¿Qué le deparará el futuro al ser humano? El festival Internacional de cine documental Punto de Vista ha abierto este lunes su sección oficial con tres películas que giran en torno a esta pregunta y que invitan a la reflexión del tiempo. A la vez, dos de ellas se vuelcan en la denuncia y la historia política.

La tierra en contraposición con el mar, la luz como concepto opuesto a la oscuridad, lo natural frente a lo artificial... Todas estas realidades se encuentran en la obra audiovisual Eventide, creada por la directora estadounidense Sharon Lockhart

Lockhart estudió en el Art Center College of Design de Pasadena en el San Francisco Art Institute. Actualmente imparte clases en el centro CalArts, situado en el sur de California. Realiza películas, fotografías e instalaciones visualmente atractivas y socialmente comprometidas y su trabajo, que a menudo incluye elementos arquitectónicos, se caracteriza principalmente por los largos periodos de investigación y por la duradera relación que establece con sus modelos y colaboradores.

Eventide es un proyecto grabado en la costa de Gostland, en Suecia, durante el mes de agosto, época especialmente caracterizada por intensas lluvias de estrellas fugaces. Sin personajes humanos y con sonidos de viento, agua o pasos sobre las piedras, el espectador se adentra en una propuesta protagonizada por la naturaleza a lo largo de los 34 minutos que dura la pieza. “Es un trabajo muy experimental y muy silencioso”, señala la directora. 

“Cada persona puede experimentar mi película de una manera diferente”

Sharon Lockhart - Directora de 'Eventide'

El futuro era un asunto que preocupaba mucho a Lockhart. “Cuando la idea vino a mi cabeza estábamos pasando por tiempos muy sombríos, sobre todo porque era la época de la covid-19”, aclara la profesional. Así, destaca que Eventide puede llegar al espectador de maneras diferentes y añade que “algunos dicen que es muy oscura y otros opinan que es una película llena de esperanza. Al final, lo que me gusta de este trabajo es que cada persona lo experimenta de una forma distinta”.

Asimismo, algo también curioso en esta obra audiovisual es el sonido. Al inicio, la naturaleza comienza a escucharse como si fuese el personaje principal de la película, pero, sutilmente, los ruidos van desapareciendo poco a poco. “Al principio se escuchan elementos como el agua, el aire, las pisadas... Pero cuando la pieza termina solo se oye el aire a modo de metáfora”, indica Lockhart.

REPRESENTAR LA AUSENCIA

También el futuro y la incertidumbre son cuestiones preocupantes para la Unidad de Montaje Dialéctico, un colectivo artístico que se define como “una agencia de investigación multidisciplinar, un taller de producción de ideas y, sobre todo, un grupo de amigos”. A pesar de que los miembros del grupo decidieron no asistir a la presentación de la película, dos representantes que han colaborado en el proyecto explicaron que dicha decisión se debe a que “lo fundamental de la Unidad de Montaje Dialéctico es su esencia como colectivo”, y por eso se decantan por la clandestinidad. Así lo ha explicado Alkisti Ejthymiou, compañera de los integrantes del colectivo.

La película producida por esta entidad tiene el título Tótem, y aborda, a lo largo de 64 minutos, la temática de la desaparición forzada en México. “Las fuentes hablan de 110.000 desapariciones forzadas aunque podrían ser trescientos mil o incluso medio millón”, detalla Ejthymiou.

“Queríamos representar lo no visible. Por eso hablamos sobre la desaparición forzada”

Alkisti Ejthymiou - Colaboradora en 'Tótem'

Aunque son muchas las películas que abordan este tema, la Unidad de Montaje Dialéctico quería tratarlo desde una perspectiva filosófica. “Queríamos representar la ausencia, lo no visible, lo irrepresentable”, puntualiza Ejthymiou. Además, añade que “en este documental se han querido utilizar imágenes alegóricas para denunciar y llamar a la reflexión desde una perspectiva filosófica en torno a esas desapariciones, la mayoría de hombres, que viven en condiciones muy humildes y precarias, inmigrantes, gente que ha trabajado para el narcotráfico o personas que vieron u oyeron algo que no debían”. Así, Ejthymiou concluye que la intención de la película es “reflejar cómo el Estado, los narcotraficantes y múltiples organizaciones y fuerzas colaboran en la imagen de violencia que sabemos”.

CINE POLÍTICO

También El polvo ya no nubla nuestro ojos se adentra en la denuncia política, en este caso para narrar la historia contemporánea de Perú. El Colectivo Silencio, compuesto por doce profesionales que se definen como “artistas, cineastas y activistas”, rodó este documental de 25 minutos en 2021, cuando todavía estaban presentes las restricciones de la pandemia.

Se trata de una pieza que muestra a personas leyendo. “Hemos grabado a gente que lee frente a una cámara, desde fragmentos de poesía hasta mensajes de texto o publicaciones de facebook”, señala Carla Amaro, representante del Colectivo Silencio. Su compañero Fernando Vilchez puntualiza que “los textos que se leen en la película representan distintas heridas y distintas luchas dentro de un contexto político complejo”.

“Nos hemos centrado en las heridas y luchas dentro de un contexto político complejo”

Fernando Vilchez - Director de 'El polvo ya no nubla nuestros ojos'

En su primera obra audiovisual, el Colectivo Silencio ha querido relatar una historia que quiere ser una memoria resistente a la que ahora se une la realidad de las trincheras en las calles. “Perú es un país intranquilo, es un país que no es fácil”, recalca Vilchez.