Que al hablar de los inicios del cine resuene en todas las mentes el nombre de George Méliès, y no el de su coetánea Alice Guy, es una consecuencia más de la injusta historia de desigualdad de género que se encargaron de escribir y urge cambiar.

Alice Guy Blaché (Francia, 1873-Nueva Jersey, 1968) fue una pionera del cine. Filmó la primera ficción narrativa de la historia en 1896 -El hada de las coles-, fundó su propia productora -Solax Studios, en Estados Unidos- y dirigió más de 1.000 cortometrajes, de los que se conservan algo más de cien. Influyó en autores de la talla de Alfred Hitchcock, pero su nombre fue borrado de la historia oficial y ha estado invisibilizado hasta nuestros días.

"Su caso no es aislado. Hay otras muchas directoras, productoras, guionistas o montadoras que trabajaron en los inicios del cine y cuyas obras y nombres no se conocen ni han sido reconocidos", apunta la experta en cine, cines periféricos y temas de género Alejandra Val Cubero, que acaba de pasar estos días por Pamplona invitada por el festival Alice Zinema celebrado en los cines Golem Baiona y Yamaguchi. Profesora del departamento de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del grupo de investigación TECMERIN de dicho centro, Val Cubero se refiere a la injusticia y el machismo que ha invisibilizado durante tanto tiempo en nuestro país la profesionalidad y el talento de Helena Cortesina, Rosario Pi o Ana Mariscal, cineasta a la que el franquismo ninguneó; el clasicismo de Dorothy Arzner o Lois Weber en Hollywood; la mirada vanguardista de Aleksandra Khokhlova u Olga Preobrazhenskaia en Rusia; los guiones de Pu Shunqing en China, o las animaciones de Lotte Reiniger en Alemania, por citar solo algunos nombres.

Con la intención de sumarse a la lucha por recuperar el legado de todas estas mujeres y devolverles el espacio que les corresponde, acaba de celebrarse en Pamplona la primera edición del festival Alice Zinema, inaugurada el pasado 27 de diciembre y clausurada este jueves 13 de enero, y que ha acogido proyecciones especiales con coloquios, así como talleres y una exposición.

El cine: la pasión, el motor

Con un balance "muy satisfactorio" por la "buena acogida" que ha tenido, este ciclo impulsado por Golem, que ha podido ser asequible a toda la ciudadanía -ha sido gratuito gracias al apoyo económico del programa InnovaCultural-, aspira a consolidarse como cita anual y a descubrirnos las obras de muchas mujeres profesionales del mundo del cine que han sido injustamente invisibilizadas, seguramente porque en el momento en que el cine empezó a ser considerado algo importante por su gran capacidad de comunicación, por su trascendencia en la construcción de una mirada de la sociedad, se decidió que no tenían cabida, como ha ocurrido con tantos otros ámbitos artísticos y de la vida.

En una época en que se adiestraba a las mujeres para vivir inmersas en las tareas del hogar, Alice Guy -de quien este festival ha proyectado una nutrida selección de sus cortometrajes- decidió emprender otro camino y realizarse en su pasión, el cine, con el que tomó contacto trabajando como secretaria del gran productor y distribuidor Léon Gaumont, y en cuya empresa Alice, gracias al trabajo constante de experimentación que llevó a cabo en sus ratos libres, llegó a ejercer como directora de fotografía y directora de producción.

El camino no fue fácil. Como ella misma afirma en su autobiografía: "Mi juventud, la falta de experiencia, mi sexo, todo conspiraba en mi contra". Pero su pasión era un gran motor y, como dice Alejandra Val Cubero, autora del libro Vida de Alice Guy Blaché, Guy "llevó su profesión hasta el final, demostrando ser una mujer muy trabajadora, muy osada y muy capaz, que experimentó con técnicas muy novedosas para el momento. Una gran luchadora". De hecho, Alice Guy fue pionera en la inclusión de los efectos especiales y en la utilización de trucos cinematográficos como la doble exposición del negativo que se han atribuido a Méliès.

Valioso legado, valioso referente

"Por las experiencias vitales que tuvo, al conocer varios países, abordar varios idiomas y realidades sociales en las que se adentró de la mano de su madre, que fue trabajadora social y fue su referente, Alice Guy fue una gran innovadora en todos los géneros cinematográficos. Tocó temas controvertidos sobre todo en su etapa en Estados Unidos, relacionados con prostitución, abusos sexuales o travestismo; y hay que verlo desde la mirada de los años 10, 20, incluso antes. Y tuvo una cierta conciencia social y de clase", destaca la investigadora universitaria Alejandra Val Cubero. Pero los libros de historia del cine -la gran mayoría escritos por hombres-, redujeron sus méritos a secretaria, "posible amante de Gaumont", o adjudicaron la autoría de sus filmes a sus directores de fotografía.

La esperanza de las nuevas generaciones

Por su experiencia como investigadora en cine y género, Alejandra Val Cubero asegura que -aunque siempre las ha habido-, en la actualidad "hay muchas mujeres brillantes, muy bien formadas, como también hombres". Aunque queda mucho por hacer en el tema de reconocimientos, premios que se otorgan la gran mayoría de las veces a hombres, y en la presencia de profesionales mujeres en cargos como dirección de fotografía o dirección de sonido. Y, apunta, "el dinero es un gran problema, se sigue confiando todavía más a la hora de dar dinero en el hombre que en la mujer". Pero está segura de que "estamos en un momento interesante y las nuevas generaciones van a cambiar las cosas".

En esta lucha, la investigadora ve esenciales "ciclos y festivales como éste de Golem, Alice Zinema, porque quedan muchas mujeres pioneras por descubrir. Y muchos directores de otros países alejados de Occidente que son interesantísimos, de India, Marruecos, Colombia... Hace falta apertura, tenemos una mirada todavía muy eurocéntrica", subraya.

Y apuesta por que las nuevas generaciones "vengan a ver cine en el cine, en pantalla grande, con otro ritmo, con otras temáticas, y conozcan a mujeres tan interesantes como Alice Guy". Y ahora más que nunca, porque, dice Val Cubero, "desde la pandemia que tanto a afectado a todo el sector de la cultura, las personas que amamos el cine sabemos que este arte es más importante que nunca en estos momentos, porque nos ayuda a evadirnos, conocer, salir de lo cotidiano, reflexionar. Cobra más sentido".

Para avanzar en la igualdad de género, ve clave la labor en la educación, como la promoción de leyes en este sentido. "Y, por supuesto, el conocimiento, el respeto, la tolerancia. Y que se repartan, valoren y aprecien los cuidados, que han recaído sobre todo en las mujeres. Una sociedad más igualitaria es una sociedad mejor para todos y todas", concluye.