Mayor inversión ante los retos que se plantean para el sector de la cultura, y poder acceder a los fondos europeos de recuperación, son dos de las reivindicaciones que trasladó este viernes una representación de la asociación KUNA de gestores culturales navarros a los grupos parlamentarios, en la sesión de trabajo que tuvo lugar en la Comisión de Cultura y Deporte.

En un clima de cambio y de incertidumbre en el que el factor miedo que ha dejado esta pandemia se ha convertido en una seria amenaza para el sector cultural, al provocar que mucha gente haya dejado de participar en eventos del sector, el presidente de KUNA, Ángel García Carreño, reivindicó en comisión parlamentaria que, tal y como acordaron los grupos parlamentarios y como recomienda la Comisión Europea, “se debe alcanzar el 1,5% de presupuesto de Navarra para cultura”.

“Vemos voluntad política para llegar a este porcentaje, pero necesitamos ya hechos; porque aunque todos los grupos coincidan en la necesidad de alcanzar el 1,5%, luego la realidad nos demuestra lo contrario, que el 0,8% de este año es una barrera que será difícil de superar en los próximos años”, alertó. También solicitó el aumento en ayudas a la investigación y creación, así como la consideración “de la autoría como producto finalista” y de la cultura “como bien prioritario”, por lo que pidió el acceso a los fondos europeos extraordinarios que “permitan la supervivencia de las organizaciones y que éstas puedan ofrecer actividad”.

En este sentido, el vicepresidente de KUNA, Iñigo Osés, solicitó que “si va a haber unos fondos extraordinarios europeos, esos fondos atiendan a una realidad profesional de desarrollo económico que supone el valor de la cultura; que ésta no se vea como algo accesorio, como el pan y circo, sino que se valore como algo esencial”. Osés pidió que “si ya no se va a seguir avanzando en la legislación, por lo menos no se eliminen las partidas presupuestarias destinadas a la subvención para garantizar la supervivencia de sistemas, de personas o de las propias infraestructuras culturales de Navarra”.

La regulación de la profesión, el reto

KUNA, que nació en 1990 y aglutina a casi 100 profesionales, apunta como un gran problema “la regulación” de la profesión en el ámbito de la gestión cultural. García Carreño y Osés afirmaron que en este tema “se necesitan hechos” con urgencia. “Ya fue un hito muy importante en 2019 la aprobación de la Ley Foral de Derechos Culturales, a la que ahora habría que hacer el seguimiento reglamentario, y hay otro hito importante para los próximos años que es la Ley de las Profesiones de la Cultura, que puede ser pionera a nivel estatal e internacional. Creemos que es imprescindible que se cuente con KUNA, con los profesionales, para llevar a cabo esa ley, que sería un paso más en la regulación del sector, que es el gran objetivo final”, afirmó el presidente de la asociación.

Porque, apuntó, “no podemos trabajar por voluntarismo, no podemos trabajar con sistemas precarios y no podemos trabajar sin un marco legislativo regulatorio que nos permita desempeñar nuestra profesión con un poco más de seguridad jurídica”.

"Voluntad" de los grupos

Navarra Suma, PSN, Geroa Bai y EH Bildu coincidieron en la necesidad de avanzar ante los retos que se plantean para el sector cultural, que pasan, entre otras cosas, por desarrollar el reglamento de la Ley de Derechos Culturales y la Ley de Profesiones de la Cultura, tal y como señaló Raquel Garbayo (Navarra Suma), así como por modificar la Ley de Contratos y hacer el Estatuto del Artista Navarro, según apuntó Maiorga Ramírez por EH Bildu.

“Vemos que hay un consenso político, y esto nos satisface y a la vez nos asusta. Valoramos la voluntad, pero la realidad es que necesitamos hechos ya”, pidió de manera rotunda Iñigo Osés, en aras de afrontar con recursos los retos que se plantean para el sector de la cultura, entre ellos la digitalización, el nuevo consumo cultural, el trabajo en red, la regulación de los sectores culturales, el incentivo de la financiación, la mejora de las políticas públicas en este ámbito, la creación de espacios de análisis, reflexión y participación, o la inclusión y accesibilidad en la cultura.