EL Guggenheim Urdaibai nace como una experiencia única en el mundo. Ni siquiera se trata de una repetición del modelo de Guggenheim Bilbao. El proyecto busca redefinir el paradigma de la experiencia museística, como hizo el museo de Bilbao en su día. La Diputación de Bizkaia ha recibido ya el primer boceto del nuevo museo y convocará un concurso de ideas para su diseño final. Tendrá dos sedes, en Gernika y Murueta, que se unirán con una senda de 6,5 kilómetros que bordeará la reserva de la biosfera. El estudio neoyorquino de arquitectura Cooper Roberston ha sido el encargado de redactar el informe sobre las necesidades arquitectónicas y previsiones económicas. En la parcela de Gernika, donde antes se encontraba la fábrica de Dalia – cuyas obras de derribo comenzarán después del verano– se ubicará un edificio que funcionará a modo de puerta de entrada. Contará con varios espacios, entre ellos un auditorio y zonas destinadas a la restauración.
Para acceder al Guggenheim Urdaibai, está previsto que se utilicen transportes como el tren o una lanzadera. También se podrá recorrer la senda natural a pie, donde se propondrá a los visitantes una experiencia y una conexión con el arte y la naturaleza.
La Diputación ya ha reservado 40 millones de euros en sus presupuestos para llevarlo a cabo y el PNV logró en la negociación del Presupuestos Generales del Estado de 2023 el compromiso del Gobierno de España de aportar otros 40 millones, que se acaban de materializar hace unas semanas. El acuerdo para impulsar el Guggenheim de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai lo han aprobado tanto el Consejo de Ministros, como la Diputación de Bizkaia, que ha validado el convenio con el Estado español.
La actuación del Ejecutivo vasco dependerá también de sus competencias en la materia. El Gobierno de Urkullu comparte el proyecto, aunque su participación se concretará en una fase posterior porque aún debe esperar a que entre en una fase final: desde sus competencias, se encargará del entorno medioambiental, de los paseos, el ferrocarril...
En cuanto al modelo museístico, todos parecen estar de acuerdo. Será distinto a los ya existentes en el mundo, relacionando la producción artística, ecología, tecnología, conectividad social e investigación, y proporcionando al visitante una experiencia diferente y complementaria a la del actual Guggenheim Bilbao.
Copenhague
Arquitectura y entorno
Louisiana
En la costa norte de la isla de Zelanda, cerca de Copenhague, (Dinamarca), existe un museo que ha sabido conjugar perfectamente la fusión entre el arte y respeto por el medio ambiente. En un entorno natural muy semejante a Urdaibai, a sólo 35 kilómetros de la ciudad de Copenhague, se encuentra el Museo Louisiana, considerado como una obra maestra de la arquitectura moderna gracias a la perfecta interrelación entre la edificación y su entorno, entre la obra expuesta y el paisaje. Fundado en 1958 por Knud W. Jensen, un mecenas que deseaba incorporar la modernidad del arte en la cultura danesa, es en la actualidad uno de los museos más interesantes de Europa, donde el arte dialoga con la naturaleza como en pocos lugares del planeta.
La combinación de arte y naturaleza ha conseguido que las visitas se alarguen, incluso muchos de los turistas han decidido pernoctar en la zona. El éxito ha superado con creces las expectativas iniciales y se ha convertido, a pesar de que se encuentra a más de media hora en coche de un centro urbano, en el museo más visitado de Dinamarca. Y en un importante motor económico para la comarca
En Louisiana no hay elementos grandilocuentes, los arquitectos huyeron de todo lo que pudiera sonar a monumentalismo gratuito, a todo lo que pudiera suponer una agresión al entorno y al paisaje. Consiguieron integrarlo tanto en el paisaje, que ya le han llamado el museo escondido y el museo de la naturaleza. Knud W. Jensen encargó el proyecto a los daneses Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert y les pidió la conexión de la edificación existente con la nueva arquitectura y con el paisaje que le rodeaba.
La arquitectura se repliega a las exigencias del entorno natural, las obras de arte se han colocado en lugares estratégicos, en contacto, muchas veces, directamente con la naturaleza. El visitante pasea entre las esculturas, disfrutando, a la vez, del entor no.Los elementos arquitectónicos se reducen, como en el caso de las esculturas expuestas, a su esencia. Y la naturaleza se convierte en una nueva sala expositiva, esta vez sin techo. En el jardín se encuentran alrededor de 60 esculturas, entre ellas se pueden ver figuras que se confunden y fusionan con su entorno, mientras que otras destacan y obligan a parar para admirarlas. Richard Serra y Alexander Calder son tan solo algunos de los artistas que han colaborado para crear esta experiencia, a la que se puede acceder en coche o en tren. El museo recibe al año más de 460.000 visitas y presenta también una excelente muestra de arte moderno escandinavo, acompañando a las piezas de artistas reconocidos del mundo.
Japón
Parques y senderos naturales
Museo Hakone
Inaugurado en 1969 y con una superficie de más de 70.000 m2, el museo Hakone en Japón ofrece la oportunidad de disfrutar al aire libre de más de un centenar de esculturas realizadas por artistas de todo el mundo. Aunque cuenta con salas de exposición cubiertas, sin duda su gran atractivo es precisamente su colección exterior. De hecho, fue el primer museo abierto que se inauguró en Japón. Hakone es una zona muy popular para los amantes de la tranquilidad y de la naturaleza que quieren relajarse entre parques y senderos naturales.
La intención del museo fue siempre la de crear un espacio donde la naturaleza y el arte pudieran dialogar, por lo que el entorno es un perfecto telón de fondo para las obras. Tras cruzar el edificio de entrada y bajar unas empinadas escaleras mecánicas, se accede a un gran espacio abierto, en el que se exponen las numerosas piezas de su colección. Henry Moore, Medardo Rosso, Constantin Brancusi, Barbara Hepworth, Émile Antoine Bourdelle, Taro Okamoto, Barry Flanagan son solo algunos de los nombres de artistas modernos y contemporáneos que han dejado su huella en este espacio artístico.
También se realizan exposiciones en el interior; destaca el Pabellón Picasso, que cuenta con alrededor de 300 obras del artista malagueño.
Brasil
Naturaleza exuberante
Inhotim
Inhotim es el museo de arte contemporáneo al aire libre más grande de Latinoamérica y uno de los mayores del mundo en su estilo. Se encuentra en Brasil, a las afueras de Belo Horizonte y ofrece una experiencia artística que combina referentes brasileños con exponentes internacionales, en un entorno de naturaleza exuberante. Se trata de una mezcla única en el mundo de jardín botánico y museo de arte contemporáneo que se encuentra en la que fue la antigua ruta de la fiebre del oro en el Brasil colonial del siglo XVIII.
El museo se abrió al público en 2004 y entre sus objetivos no sólo se encuentra la difusión del arte local, sino también la realización de proyectos de acción social y ecológicos.