La escritora Dolores Redondo Meira (San Sebastián 1969), elegida este lunes Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2023, asegura que "nunca podía imaginar que un día me hicieran este honor".

El jurado ha reconocido a Redondo como un "referente de la literatura española más reciente" así como "su implicación y vinculación personal y profesional con Navarra", de la que ha hecho "un personaje más de sus obras".

Minutos después de recibir la noticia del premio, "todavía muy emocionada", ha recordado en declaraciones a EFE que cuando Javier Azanza le comunicó que era candidata se llevó "una sorpresa maravillosa" porque "ni sabía que alguien no nacido en Navarra podía optar" a este galardón.

De hecho al anunciarle hoy que había ganado ha vuelto a sentirse "sorprendida" a diferencia de lo que le ocurrió cuando en 2016 ganó el Planeta, "éste nunca lo había soñado y aquel era un sueño desde que era pequeña, algo que siempre había querido desde que supe que quería ser escritora".

Y ha añadido que se siente "muy feliz" porque el Premio Príncipe de Viana es para ella "una de esas cosas maravillosas que te llegan en la vida sin esperarlas y sin siquiera creer que puedes optar, que puedes ser candidata", y, además se muestra orgullosa de haber compartido candidatura con la asociación Bilaketa, la compositora Vanessa Garde y el músico Aurelio Sagaseta, "tan merecedores (de este premio) o más incluso que yo".

Por eso, cuenta, ayer por la noche "daba por hecho que no" sería la elegida, "que el honor había sido formar parte de esta exclusiva lista", así que al conocer el fallo del jurado "ha sido un momento de lágrima".

Tras apuntar que es "maravilloso que lleguen buenas noticias y cosas bonitas", Dolores Redondo ha mostrado también su satisfacción por las llamadas y mensajes que está recibiendo de gente que se congratula también de que pasen cosas buenas y de compartir cosas bonitas", por todo lo cual se ha mostrado "agradecida".

Como agradecida esta también con Azanza no solo por ser el impulsor de su candidatura sino "por las cosas elogiosas" que ha dicho de ella y de su trabajo, entre ellas por la visión que da "no del feminismo" sino del "matriarcado tradicional navarro y vasco" ante la ausencia de los hombres, "obligatoria porque trabajaban fuera de casa y eran las mujeres las que se tuvieron que acoplar y sacar adelante las familias".

"Algo que no hicieron por ningún afán reivindicativo sino porque no les quedaba más remedio", ha precisado, y agregado que pore so "en todas mis novelas hay un homenaje a estas personas, hombres y mujeres, que cada día hacen lo que hay que hacer. Algo que voy a homenajear siempre".

Ahora espera al 3 de junio cuando en Viana recibirá el premio, un acto que le obliga a "mover toda la agenda" porque ese día tenía previsto estar en Bilbao donde ocurre un parte de "Esperando el diluvio", su última novela ahora en fase de promoción y con la que "vuelvo a salir a la carretera" después de Semana Santa con la llegada del Día del Libro.

"Estaré en un montón de ferias y de actos y si no estoy en más es porque no quedan días libres, pero además estoy escribiendo. Siempre estoy escribiendo", asegura redodno, aunque no quiere contar nada del nuevo proyecto que tiene entre manos.

Con todos los libros "me guardo mucho porque además mis lectores lo quieren así, esperan que sea una sorpresa para disfrutar desde el momento de la publicación", apunta, y señala que "son los lectores los que lo tienen que disfrutar".