Más de una veintena de artistas locales abren sus estudios de producción, experimentación e investigación creadora este fin de semana en el Centro Huarte. Una oportunidad atractiva para que el público pueda adentrarse físicamente en sus lugares de trabajo, en sus mentes en plena ebullición de talento, ideas e inspiración.

Son artistas que han disfrutado o que disfrutan en estos momentos de estancias temporales o puntuales en el centro de arte contemporáneo, un espacio que para ellos es un tesoro porque les permite producir, experimentar e investigar con medios a los que sería inviable acceder a título particular. Y, sobre todo, enriquecerse del contacto con otros artistas.

Desde las artes escénicas, plásticas, visuales o sonoras, estos creadores han sacado -y siguen sacando- el máximo partido a las instalaciones y las herramientas técnicas y tecnológicas que el Centro Huarte, cada vez más y mejor equipado con recursos materiales, económicos y formativos, pone a su disposición.

Más de veinte creadores en proceso

La convocatoria Estudios abiertos / Estudio irekiak permite conocer de primera mano durante este fin de semana -de este viernes 18 de junio al domingo 20 incluido- los procesos artísticos de Ana Galar, Lucía Lapoza, Javier Ozkoidi, Ada Garrues, Estefanía de Paz (Tefi) / Kiko Ortega, Estibaliz Jiménez de Aberasturi, Jaime Eguaras, Jara Narvalaz, Mikel Irure, Leo Pum, Inés Alba, Aizpea de Atxa, Ariadne Irigoyen, Andoni Torres, Daroca, Javier Huarte, Belen Arevalo, Fotográfica 19, MªJose Sánchez Borrachero y el colectivo MITI.

Creadores que han habitado durante los dos últimos años las plantas 2ª y 3ª del centro de arte con procesos que profundizan en la gran diversidad de prácticas artísticas contemporáneas generando conexiones con el contexto geográfico, social, político y económico. Generando, también, conocimientos, relaciones y afectos.

Mucha fotografía dialoga en estos estudios abiertos y pequeñas muestras expositivas con escultura, escultura realizada con nuevas tecnologías, vídeo, videodanza, pintura, dibujo, obra gráfica, collage o ilustración.

Las solicitudes de estancias en el Centro Huarte, abiertas durante todo el año -la información y el formulario están disponibles en la web del centro- tienen cada año más demanda. Durante 2020, se recibieron un total de 97 solicitudes de estancias -40 han temporales y 57 puntuales-. Y hasta el 15 de junio de este año se recibieron un total de 83 solicitudes, 35 de ellas temporales y 48 puntuales.

El contacto entre artistas, una inspiración

La oportunidad que brinda esta convocatoria a los artistas es, para ellos, de un valor incalculable. “Yo estoy agradecida porque he podido tener un espacio donde ensuciar, donde crear y compartir, para desarrollar el proyecto La reina del Arga, con el que he conseguido hacer política, hacer ciudad, y las pasarelas de Pamplona se llaman Mademoiselle Agustini gracias a mi investigación”, comentaba ayer Tefi de Paz Asín en el encuentro con artistas que han realizado o están realizando estancias en el Centro Huarte. Ella lleva trabajando allí desde septiembre y termina ahora “con tristeza”. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora”, valora.

En nombre de la comunidad artística MITI, Irantzu del Valle asegura que “este espacio nos ha dado la luz para conocer a otros artistas y colaborar con ellos, conocer su trabajo”, como la relación que, en su caso, se ha establecido con el creador Leo Pum, con quien hoy MITI colabora haciendo una performance en la exposición que este artista inaugura en La Fábrica de Gomas. “El Centro Huarte te abre la ventana para relacionarte con otras disciplinas, es un espacio creativo donde comunicar tu arte con el resto; y engancha para poder seguir viniendo en estancias y desarrollar futuros proyectos”, comenta Del Valle, que trabaja desde octubre en este espacio.

El propio Leo Pum, que lleva desde enero en Huarte realizando proyectos de esculturas de realidad aumentada, destaca que este espacio ha sido para él “un lugar donde expandirme para poder producir obra, y, sobre todo, para entrar en contacto con otras mentes pensantes que trabajan también el arte contemporáneo y que te inspiran y te hacen sumar. Yo solo en mi casa no podría haber llegado a estos lugares”, reconoce.

La importancia del contexto

Ana Galar se ha dado cuenta en sus estancias “de la importancia del contexto” en la producción artística, “a través de las conversaciones y el contacto con los compañeros”, dice. “He visto cómo a través de la ilustración expandida y de la escultura moderna se puede reflexionar sobre la identidad”, apunta, valorando muy positivamente la oportunidad que el Centro Huarte le ha brindado de “hacer uso de herramientas que me han servido para experimentar no solo con el color sino con mis propios sentimientos, partiendo siempre de este pequeño retorno que todos hacemos hacia nuestros orígenes”, cuenta.

Daniel Rodríguez, Daroca, asegura que “es un placer poder contar con un espacio como éste, donde poder desarrollarnos, conocernos y que vayan saliendo esas interrelaciones”. Sin el Centro Huarte y todas las herramientas que pone a disposición de la comunidad artística, dice, “no podría haber realizado mis proyectos. Es complicado el mundo del arte, y necesitamos de espacios así para poder crear y luego mostrar”, afirma.

Coincide con él Belén Arévalo, que trabaja la imagen fotográfica y, apunta, “es muy difícil encontrar espacios donde puedas hacer proyectos, sentir que te entienden y que económicamente sea viable”. En este sentido, el Centro Huarte le ha dado “muchas posibilidades para desarrollar y ampliar ideas, para experimentar desde el vídeo, el audio o el print. Es una puerta abierta a todo para los artistas, que siempre tenemos que depender básicamente de nuestro dinero para producir obra”.

Exponer el lugar de trabajo, otra perspectiva del arte

Para Jara Narvalaz, lo más importante de estas estancias es que son “lugares de encuentro y contacto entre diferentes artistas, de Navarra y de fuera, y eso te aporta mucho”, afirma, “porque en esa interrelación detectas muchas cosas sobre tu trabajo y tus intereses artísticos”. La joven navarra valora también muy positivamente la oportunidad de “mostrar el proceso de trabajo al público en el mismo lugar donde esa obra se está creando. Es un poco a sangre, aquí, en el lugar donde trabajamos, enseñar nuestro trabajo, no en un lugar específico para la exposición. Supone ver las propuestas artísticas desde otro lugar”, dice.

Javier Huarte y Andoni Torres, que trabajan la fotografía, coinciden en que “el Centro Huarte ha supuesto una democratización del arte”, y en concreto de la fotografía, “que en esta capital antes era de la burguesía, por lo cara que es de producir”. “El Centro Huarte ha roto esa barrera y nos permite sacar archivo a quienes no positivábamos fotos desde hacía muchos años, 15 en mi caso”, dice Javier Huarte.

“Utilizar el printlab no habría sido posible a nivel particular”, añade Andoni Torres. Él y Huarte valoran además muy positivamente el hecho de que las estancias en el centro de arte les hayan puesto en contacto con “gente formada en Bellas Artes que tiene ideas muy interesantes. Conocerles nos ha abierto un panorama nuevo y fantástico para nosotros”, concluyen.