- La Asociación de Cazadores de Tafalla se ha planteado como uno de sus objetivos mejorar el hábitat de su región, con la finalidad de recuperar espacios que antiguamente pertenecían a la naturaleza y, por ende, favorecer la situación que vive la fauna en la Zona Media de Navarra. De este modo, en los últimos ocho años, sus miembros han llevado a cabo diversos proyectos para establecer en los campos de cultivo bandas de protección y alimento mediante siembras de cereal, así como desbroces de monte bajo y la creación de puntos de agua. También han participado activamente en lograr que los márgenes del Canal de Navarra volvieran a ser lugares de cobijo para la avifauna local.

Sin embargo, una de las iniciativas de las que más se enorgullecen es la que han llevado a cabo en la parcela número 240 del Monte Plano de Tafalla, una zona de cinco hectáreas que desde los años sesenta del sigo pasado se había empleado como terreno para la agricultura. Después de varias reuniones con el Ayuntamiento de la ciudad del Cidacos, la sociedad de cazadores logró que el consistorio excluyera ese terreno comunal de la cesión a agricultores, para que retornara, en su lugar, a su estado original, con arbolado de encinas y arbustivas.

A través de un proyecto técnico forestal redactado por el ingeniero Aitor Merino, con un presupuesto de 11.000 euros y con una subvención del 90% del Programa de Educación Ambiental del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, los cazadores han plantado 750 encinas y 660 arbustivas (220 lantiscos, 220 endrinos y 220 rosas silvestres). Con ellas, se pretende resaltar la importancia de cuidar y conservar el entorno medioambiental.

No obstante, y además de subrayar los beneficios que esa zona aportará a la fauna local, la Asociación de Cazadores de Tafalla se muestra complacida de haber contado con la colaboración de voluntarios de la zona. Concretamente, han participado en el proyecto, bajo la fórmula de voluntariado ambiental, 50 usuarios de Tasubinsa, 112 alumnos de los dos primeros cursos de Primaria del Colegio Escolapios de Tafalla y del CPEIP Tafalla Marqués Real Defensa, 20 estudiantes del IES Peralta Ribera del Arga BHI, 15 profesores del alumnado anterior y 28 voluntarios de la localidad.

Los días 14 y 15 de octubre, se emprendió la segunda fase de esta iniciativa, que comenzó en el año 2020 con todas las labores administrativas. En una primera sesión, de carácter teórico y en la que tomaron parte los tres colegios y Tasubinsa, se impartió una breve formación sobre la necesidad de cuidar el medioambiente, el motivo por el que se quería recuperar esa parcela, y la fauna y flora que existen en el término municipal de Tafalla. Tras ella, y durante dos sesiones prácticas, se llevó a cabo la plantación de los árboles, que se realizó de manera manual, sin la ayuda de azadas. Previamente, la tierra había sido trabajada para facilitar la labor del alumnado.

La última fase se alargará durante los próximos cinco años y, en ella, los cazadores regarán, efectuarán reposiciones, desbrozarán y ejecutarán un seguimiento agrario. Se espera que, en el año 2026, se retiren los tubillones y se pueda observar ya la nueva fisonomía de la parcela, recordando al aspecto en el que se encontraba décadas atrás.

En opinión de Ander Urkiaga, miembro de la Asociación de Cazadores de Tafalla, el proyecto nació, entre otros motivos, después de ver cómo el municipio ha visto mermado en los últimos años su patrimonio natural debido a infraestructuras de gran envergadura, como el Tren de Altas Prestaciones, el Canal de Navarra o la Variante Sur. No solo por la destrucción del hábitat natural que supone su construcción, sino por las fases de excavación y movimientos de tierras, así como la degradación producida en aquellas parcelas que sirven de extracción y vertedero.

“Todos esos trabajos han generado un impacto medioambiental enorme a las aves y a los mamíferos que habitaban allí, lo que ha causado, además de la pérdida de ese hábitat, un gran desequilibrio en las épocas de cría y, paulatinamente, su desaparición de la zona”, expone. A ello hay que sumar, asimismo, “el desastre medioambiental que supuso la concentración parcelaria en Tafalla, con un resultado muy negativo para la fauna y la flora autóctonas”, añade.

Por ello, recuperar esa zona (y tener ya proyectados más planes similares en otras parcelas) constituye un buen impulso a la hora de tratar de devolver a la naturaleza el terreno que le pertenecía y, de esa forma, mejorar el hábitat y la situación de la fauna que vivía allí. Pero, sobre todo, Urkiaga manda un mensaje de agradecimiento a todos los que colaboraron para conseguir que este objetivo se hiciera realidad en la parcela número 240 del Monte Plano. “Fue un éxito de participación y estamos enormemente agradecidos a todos los participantes y voluntarios, así como al Ayuntamiento de Tafalla y a Medio Ambiente. Hemos contribuido a recuperar una parte del hábitat natural que nos rodea y esperamos poder elaborar más proyectos para continuar mejorando nuestro entorno”, concluye.