecas Ibéricas, que, precisamente, centrará la cita en La memoria familiar y social: La importancia de los materiales audiovisuales de carácter doméstico, de aficionados y no comercial.