Una treintena de agricultores de Cadreita se ha agrupado para reclamar al Gobierno de La Rioja que les abone las pérdidas ocasionadas por los daños que llevan causando en los últimos meses jabalíes procedentes de una reserva natural ubicada en Alfaro. Del mismo modo, exigen que se tomen medidas para que se evite una situación que les está ocasionando costes importantes, ya que hay parcelas que han tenido que replantarse hasta en tres ocasiones. El primer paso fue juntarse en una reunión con representantes de la UAGN, la asociación que llevará el caso por la vía administrativa, de la Federación Navarra de Caza, de la Sociedad de Cazadores de Cadreita, del consistorio de la localidad ribera y del Sindicato de Riegos del municipio.

El problema viene de lejos, desde que en la zona próxima a la muga se declaró un soto como reserva natural, pero se ha agravado en el último año. El motivo es que el Gobierno de La Rioja permitía realizar algunas batidas en la zona (en el 2020, la última temporada que se pudo cazar, se abatieron 40 jabalíes), pero este año ha prohibido a los cazadores de Alfaro actuar en el lugar para controlar las poblaciones. Por tanto, el número de ejemplares de jabalíes se ha desbocado y, como consecuencia, la acción que protagonizan en los campos de maíz y trigo está siendo considerable, según critican los agricultores.

El abogado de la UAGN Ángel Remírez será el encargado de, una vez que se hayan cuantificado todos los daños, registrar la denuncia. “Entendemos que lo primero que hay que hacer es denunciar para que La Rioja sepa de la existencia de este problema, ya que su gobierno es el responsable de la gestión de la reserva natural”, aclara, al tiempo que apunta que, después, llegará la apertura de un expediente de responsabilidad patrimonial, en el que habrá que determinarse que, bien por acción o bien por omisión de la Administración riojana, se han producido daños en determinados cultivos.

“Si el Ejecutivo riojano no toma medidas, después tendremos la baza a nuestro favor de que, aun avisado, no ha querido hacer nada para evitar la situación. Y la problemática está clara, porque no hay ningún otro sitio del que puedan proceder los jabalíes”, expone. Aunque el objetivo principal es que se minimicen los daños y se corrija esta coyuntura, desde la UAGN no descartan tener que acudir a los juzgados si, en el proceso administrativo, el Gobierno de La Rioja no reconoce la existencia de los daños y su responsabilidad.

Para el concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Cadreita, Isaías Militino, la problemática no es nueva, si bien ha empeorado en este último año. “Antes, la mayoría de los agricultores eran pequeños, por lo que, si alguien tenía 1.000 kilos de pérdida de maíz en cosecha, pongamos que a 20 céntimos, que es un buen precio, pues eran 200 euros y, más allá de protestar, no se hacía nada. Pero ahora hay agricultores más grandes, que, a lo mejor, en lugar de 200 euros, están registrando pérdidas de 2.000 euros, y eso ya es otro tema”, explica. Desde el consistorio, indica, se ha aglutinado ese malestar y se han puesto en marcha para apoyar a los vecinos.

“Si se soluciona por la vía amistosa, muchísimo mejor para todos, porque nosotros no tenemos ningún interés en denunciar ni al Gobierno de La Rioja ni a nadie, pero si este no se hace responsable y hay que acudir a los juzgados, iremos”, concluye.

Por parte de la FNC, Aitor Merino, ingeniero forestal encargado de elaborar el plan cinegético de Cadreita, revela que la base del problema no es otra que el continuo aumento de la abundancia de jabalíes, provocado por “el alto potencial reproductivo de la especie, unido a la alta disponibilidad de alimento, de zonas de refugio y protección, además de a la ausencia de depredadores”.

En este punto, recuerda que la sobreabundancia de estas especies tiene efectos muy negativos sobre el medioambiente y la conservación de los ecosistemas, aparte de que estos animales generan daños a la agricultura, provocan accidentes de tráfico (en Navarra, han causado más de 400 en el último año) y pueden ser el origen de transmisión de infecciones tanto a los seres humanos como al ganado.

Para Merino, la caza supone una de las herramientas más eficaces en la gestión y el control de las poblaciones de jabalí y los daños asociados a ellas, por lo que opina que las administraciones deberían facilitar el ejercicio de la caza mediante la combinación de todas las medidas cinegéticas posibles, como batidas, esperas o caza fuera de la temporada tradicional.

“Es sorprendente que, en la actualidad, se esté limitando el desarrollo de batidas de jabalí tanto en La Rioja como en Navarra, ya que, en muchos de los casos, el origen de los desequilibrios es consecuencia directa de gestiones inadecuadas de determinados espacios naturales, o sencillamente de la inacción del departamento de medio ambiente correspondiente”, sentencia.