- Las sierras de Urbasa y Andía, si bien su titular es el Gobierno de Navarra, son propiedad de todos los navarros y entre ellos nos encontramos los más de 25.000 cazadores que hay en nuestra Comunidad Foral. Debido a su gran riqueza medioambiental y la diversidad de especies cinegéticas que habitan en sus más de 21.000 hectáreas, ha sido desde tiempos inmemoriales un lugar tradicional para la práctica de la caza, la cual se ha realizado desde la prehistoria en estas tierras, siendo un uso tradicional de estos territorios como los derechos de pastos, leña, etc.

Desde 1987, y debido a los abusos que cometían en la zona el exceso de cazadores que acudían de otras comunidades, la Diputación Foral vedó en ellas la práctica cinegética con la excusa de una posterior reordenación del aprovechamiento cinegético de estos parajes y una pretendida voluntad de una mejora en su gestión, asegurándose a los cazadores de los pueblos colindantes por parte del entonces Jefe del Servicio de Caza y Pesca que esta medida era provisional y a lo sumo iba a durar 4 ó 5 años.

Pero fueron pasando los años y estas promesas no solo fueron incumplidas, sino que cuando se declaró en el año 1997 el Parque Natural de Urbasa y Andía, contrariamente a lo establecido en la Ley de Espacios Naturales que establece que esta figura tiene que tener por finalidad la ordenada y racional utilización de los recursos naturales en sus distintas vertientes forestales, ganaderas, cinegéticas u otras, garantizando la renovación de estos recursos, expresamente en su plan rector de uso y gestión expresamente se prohibió la caza, salvo que se lleve a efecto para control de poblaciones en aquellos casos de efectos perjudiciales para la salud y seguridad de las personas, y para prevenir daños sobre otras especies, la ganadería bosques, montes y otros.

A entender de ADECANA, la caza en este parque natural es un derecho histórico que debería haberse respetado, siendo además una actividad recomendada oficialmente por el Consejo de Europa a sus países miembros en su Resolución 87/882, de 1 de julio, considerando que ecológicamente resulta interesante, y por lo tanto el Plan de Uso y Gestión de Urbasa y Andía debería de incluir un correcto aprovechamiento cinegético de estas Sierras en coordinación con el resto de los usos autorizados. No hay más que mirar la gestión que la Diputación de Álava está llevando a cabo en la zona de Entzia, la continuación natural y orográfica de estas sierras, para darse cuenta de la viabilidad del pretendido proyecto, manteniendo un exquisito equilibrio entre aprovechamiento racional y conservación de la fauna y flora.

Como ocurre con todos los espacios naturales donde las administraciones han prohibido la caza, como es el caso de los parques nacionales de Picos de Europa, o el de Cabañeros, el dejar a su libre albedrio el crecimiento de ciertas especies, lo único que consigue es que las poblaciones de algunas de ellas. Como es el caso de los jabalíes en Urbasa y Andía, hayan crecido de tal manera, estén causando daños no solo en el interior del parque con un evidente destrozo de pastizales que está afectando a los usos ganaderos allí permitidos, sino en el exterior del mismo, donde jabalíes procedentes del interior del parque al caer la noche salen del mismo al caer la noche causando graves daños a la agricultura en los campos de cereal de estas zonas, ocasionado además atropellos en las carreteras, volviendo al amanecer al espacio protegido, con las consiguientes reclamaciones por daños a los gestores de los aprovechamientos cinegéticos de los cotos de esta zona de Tierra Estella, que nada tienen culpa de ello, ya que encima se producen en época de veda durante el crecimiento de los cultivos.

Puestos en contacto con los responsables de los aprovechamientos cinegéticos de los cotos de Abarzuza, Ibiricu y Uruñuela, de Lezaun, Azcona y Riezu, así como los de Murugarren, Grócin, Zurucuain, Bearin, Arandigoyen, Eraul y Echávarri, han trasladado sus quejas a ADECANA a la que han instado a solicitar al Departamento de Medio Ambiente que acuerde qué medidas se han de efectuar para minimizar todo lo posible los problemas que está generando esta sobrepoblación de jabalíes en el Parque Natural de Urbasa y Andía, para requerir que la Administración se haga cargo de los daños ocasionados, ya que en caso contrario anuncian que están dispuestos a abandonar la gestión de estos cotos al ser la situación insostenible.

A ello le tenemos que añadir un condicionante muy importante para que se tenga que autorizar un correcto aprovechamiento cinegetico del jabalí en estas sierras, como es la significativa incidencia en la zona de la Tuberculosis bovina, en la cual tras los estudios realizados por sanidad del Gobierno de Navarra que supera el 50% de los ejemplares, siendo de diagnóstico recurrente de esta enfermedad y su trasmisión por parte de los jabalíes. Es una contradicción que por parte de las autoridades de sanidad animal se mantenga que los cazadores intentemos reducir lo más posible las poblaciones de jabalí para mantener a raya la enfermedad, y que por el contrario en la zona donde hay más incidencia de tuberculosis bovina se siga prohibiendo la caza del jabalí en el Parque Natural de Urbasa y Andía, por lo que esperamos que la Administracion tome carta en el asunto.