Laura Elizalde (Pamplona, 2002) no ha dejado de bailar desde los 6 años, y como fruto de su esfuerzo y trayectoria, se dispone a pasar 10 meses en Alemania de aprendiz en una importante compañía de baile. Además, la bailarina opta este año también al premio extraordinario de la Escuela Profesional Ana Laguna en la especialidad de Clásico.

Elizalde aspira al Premio Extraordinario de de la Escuela Ana Laguna.

¿Cómo empezó en el mundo de la danza?

–Todo empezó desde muy pequeñita. Siempre he sido muy de moverme mucho, y con 5 años empecé a hacer gimnasia rítmica. Tampoco hacía mucho a esa edad, pero me gustaba mucho todo ese mundillo, y salió un poco a la luz la Escuela de Danza de Navarra. Mi madre decidió apuntarme para ver qué tal me iba y con 6 años conseguí entrar. Estuve ahí hasta los 16 años, y poco a poco, mientras iba creciendo, yo veía que bailando así me lo iba pasando muy bien, y ese fue el momento de decir: “Esto me gusta”.

Después de tanto esfuerzo, le han concedido una beca de 10 meses en Alemania. ¿Cómo ha sido eso?

–La beca fue una ilusión muy grande. Ver todo el esfuerzo que has hecho y que con todo eso has conseguido algo muy importante es una ilusión muy grande hacia una misma. Para seguir formándote, en Pamplona no hay un conservatorio o una escuela profesional, me tenía que ir fuera, así que me fui al Conservatorio de Burgos. Este año he acabado mis estudios en sexto de Profesional, y una de mis profesoras envió unos vídeos de diferentes talleres que hacíamos en la escuela. La compañía alemana a la que voy se interesó por mí a través de esos vídeos y me quisieron hacer unas audiciones privadas. Después de hacerlas, tuvieron que elegir entre varias candidatas y tuve que luchar por una beca para poder irme. Finalmente conseguí la beca, que fue un esfuerzo grande porque había que entregar muchísimos papeles, pero conseguí tanto pasar la audición como la beca. Ver que voy a poder irme fue muy guay.

¿Qué espera que le aporte esta nueva experiencia?

–Creo que al irme al extranjero voy a aprender muchísimo en cuanto a danza y me va a abrir muchas puertas. Una vez estando allá, creo que voy a tener mucha más movilidad en cuanto a diferentes zonas y compañías de danza. Además de abrirme todas esas puertas, también voy a aprender lo que es ese trabajo dentro de una compañía, además de seguir formándome con diferentes estilos y técnicas de danza. Yo creo que va a ser mucha aportación hacia mí en cuanto a técnicas y movimientos, y también hacia el trabajo laboral externo, porque será salir de la escuela, donde estaba más recogida.

También opta al Premio Extraordinario de Danza de la Escuela Profesional Ana Laguna este año. ¿Qué supondría ganarlo?

–No sé si lo conseguiré o no. Este premio depende del expediente que tengas en la escuela. Yo he conseguido un buen expediente y mis profesoras me dijeron que podía optar a este premio. Lo tengo este septiembre, tengo que hacer tres variaciones clásicas preparadas por mi cuenta, y a ver qué pasa. Conseguir este premio es un poco el resultado de todo el trabajo que he hecho en mi escuela. Sería como ver lo que estoy consiguiendo y decir: “pues igual valgo”. Es como un chute de energía.

Y más a largo plazo, ¿cuáles son sus metas, dónde le gustaría verse en el futuro?

–Ahora mismo me gustaría verme en alguna compañía un poco más grande. La compañía a la que voy ahora es un poco más pequeña y para empezar está muy bien, porque así no me come el mundo, pero en un futuro me apetecería encontrar una compañía más grande y más conocida que viaje mucho por el mundo, porque además así podría conocer más el mundo además de estar bailando. Es lo que más me apetece: seguir viéndome bailando.

La danza es algo muy sacrificado que requiere mucho tiempo y esfuerzo, y se ha entregado al 100%.

–Desde el primer momento mis padres me han apoyado muchísimo en el tema de la danza, porque viendo que es algo que es muy sacrificado y que a veces es muy difícil conseguir salir, siempre he tenido ese apoyo. Nunca me han dicho: “Oye, Laura, que esto... igual no lo consigues, no lo hagas”. No. Me han apoyado y eso ha sido lo más importante para seguir adelante. Hay días en los que te vienes abajo porque ves que no consigues nada y piensas que no vas a seguir adelante o no vas a poder, pero tienes el apoyo de los profesores que te animan y te dicen que te ven fuera bailando, y también el apoyo de los compañeros. He tenido muchísima suerte y ha sido todo muy familiar. Y el ir a gusto a las clases ayuda mucho.

¿Qué sería el éxito de verdad para Laura Elizalde?

–Sería estar totalmente bailando, pero bailando y encontrándome a gusto a la vez. Este año que me voy a ir tengo muchísimas ganas, pero a la vez ese miedo de que no vaya a gustarme y no vaya a estar a gusto. Por eso mismo, mi éxito sería seguir bailando, que es lo que yo quiero hacer, y además encontrarme a gusto donde esté bailando. Eso para mí sería el éxito total.

¿Cómo ve el panorama de la danza en España para formarse como profesional?

–Aquí en España mucha danza y mucho arte no hay. Es verdad que desde pequeña te puedes formar en escuelas y conservatorios, y eso está muy bien. Hay conservatorios que tienen proyectos muy buenos; en el de Burgos hay uno de especialistas en el que vienen profesores que han tenido una experiencia muy buena en el panorama internacional, y eso te aporta muchísimo. En cuanto a eso hay sitios que están muy bien para formarte. Pero una vez que quieras salir a bailar en compañías, es más difícil. No hay gran cosa y lo mejor que puedes hacer, para seguir creciendo, es irte fuera.

¿Qué es la danza para Laura Elizalde?

–Ahora mismo, la danza es mi vida. No hay momento de mi vida que no haya estado bailando. Lo es todo. Muchísimas veces es mi manera de evadirme de todo, hay veces que cuando me estoy agobiando me pongo a bailar y se me olvida todo. La danza es una relajación y una paz.

¿Qué les diría a los niños y niñas que vayan a empezar ahora o se interesen por la danza?

–Les diría que aunque parezca difícil, nada es imposible. Esta es una disciplina que va del día a día, y si lo quieres lo puedes conseguir. Si te gusta bailar, puedes seguir adelante perfectamente. Que no se pongan ninguna piedra en el camino y sigan disfrutando y bailando cada día, porque es lo más importante y con lo que más se aprende: disfrutando.