Siendo este el primer trabajo de la banda, la primera pregunta es obvia: ¿cómo surge Exuvia?

–Yo tenía muchos temas grabados en casa, bocetos, proyectos de canciones… Después de acabar mi andadura con El Desván, decidí poner un poco de orden en todo el material que tenía. Me puse en contacto con Carlos y con Amaia. Ella estaba viviendo en Tenerife, y en cuanto volvió nos pusimos a trabajar. Empezamos Carlos y yo a dar forma a los temas sin voz, y cuando llegó a Amaia ya terminamos las letras y demás, que yo tenía escritas algunas.

Imagino que tienen influencias diversas, ¿cuál es el área común en el que coincidieron para empezar a trabajar?

–Fue muy fácil porque yo ya tenía los temas escritos. Lo que tuvo que hacer Carlos fue incorporar las baterías, que estaban con baterías virtuales, y después adaptar la voz de Amaia a las melodías que yo había escrito. También trabajamos con algunas letras que tenía Amaia compuestas. De hecho, en el epé hay tres letras de Amaia y una mía. Las influencias son, básicamente, las que tenía yo, porque las canciones ya estaban escritas. Luego cada uno ha aportado lo suyo, claro.

¿Y de dónde sale la idea de hacer un grupo sin bajista?

–Esa fue mi propuesta, un grupo sin bajista. Solo batería, guitarra y voz. Le doy un tratamiento un poco diferente a la guitarra precisamente por el hecho de que no hay bajo, pero es una guitarra.

¿Y cuál es la razón? ¿Dan muchos problemas los bajistas?

–(Risas) Están todos locos, pero no era por eso. Era por ofrecer una propuesta un poco diferente. Hay varios grupos sin bajista en el Estado, no muchos, pero era por darle un tratamiento diferente, más directo. Nos movemos entre el stoner, el punk, el rock… Queríamos que sonase más crudo. He conseguido suplir con la guitarra esa parte más rítmica del bajo, empastando todo bien con Carlos. Ha sido por cabezonería mía y por tirar hacia ese estilo un poco punkarra de los noventa.

En el vídeoclip se ve que grabaron todo en directo.

–Sí, eso es. Los tres tocamos a la vez y no hay edición posterior. Hicimos unas cuantas tomas de cada tema, fue rapidísimo. Para la semana siguiente ya nos habían mandado la mezcla y un premáster ya para poder copiarlo.

El sonido es muy potente.

–Era lo que buscábamos. Guitarras muy sucias, pero contundentes, para solventar la falta de bajista. Las voces también tienen un tratamiento un poco punk, con efecto distorsionado que llevaremos a los directos. Sin coros. Lo que hay en el epé es lo que va a sonar en los conciertos.

En las letras parece que reivindican su derecho a ir a su aire.

–Son un poco reivindicativas, sí, pero más en lo personal que en otros aspectos. Hablan de vivencias que después te pueden llevar al enfado, a sacar la mala baba que haces. Reivindicamos sentimientos. Un día ahí dentro, por ejemplo, habla de poder estar dentro de la cabeza de una persona para poder entender sus pensamientos.

¿Por qué eligieron el formato epé? ¿Quizás por la urgencia de sacar algo ya?

–Ha sido por urgencia, porque necesitamos una tarjeta de visita para poder tocar. También porque la tendencia comercial de hoy en día es la inmediatez. Prácticamente nadie se pone a escuchar un disco entero. Cuatro temas nos parecía una muestra suficiente para que la gente pueda venir a vernos en directo, que es nuestro fuerte.

Aún así, el disco sale también en formato físico.

–Sí, ya se está vendiendo en Elkar. En principio, el proyecto era como muy independiente, no queríamos pasar por el aro de Amazon, Spotify y demás, pero al final el mercado te obliga; si quieres tocar, tienes que presentar algo. No queríamos hacer formato físico, pero estamos vendidos al comercio. Lo sacamos en físico, no hemos querido venderlo en grandes plataformas y está solo en Elkar. Hay una serie de puntos dentro del grupo por los que no queremos pasar y los vamos a intentar evitar. Al final lo hemos tenido que subir a plataformas porque si no, no entras en concursos, en convocatorias para festivales… Tienes que pasar por el aro, por muy independiente que quieras ser.

Las plataformas digitales son hoy en día una especie de monopolio, ¿no?

–Si no estás en Spotify, estás muerto. Aunque tengas el formato físico, cuando vas a tocar a una sala no te piden que se lo envíes, te piden el link de Spotify.

¿Qué expectativas se han marcado?

–Nuestro objetivo es tocar en directo. Que haya más o menos escuchas en una plataforma, que nos metan en una lista de reproducción interesante y todo eso no nos va a reportar mucho beneficio. Queremos ir trabajando desde abajo, ir haciendo bolos y que la gente vea que nuestro directo es interesante. Ir haciendo peña, como se ha hecho toda la vida, vamos a ir a lo tradicional. De la venta de discos no se saca dinero, ni estamos en la música por dinero. Vamos a los directos, que creo que son nuestro fuerte. Ahí sí que tenemos un espacio y nos podemos desenvolver bien.

Imagino que sus planes más inmediatos pasarán entonces por tocar en directo. ¿Van a salir de Navarra?

–Nuestra intención era tocar sobre todo fuera, pensábamos que nuestro estilo de música no iba a encajar tanto en la comunidad foral, pero viendo la aceptación que está teniendo el epé, vemos que estábamos equivocados y ahora pensamos que sí que podemos tener nuestro hueco en Navarra. No estamos cerrado a nada, saldremos a tocar a festis y a todos los sitios de los que nos llamen. Bueno, que nos llamen o nos metamos, porque ya es difícil que te llamen.

¿Por qué pensaban que no iban a tener aceptación en Navarra? ¿Por qué se salen del rock urbano que tanto gusta por aquí?

–Sí, por el estilo. Ya me pasó con alguna otra formación que se salía del estilo del rock urbano al que estamos acostumbrados aquí, y era como chocarte contra la pared. No cabíamos en ningún festi de los de aquí ni en ningún concierto de más de un grupo. Pero nos estamos dando cuenta de que la cosa ha cambiado, afortunadamente. En enero vamos a tocar con La Rana Toro y con Big Member en la sala Canalla. Ese creo que será nuestro debut en Pamplona. No sé si esa será la presentación oficial del disco o si haremos otro nosotros solos. Nuestra intención es hacer bolos pequeños para probarnos en directo, porque, aunque tenemos experiencia con otras bandas, cuando empiezas con una banda nueva necesitas cierto rodaje.

¿Cómo serán los directos?

–Los conciertos van a ser cortos. Ayer hicimos un ensayo con amigos y fue de cuarenta y cinco o cincuenta minutos, es lo que dura nuestro repertorio y no queremos que dure más.

Algo totalmente punk.

–Sí, una canción detrás de otra. Todavía lo estamos pagando, hoy estamos los tres fundidos de la paliza. Nuestra filosofía va a ser esa: hacer conciertos rápidos y contundentes, que no te queden muchas fuerzas para liarnos después. No vamos a hacer bises ni acústicos. Son tonterías, pero las queremos llevar a cabo. Bueno, si alguien nos ofrece cien mil euros por un acústico, igual nos lo pensamos (risas).