Las cifras son contundentes y no dan pie a interpretaciones erróneas y torticeras como las que suelen emplear las organizaciones animalistas: la tórtola posee en Navarra una abundancia similar a la de hace 25 años. El Índice Kilométrico de Abundancia (IKA) se ha mantenido durante más de dos décadas en el entorno de 2, desde el 2,13 y el 1,85 registrados en 1995 y 1996, respectivamente, hasta el 1,99 del 2019 y el 1,95 del 2020 (año en el que, debido a la pandemia, no pudieron realizarse todos los censos). Estos son los datos recogidos por los técnicos del Gobierno de Navarra, es decir, que son números oficiales y extraídos con un procedimiento científico e idéntico todos los años.

Sin embargo, el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Ejecutivo foral cedió a las presiones de la Comisión Europea y de su altavoz nacional, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y especificó en el proyecto de Orden Foral de Vedas para la Temporada de Caza 2021-2022 que esta especie fuera vedada. No obstante, esta misma semana, durante la Comisión Asesora de Caza, los representantes de los cazadores, con la Federación Navarra de Caza (FNC) a la cabeza, arremetieron contra esta decisión, propuesta en Navarra fuera de toda lógica, y lograron que el Gobierno se comprometiera a corregir ese punto del borrador de la orden foral.

En lugar de la prohibición de su caza, se establecerá un cupo de cero capturas para la tórtola común en la Comunidad foral. En la práctica, el resultado es el mismo, pero, de este modo, se impide que esta ave entre en la lista de especies vedadas, un listado en el que es relativamente fácil entrar (el Gobierno de Navarra pretendía incluir en él a la tórtola sin aportar informe alguno que lo justifique y actuando en contra de los conteos realizados por sus propios técnicos), pero del que es sumamente complicado salir.

No es el único apunte que los cazadores consiguieron corregir de la futura orden de vedas. La FNC, de hecho, solicitó que se prorrogara la de la temporada anterior, enumerando una decena de motivos, entre los que destacaba la celeridad en las fechas, ya que el departamento liderado por Itziar Gómez inició muy tarde el expediente, por lo que tramitarlo con urgencia podría comprometer las garantías jurídicas de los cazadores ante la apertura de la media veda.

Otro de los principales réditos obtenidos en la Comisión Asesora de Caza fue el acuerdo con el Ejecutivo foral en cuanto al zorro. En el borrador de la orden foral se indicaba que, en aquellos cotos que dispusieran de planes de prevención de daños de conejo (una treintena en Navarra), se autorizaría la caza del zorro, pero se prohibirían las actuaciones de control de predadores sobre esta especie. Ante la exposición de los cazadores de que la sobreabundancia de estos animales obliga a actuar, el Gobierno prometió también suprimir esta última disposición, teniendo en cuenta, además, que de esta tarea se encargan los guardas de los acotados, no los cazadores.

Asimismo, en la citada reunión se consiguió, entre otras cosas, adelantar la caza de la becada del 25 al 12 de octubre, así como que se elimine la obligatoriedad que el Ejecutivo foral quería establecer de que los cazadores indicaran la ubicación exacta donde habían abatido corzos o jabalíes.

No obstante, para la FNC, uno de los mayores éxitos cosechados en la Comisión Asesora de Caza es que el Gobierno de Navarra se comprometiera a estudiar la viabilidad de la perdiz a través de proyectos como los que la entidad que representa a los cazadores navarros está llevando a cabo a favor de las aves esteparias. Entre ellos, destaca el promovido desde el 2019 en el término de Morterete, en Corella, donde se llegó a un acuerdo con un agricultor para que, a cambio de una compensación económica, adaptara su modo de cultivar con acciones que repercutieran positivamente en las poblaciones de aves esteparias como la perdiz.

Esta actuación entronca precisamente con la meta final por la que los cazadores navarros llevan trabajando desde hace años, la de una actividad cinegética sostenible que permita la correcta evolución de las especies. Esta finalidad, además, se ha venido ejecutando en base a una fructífera colaboración entre la Administración y los principales actores del sector. Como ejemplo, la situación de la tórtola común, un ave que, gracias a la reducción de jornadas de caza y de cupos, y a la concienciación de los cazadores, ha mantenido estable su IKA al paso de los años, al contrario de lo que ha sucedido en otras regiones.

Una vez incluidas las mencionadas correcciones en el proyecto de Orden Foral de Vedas para esta temporada, este lunes se reunirá el Consejo Navarro de Medio Ambiente, que recogerá el parecer de los representantes de los cazadores en cuanto a los puntos más conflictivosdel documento y tras el que, una vez más, se abrirá otro período de alegaciones, que finalizará el próximo 12 de julio.