nspirado por el pasaje bíblico que narra el sueño de Jacob, en el que una escalera conecta el mundo terrenal con el espacio divino, Fermín Alvira (Pamplona, 1972) aúna en su nuevo proyecto expositivo espiritualidad y materia, caos y orden, a través de la experiencia estética con un arte en el que conviven figuración y abstracción lírica.

Un diálogo que apela a nuestros sentidos y activa nuestra imaginación, lleno de sugerencias que despiertan conexiones con lo íntimo y lo cotidiano, la naturaleza, la figura humana y mundos de misterio y fantasía.

La Escala de Jacob es el título de la exposición del artista pamplonés, la primera individual que realiza en La Fábrica de Gomas y su propuesta más ambiciosa hasta ahora, por el número de piezas y también en el sentido conceptual. Más de 70 obras realizadas en diferentes técnicas pictóricas al agua (óleo, acrílico, acuarela y tinta) invaden la galería llenándola de simbolismo y matices, en un montaje innovador y teatral que nos plantea el arte como esa “escalera infinita, sin principio ni fin”, en la que el creador se mueve haciéndose preguntas, plasmando sensaciones y emociones, dando rienda suelta al poder de la imaginación y demostrándonos que en el mundo de la fantasía todo es posible.

Con esta exposición, Fermín Alvira se propone acercar el arte contemporáneo a todos los públicos. Y con esa intención se ha programado en paralelo a la muestra un ciclo de actividades diversas con el objetivo en el horizonte de promover y facilitar la accesibilidad del arte a la población en general, y en especial a aquellas personas que tienen algún tipo de discapacidad física, sensorial, cognitiva o están en situaciones de riesgo de exclusión social.

Así, alguna obra se acompaña de material accesible, incluyendo códigos QR que llevan a visitas virtuales, descripciones sonoras de la pieza y textos de lectura fácil. Todo desde el convencimiento que tanto La Fábrica de Gomas como Fermín Alvira tienen de que “el arte juega un papel fundamental en la consecución de la inclusión e igualdad de oportunidades”.

el arte, la pintura

“Una escalera sin final”

Las obras de La Escala de Jacob, en su mayoría creadas ex profeso para esta muestra, destilan belleza, poesía, misterio y, como en la vida misma, ponen en diálogo al azar y la racionalidad. “Como en la vida, en el arte no podemos controlarlo todo; el factor sorpresa es algo mágico”, dice Fermín Alvira aludiendo al papel que juega el azar en su proceso creador, que tiene mucho de inmediatez y de frescura. Quizá en gran parte por el empleo de esas técnicas al agua, por ese agua y ese aceite que fluyen y discurren a su libre albedrío por el lienzo y las telas en compañía de la mano del pintor para crear en conjunto una obra de arte. El empleo de técnicas al agua, además, lo valora el artista pamplonés porque con él quita toxicidad a las obras y contribuye al “cuidado del medio ambiente”.

Como la escalera a Jacob, el arte comunica a Alvira con “otra dimensión”, con “otra parte del mundo y de la vida más espiritual”. “La pintura es para mí una escalera sin final, en la que siempre voy evolucionando y aprendiendo. Es lo maravilloso del arte, y de la vida misma”, dice el pintor. Acostumbrado a mostrar su parte figurativa, en esta exposición se atreve a “romper el miedo a las etiquetas” y mostrar las abstracciones en las que lleva ya tiempo trabajando y hacerlas convivir con la figuración, incluso en ocasiones dentro de una misma obra.

Todo el espacio expositivo de La Fábrica de Gomas es una convivencia entre figuración y abstracción lírica, y un diálogo entre el azar, la mancha y el movimiento del material con otra parte más geométrica y controlada, más matemática. “En esa confrontación pasa algo interesante; esa chispa que se genera me interesa”, cuenta Fermín Alvira.

Trípticos que salen de la pared, obras en tinta sobre tela que cuelgan, flotando en el espacio expositivo y mostrándonos las dos caras de una misma pieza, conviven con cuadros habitados por mundos imaginados, acuarelas en pequeño formato, una serie de pinturas más íntimas inspirada por la canción A medias de Alberto Rodríguez Purroy y, también, coloridas piezas escultóricas realizadas en madera con un sentido lúdico, concebidas para que sean tocadas y manipuladas, para imaginar y construir a partir de ellas nuevos paisajes. Los peldaños de esa escalera infinita, así como el círculo, esa forma geométrica que a Fermín Alvira evoca perfección y al mismo tiempo misterio, que “al contrario que el resto de formas geométicas no necesita puntos de apoyo, sino que flota, etérea”, son símbolos muy presentes en La Escala de Jacob.

Una experiencia que es una ascensión apasionante hacia lo desconocido y una oda a la imaginación de los poetas; de los pintores-poetas como Alvira, que habitan el mundo con los sentidos activos y dispuestos a capturar eso que otros no perciben; o eso que no se puede explicar con palabras, pero que se siente, se intuye y nos enriquece, conectándonos con una dimensión que nos humaniza.

la exposición

Título. La Escala de Jacob.

Lugar. La Fábrica de Gomas (calle Fuente de la Teja, 12, Soto de Lezkairu).

Fechas. Inaugurada el 17 de septiembre, permanecerá visitable hasta enero, con un parón en medio, ya que durante noviembre permanecerá cerrada porque el espacio de La Fábrica de Gomas se destinará al rodaje la película Bajo terapia, de Gerardo Herrero.

Actividades. Miércoles 13 de octubre: 19 horas, taller de accesibilidad en exposiciones temporales, con Marcela Vega (Calícrates).

Además, se desarrollarán talleres con Asociación Navarra Nuevo Futuro, Club de Lectura Fácil de Pamplona, Anfas Pamplona, Asociación Síndrome de Down Navarra, ONCE y Asociación Retina Navarra. Y a partir de diciembre se programarán nuevas actividades.

Reserva de plazas, también para visitas guiadas, en el 625 60 10 54.

el autor

Artista plástico, docente, divulgador y arteterapeuta. Es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y Máster en Terapias Artísticas y Creativas por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos de Madrid. Su obra se enmarca entre las tendencias realistas, el neo-expresionismo, y la abstracción lírica.

“Como en la vida,

en el arte no podemos controlarlo todo; el factor azar, sorpresa, es mágico”

Pintor