Hablar de la muerte y el duelo es uno de los objetivos de Dar luz al dolor, la muestra que se inauguró ayer en el Palacio del Condestable, fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Pamplona, la Asociación Goizargi y el colectivo de arte Maslow.

El técnico municipal de Artes Plásticas, Javier Manzanos, explicaba lo “emocionante” de la exposición, porque son obras que producen emociones, que invitan a pensar.

Nada más entrar al edificio se puede observar la pieza más grande de la exposición, tanto por el tamaño como por lo que significa. 83 personas en duelo que han perdido a un ser querido han compartido sus imágenes a modo de reflexión. Éstas caen al patio interior, siendo visibles desde la planta baja y también conforme se asciende a cada piso. Están impresas en papel cebolla, que permite pasar la luz a través de ellas. Esta obra está inspirada en una pieza del artista francés Kristian Boltansky. Además, quienes participaron en esta obra colectiva también narraron, en formato audio, un recuerdo significativo que guardaban de un ser querido, y que ahora se puede contemplar en la sala en forma de vídeo.

En las salas uno y dos del Condestable, catorce artistas comparten su mirada sobre la muerte y el duelo en la exposición, dividida en bloques titulados Morirse de improviso, Los rituales (o sentido de lo simbólico), El dolor, El recuerdo ó La fragilidad de la vida. Peio Izcue, de Maslow Industries, hablaba de la calidad con la que cuenta la exposición y el nivel de los artistas que toman parte. Entre ellos Pedro Salaberri, Nerea de Diego, Carlos Cánovas, Rubén Díez de Ulzurrun, Maite Mutuberria, Ángela Moreno, Elena Goñi, Peru Galbete, Elisa Arteta, Adolfo Schlosser, Peio Izcue y Mariano Royo, donde cada uno aporta su mirada sobre la muerte desde su perspectiva.

Entra estas catorce piezas, destaca la obra de Elisa Arteta mantiene el equilibrio entre vasos de cristal, durante su performance. Elena Goñi representa el momento en que vivió un embarazo y la grave enfermedad de su marido. Ángela Moreno, por su parte, recorre los jardines de la residencia en la que está ingresada su madre, y Fermín Díez de Ulzurrun representa una corona de espinas. Carlos Cánovas, en Dolientes plantas, habla de esa presencia sombría, un mundo caótico que captura con su cámara.

El porqué de la 'expo'

La presidenta de Goizargi, Rakel Mateo, explicaba que integrar el dolor, el duelo en el día a día es el objetivo de actividades como éstas. Y es que la exposición está pensada para todo tipo de público, se haya pasado un duelo o no. “Esto también tiene que ver con quienes acompañamos, el entorno, ya seamos amigos o familia”. La asociación está especializada en procesos de duelo y acompañamiento a pacientes que han perdido a un ser querido.

Junto a esta parte de trabajo a través de la terapia, el impacto social y la sensibilización sobre el tema es otra de las ‘patas’ que compone su trabajo. El duelo es un proceso por el que todos hemos, o vamos a pasar, aunque cada persona lo viva de manera diferente, y eso también afecte al proceso.

¿Por qué esta exposición? reflexionaba Peio Izcue, de Maslow. “Primero, porque ya no se habla de la muerte tanto como antes”, algo a corregir. El objetivo de Dar luz al dolor es integrar el duelo en el día a día, que quien visite la exposición pueda pensar sobre el tema a través de las obras y tomar conciencia. “Es hablar Trata de hablar de la muerte y de la vida, ponerla en el espacio público y normalizar su presencia”, matizaba Rakel Mateo.