CONCIERTO DE PABLO LÓPEZ

Fecha: 11/11/2023

Lugar: Navarra Arena

Incidencias: Más de cuatro mil personas en el último concierto de la gira de este año de Pablo López. Le acompañó una banda formada por guitarra, bajo, batería, coros y metales.

Que Pablo López tiene una relación especial con el público de Pamplona es algo que ha quedado sobradamente demostrado en muchas de sus anteriores visitas. Se trata de una ciudad en la que siempre se ha sentido querido; para llegar aquí se metió una pechada de kilómetros para ver a Pablo Milanés y también él ha actuado aquí en varias ocasiones, en Baluarte y en en Navarra Arena, antes, durante y después de la pandemia, con banda o solo… de todas las maneras posibles. Por eso, no parece del todo casual que su gira de este año termine en Pamplona. Una gira, por cierto, bastante atípica, pues se ha desarrollado antes de que el disco vea la luz; el malagueño quería terminar de escribir las nuevas canciones con la adrenalina que le da el público corriendo libre y desbocada por sus venas. A día de hoy, ya se conocen tres adelantos de su próximo álbum. Quasi, Abril sin anestesia y El abrazo más grandes de todos los tiempos.

Fue precisamente esa última la que escogieron para abrir el concierto del sábado (por si había alguna duda, sí, casi todos los asistentes se sabían ya la letra). Pablo, de negro riguroso, ocupaba el lugar más adelantado del escenario, y en segunda línea estaban sus músicos, todos vestidos de blanco: guitarra, bajo, batería y dos coristas que también tocaban metales. Y por encima de todos ellos, el contorno de un enorme colibrí presidiendo las pantallas que había al fondo del escenario. Al parecer, este pájaro jugará un papel importante en el próximo álbum, pues ya ha aparecido en las portadas de los tres singles que ha publicado y el propio artista se lo ha tatuado en el brazo.

Sin disco que presentar, López hizo una buena selección de los temas más emblemáticos de su carrera. Ya en el primer tercio cayeron hits como La niña de la linterna o las emblemáticas El patio y Vi. Hay que estar muy seguro de uno mismo para disparar semejante salva de artillería tan temprano, y el malagueño lo estaba. No le faltaban motivos, pues la parroquia le acompañaba con entusiasmo en cada pieza. Él, por su parte, tocaba el piano y cantaba con la pasión que le caracteriza, golpeando el instrumento, forzando la voz (desde el grito hasta el falsete) y levantándose para enarbolar a su audiencia. También ofreció un par de sorpresas: la primera, cuando sacó su teléfono y llamó a su amigo Antonio Orozco, que a través de una vídeo llamada cantó Pedacitos de ti mientras el público observaba la video llamada a través de las pantallas laterales; y la segunda, cuando se arrancó con un par de estrofas de Lo ves, de Alejandro Sanz, que sirvieron de introducción para Suplicando.

Llegando al final de la actuación, se produjo otro momento especial cuando el Navarra Arena se quedó literalmente a oscuras, iluminado únicamente por las linternas de centenares de móviles, mientras Pablo cantaba Lo saben mis zapatos. En los bises, KLPSO, solo con su guitarra, y una estruendosa Tu enemigo, con todo el pabellón en pie, pusieron punto final a la cita.