Kuna, la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural de Navarra, organiza los VII Encuentros Profesionales 'Gestionar Cultura' bajo el título "Públicos y Territorio", cuyo objetivo es analizar y reflexionar sobre las vías de mediación y acercamiento de las artes y la cultura al público de Navarra, con especial énfasis en la creación y desarrollo de audiencias. Asimismo, la cita, que tendrá lugar el martes 8 de junio en Ribaforada, también abordará la relevancia de la cultura en los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, como eje transversal que "fomenta la educación, la igualdad, la inclusión social, la participación ciudadana, el desarrollo territorial, la resiliencia, la innovación y la protección del patrimonio cultural y natural", explica Ángel García Carreño, presidente de Kuna Gestión Cultural de Navarra - Nakarroako Kultur Kudeaketa.

¿Cuáles son los objetivos de este encuentro entre profesionales de la gestión cultural?

Desde el año 2012, estos encuentros profesionales se conciben como espacios de aprendizaje, formación y encuentro entre los diferentes agentes que participan en la vida cultural de Navarra, desarrollando labores de mediación y acercamiento de las artes y la cultura al público de la Comunidad foral, con especial énfasis en la creación y desarrollo de audiencias. En otras ocasiones hemos abordado temas como la financiación, la mediación o la accesibilidad, pero creíamos que tras el año que hemos vivido con situaciones de aislamiento social y de restricciones a los servicios y programas culturales creadas por la pandemia era necesario centrar la temática en el público, dado que la gestión cultural es un encargo social que cohesiona a las personas con su territorio. Tenemos que volver a "reconocer" qué públicos hay, cómo se relacionan con la cultura y cómo acceden a ella.

El Encuentro también contempla abordar el valor que juega la cultura en la Agenda 2030. ¿Cuál es su papel?

La cultura no aparece como tal en la Agenda 2030, pero está más que demostrado que se trata de un componente transversal que no necesariamente tiene que ser nombrado, ya que la cultura subyace en los diferentes objetivos de desarrollo sostenible. Está en la educación, en la igualdad, la discusión social€ Para entender mejor este concepto, vamos a contar con la ponencia de Alfons Martinell, director honorífico de la Cátedra UNESCO "Políticas Culturales y Cooperación", quien hablará de la evolución del concepto de públicos en las décadas pasadas, así como de las tendencias emergentes en los últimos años.

Con este año en el que el consumo de la cultura se ha visto afectado por la situación sanitaria actual, ¿cómo se está transformando la gestión cultural?

Hasta 2020 estaban muy claras las dinámicas de acceso y participación en la cultura, con festivales en vivo, conferencias en espacios físicos, etc. La transformación ya se percibía, pero de repente, con el confinamiento, todo esto se traslada al espacio digital y, además, resurge con mucha fuerza el renacimiento de la cultura íntima (vuelta al libro, a la serie de TV€ de forma individualizada). Ahora se están recuperando los entorno físicos y el público está empezando a participar en la vida cultural, sin embargo, creemos que esa parte individual va a permanecer durante mucho tiempo. En este sentido, pensamos que los formatos híbridos van a tener protagonismo, dado que se ha garantizado más el acceso universal desde cualquier lugar o momento.

Lo que no se puede hacer es entender los dos conceptos por igual.

En cuanto a la labor desempeñada por los gestores, ¿cómo estáis afrontando estos cambios a las nuevas demandas?

La gestión cultural es fruto de un encargo social. Un intermediario entre el hecho cultural y el beneficiario. En Navarra, la figura del gestor cultural nace hace más de 30 años como un técnico sociocultural adscrito al ámbito público que promueve acciones culturales y que se preocupa por mejorar la vida del territorio. Con los años, la profesión ha ido cambiando y contemplando nuevos conceptos como la mediación, que tiene que ver con un mayor diálogo con los públicos. Sin embargo, en los últimos años la figura del gestor cultural debe dar un paso más allá de su territorio municipal o región, en busca de nuevas comunidades culturales. El gestor se convierte en un catalizador de innovación e igualdad cuyo objetivo es conseguir un retorno económico y social del hecho cultural que impacte en el territorio y en la gente que lo habita.

Esa evolución también conllevará nuevas oportunidades

Desde Kuna detectamos que existen 8 grandes focos de atención (la regulación del sector de la cultura, la rentabilidad, la incentivación de la financiación, nuevos modelos de sociedad, entre otros), pero creíamos que el primer aspecto que teníamos que tener en cuenta era la digitalización, el consumo cultural y el trabajo en red. Todo esto tiene tanto de riesgos como de oportunidades. Es decir, han surgido de forma abrupta plataformas de entretenimiento que nos llevan años vista en capacidades, recursos, conocimiento y medios que se han convertido en una amenaza. Sin embargo, desde Kuna creemos que la transformación la debemos abordar apostando por la emoción del hecho cultural por encima del medio digital. Está claro que toca reinventarse.

Es evidente que se ha modificado la forma de consumir la cultura y que existe un mayor feedback con el público. ¿Hacia dónde se dirige esa participación?

En la actualidad, el público interactúa más con la cultura hasta el punto en que en algunas ocasiones se convierte en cocreador. Los teatros se conciben como un círculo y los escenarios están desapareciendo. Además, la transversalidad de la cultura es más visible en el espacio físico y digital que hace unos años. Encuentros como el día 8 de junio en Ribaforada nos va a servir para analizar y reflexionar hacia dónde se dirige el sector, así como desgranar los diferentes hábitos de consumo y la diversificación de las categorías de productor y consumidor cultural. Conocer y cautivar a las personas beneficiarias del hecho cultural es un reto constante.